Obra citada de Don Ventura. |
Ventura Bagüés y Nasarre de Letosa, más conocido por Don Ventura, fue un conocido y prolífico escritor taurino que, entre otras, escribió la obra 'Historia anecdótica del Toreo'. En ella, en la entrada correspondiente al 25 de abril, rememora la muerte de José Gómez 'Gallo I' acaecida en 1.885:
"Hubiera sido un robaperas en el toreo el señor José Gómez (el Gallo) y merecería el respeto de los aficionados por haber sido el fundador de la gloriosa dinastía de la cresta.
Pero no fue eso, sino un banderillero finísimo y un peón no menos fino y muy inteligente que perteneció a la cuadrilla de Lagartijo el Grande por espacio de diez y nueve temporadas.
¿Cabe mayor elogio de sus cualidades?
Ingresó en la cuadrilla del Califa en la temporada de 1.866, cuando Rafael pasaba por una situación crítica en su historia taurómaca. Cúchares y Cayetano Sanz eran dos prestigios sólidos; el Tato y Gordito estaban en su apogeo; toreaba todavía Manuel Domínguez, y los partidarios del toreo seco tenían un campeón en Bocanegra. Así, pues, Lagartijo, cuando dio ingreso en su cuadrilla al Gallo I, se hallaba en los albores de su carrera, albores brillantísimos, es cierto, pero que todavía no le habían marcado una orientación en la vida del Arte.
Permanecer diez y nueve temporadas como peón fijo de plantilla al lado de Lagartijo, es una brillantísima ejecutoria para un torero subalterno y, por consiguiente, el señor José Gómez la tuvo.
Fueron compañeros suyos en la cuadrilla mencionada, Villaviciosa, Juan Yust, Mariano Antón, Juan Molina y Manene I, sin contar otros varios que, sin ser de plantilla, torearon muchas veces por aquellos años a las órdenes de Rafael, entre otros, Jaqueta y el Manchao, que luego fueron espadas, Lorenzo Quilez, Cosme González, etc,. etc., y siempre desarrolló sus sobresalientes cualidades de rehiletero finísimo y artista e inteligente peón, limitado en la brega por sus escasas facultades físicas, pues el tío de Joselito fue de baja estatura y delgado.
En el otoño de 1.884, no toreó por encontrarse enfermo, y al terminar aquella temporada le escribió una carta Lagartijo despidiéndolo de su cuadrilla para dar entrada en la misma al futuro espada cordobés Rafael Bejarano (Torerito).
Dado el carácter noble de Rafael Molina no se comprendía aquella acción, una de las pocas antipáticas que se le pueden achacar, pues si bien es cierto que el Gallo iba estando en decadencia, defendíase muy bien merced a sus grandes conocimientos, y tras de permanecer tantos años al servicio de aquél, merecía una consideración que no tuvo con él el gran torero cordobés.
Díjose entonces que este obró de aquel modo por rencillas que tenía con el otro Gallo, el señor Fernando, matador de toros, rencillas que fue a pagar el que no tenía culpa.
Al perder la colocación, ingresó en la cuadrilla de su citado hermano Fernando, con el que toreó contadísimas corridas, pues en la madrugada del 25 de abril de 1.885 falleció en Sevilla víctima de una afección cardíaca."
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