miércoles, 25 de febrero de 2015

LA REINA GITANA

Página de la publicación.
Javier Vellón ha enviado el siguiente texto para su publicación:

Manuel Alfonso Acuña publicó un artículo con el título que encabeza esta página, dedicado a la señá Gabriela. Fue en e número 48 de la segunda época de la revista La Lidia, el 1 de enero de 1917.

Lector, si como yo admiras a esas figuras que lograron destacar su silueta sobre el oscuro fondo de la muchedumbre, ¿verdad que tu atención se habrá detenido un momento en esa mujer de raza cañí que se llama Gabriela Ortega, reina madre de esos príncipes gitanos que van por España manteniendo gallardamentenuestra leyenda de sol y alegría?

En el patio de su casa, un típico patio moruno de blancas arcadas sostenidas por columnas de mármol, entre el perfume de los claveles color de fuego y de las rosas color de nieve y color de carne, pasa su vida la reina gitana rodeada de  las morenas  princesas, sus hijas, cuyas trenzas son negras como los frutos de la endrina. Y su corazón de madre palpita más deprisa en espera de las noticias que llegarán de las tierras donde sus hijos luchan por el triunfo de su nombre
.
La 'señá' Gabriela
Después, cuando haya llegado la buena nueva, el capellán de la familia, revestido de litúrgicas telas, rezará ante la Virgen de ia Esperanza, una Virgen morena y sevillana, como Ias mujeres que a sus pies dicen una plegaria de gracias a la protectora de los suyos. Luego, a la puerta del jardín florido, bajo la luz de oro del incomparable atardecer andaluz, las manos pródigas de la reina gitana repartirán ropas y pan entre los pobres de su raza, para quienes la loca Fortuna no quiso tener una sonrisa.
Después, la reina madre volverá a esperar que llegue el día en que besen los hijos su frente arrugada y descansen entre los brazos amorosos de las fatigas de la lucha, hasta que luego, en otro día, vuelvan a marchar llamados por las agudas notas del clarín, y las manos de la reina gitana les despidan agitando un blanco lienzo desde la torre de su solariega mansión, al igual que aquellas reinas castellanas despedían desde los castillos feudales al rey guerrero que iba a combatir por la independencia de su tierra invadida.


Y cuando los príncipes gitanos se pierdan en la lejanía, besarán con fervor la santa imagen que colocara en su pecho el cariño de una madre, que volverá á esperarles rezando porque lleguen pronto noticias de victoria, para repartir ropas y pan entre los desheredados de la tierra. 

domingo, 22 de febrero de 2015

BALADILLAS DE LA SEÑÁ GABRIELA

El maestro Ochaíta
Javier Vellón envía el siguiente texto para su publicación:
Gabriela Ortega recuerda a su abuela.


En el enlace que aparece a continuación puede oírse a Gabriela Ortega Gómez recitando el poema ‘Baladillas de la señá Gabriela’, escrito por José Antonio Ochaíta y dedicado a Gabriela Ortega, la madre de los Gallo.

Gabriela Ortega Gómez fue hija de Gabriela Gómez Ortega, hermana de los Gallo, y de Enrique Ortega Fernández ‘Cuco’, banderillero de ‘Joselito’. Fue una gran actriz y está considerada como una de las mejores recitadoras de poesía flamenca y taurina.



miércoles, 18 de febrero de 2015

LA TAUROMAQUIA DE RAFAEL EN POSTALES (IV)

Rafael, como quien pasea por el patio de su casa, camina ante un toro de respeto con los palos en la mano para colocarlo en suerte. No le pierde de vista y ambos, hombre y bestia, parecen desafiarse. Un poco más atrás la cuadrilla vela por su matador. El subalterno de la izquierda, con el capote cogido toreramente está dispuesto a intervenir a la menor alerta de peligro y su compañero, o tal vez un diestro con el que Rafael comparte el segundo tercio, espera paciente su turno.


