domingo, 3 de junio de 2018

EL SEÑOR FERNANDO TOREA EN PARÍS

El 16 de julio de 1889 el señor Fernando participó en el festejo taurino celebrado en la plaza de toros de París. En él, entre otros, participó, además de El Gallo, Juan Ruiz ‘Lagartija’. Los dos diestros habían hecho el paseíllo en la inauguración de este coso un mes antes. El relato de El Imparcial (17/07/1889) describe perfectamente el tipo de espectáculo que se desarrollaba en el coso de la capital francesa.


Plaza de toros de París
Con media entrada se ha verificado la cuarta corrida de toros en la Plaza de la calle de la Federación. Ruiz Zorrilla ocupaba un palco, según tiene por costumbre. En los tendidos estaban varios jurados de la Exposición.

El primer toro, Pajarito, era berrendo en negro. Tabardillo y Laborda le pusieron rejoncillos, obteniendo por su habilidad los aplausos del concurso. El Gallo, que vestía de verde y negro, capeó con mucho arte, mereciendo los aplausos del público, que se entusiasmó hasta el punto de tirar a la plaza los sombreros. Después de poner tres pares de banderillas, de frente y al sesgo, el diestro trasteó muy ceñido á la fiera, rematándole con un plumero en los mismos rubios. El entusiasmo de los espectadores fué tan grande, que instantáneamcnte se cubrió, la plaza de sombreros, tocas y cigarros. 

El segundo de la tarde se llamaba Liebre, y justificó su nombre porque era ligerísimo de pies. Lagartija la dio un buen par de verónicas. Tabardillo lo rejoneó con maestría, y Saturnino dio el salto de la garrocha. Los chicos pusieron tres pares de banderillas. Lagartija, que vestía traje celeste con oro, dio muchos pasas de pecho, marcando después una estocada por todo lo alto.

Antes de que Lagartija tomara la espada, el primer matador de toros de París, autoridad en la materia, le examinó á fin de evitar sorpresas. Este examen fue premiado por una parte del público con una silba monumental.

El diestro 'Lagartija'
Y salió al circo el tercero, llamado Pimiento, castaño oscuro, corretón, que saltó la barrera. Después de haber sido rejoneado, lo capeó el Gallo, y los chicos le pusieron tres pares. Después de darle muchos pases, el Gallo señaló su muerte en los rubios.

Durante el intermedio, el el senado se entretuvo en refrescar, pues hacía bastante calor, bebiendo cerveza.

Llamábase el cuarto de la tarde Monedero y era berrendo castaño oscuro.

Saturnino dio el salto de la garrocha. Los chicos adornaron la cara del toro con cocardes untados de pez, con lo cual quedó el bicho como si fuera un aparato de anuncios. Después de ponerle dos pares de banderillas, Lagartija lo toreó bien despachándole de un plumazo. El toro estaba huido. 

Era el quinto, Portugués, berrendo en colorao. Los chicos le pusieron tres pares da banderillas.  
 Valladolid intenTó el quiebro con la silla y señaló muy bien la muerte después de varios pases.

El sexto, Grajito, berrendo en negro. Saltó cinco veces la barrera con gran regocijo de los franceses. Corrió la voz de que los toreros landeses querían bajar al redondel, pero el presidente ordenó que no se les permitiera.

Los rejoneadores le clavaron cinco, y los chicos le pusieron tres pares.


El sobresaliente de espada trasteó a la fiera, siendo arrollado y perdiendo la muleta. Después señaló estocada á toro parado.




miércoles, 30 de mayo de 2018

SÁNCHEZ MEJÍAS CONFIRMA LA ALTERNATIVA: UN TESTIGO DE EXCEPCIÓN

En el Semanal de Los Domingos de ABC del 12 de agosto de 1984 se incluyó un extenso especial dedicado a conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Ignacio Sánchez Mejías. Entre las diferentes colaboraciones, destaca la de Luis Fernández Salcedo, escritor taurino, nieto de Vicente Martínez, de cuyos herederos eran los toros de la confirmación de Sánchez Mejías, en la corrida de Beneficencia del 5 de abril de 1920. En su artículo expone su testimonio en torno a aquella jornada, en la que Joselito actuó como padrino. Completaron el cartel Belmonte y Varelito. Recogemos aquí algunos fragmentos de su privilegiado testimonio.


 Un buen día de la primavera de 1919 me refirió mi padre:

-Espelíus me ha dicho que cuenta con ocho toros nuestros para la corrida de Beneficencia del año próximo.
-Eso está bien.
Luis Fernández Salcedo
-Pero me ha advertido que se celebrará, rompiendo la tradición, el lunes de Pascua que cae el cinco de abril.
-Eso ya no me parece tan bien.
-¿Por qué lo dices?
-Me temo que en esa fecha los toros no estarán en condiciones.
-Naturalmente, por eso serán de cinco años.

