Exterior de la plaza de Talavera. (Foto: http://www.tauroweb.es/) |
Recogimos en la entrada del 19 de octubre de 2.014 un poema de José María Gómez Gómez dedicado a Joselito. Hoy traemos hasta La Gracia Toreadora otro del mismo autor titulado 'A Joselito El Gallo en Talavera':
Aquel dieciséis de mayo
de mil novecientos veinte,
aquellos clarines últimos
hoy resuenan en mi mente.
El coso de Talavera
enmudeció de repente.
La sombra de Bailaor
era un presagio de muerte.
Tras unos lances de estilo
llegó el instante solemne.
De improviso, una embestida
prendió al diestro por el vientre.
Se estremeció Talavera
desde la muralla al puente.
Los toros de sus escudos
mugieron con voz doliente.
-¿Qué ha pasado en Talavera?,
se preguntaba la gente.
-Que se ha acabado el toreo…
Que Joselito se muere…
En una fría camilla
colocaron al valiente.
Ignacio Sánchez Mejías
estuvo su lado siempre.
El que no tembló ante nada
ni tuvo miedo a la muerte
murió temblando del frío
de la hemorragia y la fiebre.
La noche se fue llenando
de tormentas imponentes.
Por las ventanas entraban
relámpagos como sierpes.
Cuando le llegó la hora,
alguien oyó débilmente
musitar una oración:
“Virgen del Prado, acogedme…”
Así murió Joselito.
Así murió aquel valiente,
aquel dieciséis de mayo
de mil novecientos veinte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.