domingo, 15 de febrero de 2015

JOSELITO EN EL CARNAVAL MADRILEÑO DE 1.916

Carroza 'A salto de mata' de Rafael Malla, una de las
participantes en el desfile. (Foto: Cervera)
El domingo 5 de marzo de 1.916, primer día de Carnaval, el diario ‘La Acción’ de Madrid daba buena cuenta de lo acontecido en el desfile de carrozas que tuvo lugar en importantes vías de la capital de España como Recoletos, la Castellana y la calle de Alcalá. El ambiente estaba enrarecido pues junto a los que se divertían porque se lo pedía el cuerpo y como forma de honrar la fiesta pagana, había otros que manifestaban su descontento con la clase gobernante a causa de su precaria situación económica. 

El relato del periodista da cuenta de la colocación de las tribunas y de que el pueblo no estaba para demasiadas celebraciones. No obstante, tras el pertinente descanso para comer, las calles se animaron y desfilaron buen número de carrozas. Hubo un accidente cuando un coche pasaba por delante de la tribuna de los Hijos de Madrid, desbocándose los caballos y atropellando a un niño al que hirieron de gravedad. También hubo una carroza destruida al colisionar contra un árbol.

Pero entre tanto incidente se convoca una manifestación obrera proyectada por la Casa del Pueblo para sabotear el desfile y suspendida a última hora por medio del siguiente cartel: “Compañeros: El Gobierno liberal, dando una prueba de que lo es, ha suspendido nuestra manifestación, alegando el derecho de la burguesía a derrochar el dinero del pueblo en las fiestas del Carnaval”.  Algunos obreros exaltados se dirigen hacia la Castellana sin que el periodista aclare, supongo por la premura de la hora, cómo terminó.

Solo un nombre ajeno a los protagonistas del desfile aparece en un breve. ¿Lo adivinan? Es el de Joselito: “Joselito pasea… El popular diestro sevillano Joselito, ha paseado por Recoletos y la Castellana en coche descubierto y acompañado de algunos amigos”.

miércoles, 11 de febrero de 2015

ASÍ EMPEZÓ TODO

Los Gómez Ortega al completo.
Javier Vellón envía el siguiente texto para su publicación:


El Heraldo de Madrid (10/02/1911) publicó un relato en torno a cómo se inició y desarrolló la relación entre Gabriela Ortega Feria y el diestro Fernando Gómez ‘Gallo’, en lo que habría de ser el germen de la familia más relevante del toreo.

Gabriela Ortega (la que iba a ser la ‘señá Gabriela’) había nacido en 1862 en la calle de Santo Domingo en Cádiz. Su padre fue un conocido cantaor y banderillero Enrique Ortega ‘El Gordo Viejo’. También sus hermanos destacaron en el arte del cante y con ellos –Francisco, José, Carlota, Manuel y Enrique- se trasladó a Sevilla, donde había numerosos cafés en los que se disfrutaba del baile y del cante. En uno de ellos, el café de El Burrero comenzó a destacar la joven bailaora.

Su belleza y gracia en el baile la convirtieron en muy popular y tuvo numerosos pretendientes, entre los que destacó Fernando Gómez ‘Gallo’, con quien formalizo una relación de noviazgo. El diestro, según cuenta el redactor del periódico, intentó que la joven le concediera sus favores, pero esta se mostraba siempre esquiva, por lo que decidió idear una treta para acabar con su resistencia.

El señor Fernando.
Una noche el Gallo, tras cerrar el café donde actuaba su amada, se fue con ella y con algunos amigos a continuar la juerga a un cortijo cercano a Sevilla. Allí, ambos se ataviaron con las mejores galas a modo de novios. El torero hizo traer un cura, que en realidad era el picador Bartolesi disfrazado, para que celebrara la ceremonia de la boda. A continuación, se quedó a solas con la joven engañada y pudo así consumar sus deseos.

