Joselito con el señor Palau, presidente de El Gallinero, y sus compañeros de cartel. |
La revista La Lidia, en su número 89 de 15 de octubre de 1.917, daba cuenta de lo que a todas luces fue un festival, aunque lo denomina “corrida”, a beneficio del club El Gallinero de Valencia, donde la familia de ilustres coletudos contaba con innumerables partidarios. No pudo asistir Rafael y lo suplió José, quien compartió escenario con Ale, Angelete y Félix Merino. Nada dice la crónica sobre el ganado que se corrió aquel 7 de octubre, aunque deja claro que Maravilla despachó dos astados con las gradas repletas de aficionados.
José pasó al que abrió plaza por ceñidas verónicas. Llegó el astado hecho un marrajo al último tercio y a base de inteligencia, y agarrándole un pitón para marcarle el camino, consiguió que depusiera su actitud. Tras otra serie de pases le puso la mano en el testuz despachándolo de pinchazo y entera contraria y escuchando aplausos.
Joselito pasando a uno de sus oponentes del festejo. |
El quinto fue bravo y poderoso y le permitió mostrar su dimensión de torero. Vuelve a lucirse con el percal, ejecuta cuantos quites puede y acaba uno de ellos galleando. Prendió cuatro pares de palos: uno con los terrenos cambiados, dos de frente y otro de dentro a fuera. Con la pañosa, trasteo inteligente y valiente sobresaliendo los molinetes y los naturales. De rodillas, agarra un pitón y obliga a su antagonista a tomar el engaño de esa guisa. Pinchazo hondo y superior estocada y vuelta al ruedo con la oreja en la mano.
A Ale le corresponde el manso de la tarde, se muestra arrojado y pasea un apéndice. Angelete pasa al bravo desconfiado pero, como mata de estocada, también toca pelo y Félix Merino se las ve con un torete codicioso, se confía en el último tercio y es volteado por su arrojo. También recibe una aurícula.
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