Era costumbre en la época de máximo esplendor de nuestro protagonistas editar una serie de postales, generalmente doce, en las que se recogía instantáneas que daban una idea general de lo que eran capaces de hacer en los ruedos.
En esta primera entrada, foto de estudio de un Rafael todavía joven llena de torería, como no podía ser de otra manera en un Gallo.
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