Al poco tiempo transcendió el episodio del engaño, por lo que los hermanos de Gabriela amenazaron de muerte al matador para que restaurara su honor. Este decidió plegarse a los deseos de la indignada familia gaditana y acabó aceptando el matrimonio, esta vez real.

El episodio de El Heraldo contiene hechos reales, pero descontextualizados. 

Es cierto que Fernando pretendía a la joven bailaora y que se encontró con una enconada resistencia, sobre todo de la familia de la joven, puesto que era menor. Es cierto que ideó la treta, aunque algunos biógrafos sitúan el engaño en la casa del torero, en la plaza de la Mata. Tras ello, los hermanos de Gabriela se la llevaron a Cádiz.

La 'señà' Gabriela con Joselito.
Hasta allí fue el padre de los Gallo, donde alquiló una habitación de una pensión y simuló allí estar gravemente enfermo. El aviso de su gravedad llegó a oídos de Gabriela que fue corriendo a visitarlo. Fernando se la llevó a Sevilla y allí quedó embarazada.

El primero de sus hijos, Rafael Gómez Ortega,  vino al mundo en Madrid mientras su padre toreaba allí. Ya en Sevilla, en la residencia familiar de la calle Trajano, nacería Fernando, lo que obligó a la pareja a casarse definitivamente en la iglesia de San Martín.




domingo, 8 de febrero de 2015

JOSELITO EN EL FESTIVAL DEL CLUB EL GALLINERO DE VALENCIA

Joselito con el señor Palau, presidente de El Gallinero, y sus
compañeros de cartel.
La revista La Lidia, en su número 89 de 15 de octubre de 1.917, daba cuenta de lo que a todas luces fue un festival, aunque lo denomina “corrida”, a beneficio del club El Gallinero de Valencia, donde la familia de ilustres coletudos contaba con innumerables partidarios. No pudo asistir Rafael y lo suplió José, quien compartió escenario con Ale, Angelete y Félix Merino. Nada dice la crónica sobre el ganado que se corrió aquel 7 de octubre, aunque deja claro que Maravilla despachó dos astados con las gradas repletas de aficionados.

José pasó al que abrió plaza por ceñidas verónicas. Llegó el astado hecho un marrajo al último tercio y a base de inteligencia, y agarrándole un pitón para marcarle el camino, consiguió que depusiera su actitud. Tras otra serie de pases le puso la mano en el testuz despachándolo de pinchazo y entera contraria y escuchando aplausos.

Joselito pasando a uno de sus oponentes del festejo.
El quinto fue bravo y poderoso y le permitió mostrar su dimensión de torero. Vuelve a lucirse con el percal, ejecuta cuantos quites puede y acaba uno de ellos galleando. Prendió cuatro pares de palos: uno con los terrenos cambiados, dos de frente y otro de dentro a fuera. Con la pañosa, trasteo inteligente y valiente sobresaliendo los molinetes y los naturales. De rodillas, agarra un pitón y obliga a su antagonista a tomar el engaño de esa guisa. Pinchazo hondo y superior estocada y vuelta al ruedo con la oreja en la mano.

A Ale le corresponde el manso de la tarde, se muestra arrojado y pasea un apéndice. Angelete pasa al bravo desconfiado pero, como mata de estocada, también toca pelo y Félix Merino se las ve con un torete codicioso, se confía en el último tercio y es volteado por su arrojo. También recibe una aurícula. 


miércoles, 4 de febrero de 2015

JOSELITO A HOMBROS POR LA PUERTA DE MADRID EN LA PRIMERA CORRIDA ISIDRIL DE 1.914

El número 4 de la revista La Lidia, aparecido el 19 de mayo de 1.914 daba cuenta de las corridas celebradas en Madrid por San Isidro. En la primera de ellas, verificada el jueves 14, participaron los hermanos Gallo con Vicente Pastor, lidiando la terna astados de los Herederos de Don Vicente Martínez, de Colmenar.