Poco tiempo después me dijo mi padre:

-Joselito me ha manifestado que quieres que la corrida del Montepío de este año sea nuestra; pero que la entidad está mal de dinero y por eso se va a celebrar el festejo muy a principios de la temporada de 1920.
-¿Qué le has contestado?
-Que la corrida tendrá que ser cinqueña? […]

La camada de 1919 fue la más larga de todas. Ello permitió reservar 14 toros para ambas corridas, sin posibilidad de añadir ninguno más. El lote se componía de un berrendo con mucho pelo blanco, dos castaños y 11 negros.

Durante la Semana Santa de 1920 fuimos muchas veces a precisar cuáles serían los ocho toros de la Beneficencia, los de más bulto[…]

La corrida salió a 27 arrobas y media. La Diputación, que organizaba el festejo, en sesión celebrada pocos días después acordó felicitar al ganadero por la presentación y el resultado de sus toros. […]

La pelea de José y Juan se convirtió en el duelo José e Ignacio. Gallito, con más carga de pundonor y amor propio que otras veces, y ya es decir, se dispuso a no dejarse ganar la batalla en ningún momento. Que Ignacio daba la larga cambiada de rodillas, pues el cuñado la ejecutaba en su toro. Que Sánchez Mejías hacía un quite doble a base cuatro verónicas, pues allá iba José con otro de seis. Que el neófito toreaba a una mano, pues Joselito improvisaba el más barroco repertorio de largas. Que Sánchez Mejías salía del estribo a parear, pues en el momento oportuno le imitaba el padrino. Y así sucesivamente José puso a contribución su arte y su gracia. Ignacio una valentía extraordinaria y las mayores ganas de agradar.

Joselito con su cuadrilla. De pie Sanchez Mejías
Joselito hizo una gran faena al 4º, ‘Rondador’, y le dio una magnífica estocada, para demostrar que él también sabía matar a ley cuando no quería “echar la carta al correo”. Cortó la oreja….¡su última oreja en Madrid!.

El otro toro de su lote salió –como yo me temía- a contraestilo. Era largo, gamuno, veleto, de corte asaltillado. Tomó cinco varas de gran bravura, dando cuatro aparatosas caídas y matando tres caballos. Pero –según es frecuente- al oír los clarines para cambiar el tercio sacó un nervio y una bronquedad muy respetables. Al comprobar el cambio de conducta debió decir José para sus adentros: “¡A mí con esas, siendo yo el monaguillo de las Salesas!”. Le duró menos que un pastel a la entrada de un colegio. Toda la tarde estuvo asombroso en los quites, y al último le puso un par extraordinario.



domingo, 27 de mayo de 2018

LA ALTERNATIVA DE RAFAEL EL GALLO EN 'LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA'

Rafael brindando a su padrino en el veinticinco
aniversario de su alternativa.
La prensa generalista de hace un siglo tenía una potente sección taurina. Por modesto que fuera el espectáculo, tenía su lugar. 'La Correspondencia de España', uno de los rotativos más importantes allá por 1902, recoge de manera somera la alternativa de Rafael El Gallo en la primera de la Feria de San Miguel en la misma Maestranza de Sevilla. Sedano firma los siguientes párrafos:

"La plaza llena, la tarde hermosa y el despejo brillante.
El primer toro pertenece a la ganadería de Otaola, resultando bueno.
En las suertes de varas y banderillas, nada de notable.
El Bomba cede los trastos al Gallo y este, tras lucida faena de muleta, pincha una vez y luego clava el estoque hasta el pomo. Ovación.
Un espectador le regala un retrato con artística moldura. 
El segundo toro mató cuatro caballos haciendo los piqueros buena lidia.
El segundo tercio también mereció aplausos.
Ricardo pasa magistralmente y termina con una gran estocada.
(Segunda ovación de la tarde).
Fue el tercero un toro hermoso.
La suerte de varas se hizo pesada.
A la hora de matar, Emilio empleó la muleta infinidad de veces, terminando con una soberbia estocada. 
El cuarto bicho, que era negro, dio una buena pelea. 
Parea bien Emilio y en el tercer tercio de lidia pincha la mar de veces y por fin deja una excelente estocada. 
El quinto toro mató dos caballos y fue bravo.
El Gallo clava un buen par de rehiletes y Bombita otro.
Ricardo, con valentía, pasa de muleta y pincha con repetición, terminando con un descabello.
El sexto resultó el mejor toro de la tarde. 
Lo lanceó de capa El Gallo.
Los caballos faltaron en el ruedo. 
Parearon los matadores y El Gallo remata con dos medias estocadas y una entera".