Javier Vellón remite el siguiente texto para su publicación:
Juan Posada relata la siguiente anécdota que le sucedió con Rafael ‘Gallo’
Juan y Rafael. |
Juan Posada. |
Un día, en mis comienzos como torero, estaba en la finca de Juan Belmonte en una tienta. En un momento dado compartí burladero con Rafael. Salió una becerra muy buena y me dijo:
-Juanito, déjame que salga en el próximo quite.
-Maestro –le contesté-, ya sabe usted que Juan no quiere que toree.
Acabé de decirlo y, con un rápido movimiento, me quitó el capote, se colocó de rodillas a la salida del caballo y dio una larga y tres lances con un temple excepcional.
Belmonte, desde el palco, le dio una bronca monumental. Rafael, impertérrito, con una sonrisa en la boca, exclamó al llegar al burladero:
-Chilla, chilla, pero a mí que me quiten lo bailado.
Y dirigiéndose a mí, con cara de complicidad, me comentó:
-Temple, Juanito, ese y no otro es el secreto del toreo. No lo olvides.
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