Cartel del festejo. |
Momento de la cesión de trastos. |
El domingo 6 de noviembre de 1.927 se celebró en la plaza de toros de Valencia la corrida a beneficio de la Cruz Roja referida en la entrada anterior. En tal ocasión se corrieron toros de Juan González Nadín y se anunció la alternativa de Tomás Jiménez de manos de Rafael El Gallo. Completó la terna Saleri y presidieron ‘distinguidas señoritas’. Ocupó un palco el almirante norteamericano y los oficiales del Detroit.
El Gallo veroniqueó magistralmente al tercero, primero que le cupo en suerte, dado que en aquel tiempo el padrino y el novel intercambiaban sus puestos sin correrse turno, y dejó volar su inagotable imaginación en los quites. En el último tercio lo abandonaron los hados pero el público, lejos de enfadarse, se tomó a broma el desastre. Con la espada, un sainete de varios pinchazos vergonzosos y otros golpes de descabello. La bronca tuvo su lógica. Estimables fueron los quites al tercero, que le valieron fuerte ovación.
Restituido el orden de lidia, compartió el primer tercio con el toricantano, luciéndose ambos. Luego, con la muleta, tres estupendos naturales abrochados con el de pecho y faena grande con el público, esta vez sí, entregado de verdad. Pase de rodillas, tres molinetes ceñidos y manejo de los hierros con pericia, cobrando una superior con refrendo del descabello. Dos orejas, rabo, vuelta y saludos desde los medios.
Jiménez brindó el del doctorado al presidente de la entidad benéfica y tras estimable labor dio la vuelta al ruedo y estuvo valiente en el que cerró plaza, oyendo palmas.
Julián Saiz ‘Saleri’ anduvo vulgar frente al segundo y fue pitado y enmendó la plana, sobre todo con los palitroques, en el quinto.
Rafael abandonó el coso de la calle de Xàtiva a hombros de los miembros de El Gallinero que de esa guisa lo transportaron a la sede social de su entidad.
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