Jueves laborable y casi lleno en los tendidos. Los astados son calificados de “terciados, gordos y cornicortos” por el cronista, que destaca la pelea con los caballos de los cuatro últimos, hecho que incidió negativamente en su posterior comportamiento. Entre todos tomaron veintiséis varas, por diecisiete caídas y siete equinos para el arrastre. 

Pastor entrando a matar a uno de sus toros.
(Foto: Cortés)
Abrió cartel Pastor, que se lució a la verónica y anduvo valiente al natural, escuchando grandes ovaciones. Al primero lo despachó de buen pinchazo en la suerte natural y media estocada buena y al cuarto de tres pinchazos altos en los terrenos de adentro y una estocada excelente hasta la bola, cobrada en la suerte natural. Ovación en aquél y vuelta en éste.

Rafael se lució con el capote y prendió un precioso par al cuarteo. Al segundo de la tarde le dio cuatro pases naturales, seis por la espalda, tres con una rodilla en tierra, otros tantos ayudados, dos molinetes, sendos de pecho, uno cambiado y varios de tirón antes de acariciar el testuz y escuchar muestras de agrado del respetable. Por desgracia marró con los pinchos y necesitó de media en buen sitio, tres pinchazos delanteros cuarteando y descabello al cuarto intento. Tuvo tiempo de oír un aviso.
Adorno de Rafael. (Foto: Cortés)

Al quinto, que saltó al callejón durante el primer tercio, le llegó con la zurda hasta los hocicos para torearlo por ayudados, molinetes y de tirón. Se adornó volviéndose de espaldas en varias ocasiones a poca distancia de las astas. El de don Vicente remató en tablas y consiguió abrir dos respetables boquetes sin que se sus defensas se resintieran. Pinchazo delantero que no gustó, media en la misma zona y ovación y vuelta.

José lanceó a la verónica al tercero con estilo. El toro se abrió las pezuñas de las manos cuando lo recortó Cantimplas. Jugueteó el benjamín de la saga antes de dejar dos soberanos pares al quiebro. Cuarteó luego y por no pasar al quedarse corto su enemigo, metió los brazos sin conseguir el objetivo de clavar, lográndolo después con un par magnífico. En las inmediaciones del toro le dio tres naturales dominadores y varios ayudados por alto y por bajo. Sufrió un desarme y enterró el estoque en los bajos. Pitos y palmas.  
Joselito rematando a uno de sus enemigos.
(Foto: Cortés)
Al sexto le planteó un trasteo breve y valiente, compuesto de pases por alto y de pecho, con la izquierda, de rodillas y molinetes para cobrar media buena recibiendo. Refrendó con el descabello al segundo intento, escuchó una ovación y salió en hombros por la puerta de Madrid.

Entre los subalternos destacaron Magritas y el Chano, reconocidos por la afición. Cumplieron con solvencia Cantimplas y Camero y en la parte negativa hay que anotar las intervenciones de Morenito de Valencia, Sordo, Almendro, Patatero, Perdigón de Sevilla y Pino.




domingo, 1 de febrero de 2015

LA ESPERANZA DE LA MACARENA EN LA TUMBA DE JOSELITO

Mausoleo de Joselito.
Javier Vellón envía el siguiente texto para su publicación:


La devoción de ‘Joselito’ por la Virgen de la Esperanza es bien conocida. Joselito pertenecía a la Hermandad de La Esperanza Macarena y le había obsequiado a La Macarena cinco joyas de esmeraldas engarzadas en forma de rosas, denominadas “mariquillas”. En esta línea, la imagen de la virgen de luto tras la muerte del diestro es otra las refrencias asociadas al trágico suceso.

Una de las historias más sugestivas de esta relación es la que se centra en el encuentro entre la estatua de la virgen y la tumba del torero.

Tras el triunfo de la II República, el ambiente anticlerical y los consecuentes ataques a las iglesias hizo que el sacristán de la basílica de Nuestra Señora de la Esperanza se llevara la imagen a su casa para ocultarla. Para que no despertara sospechas, la metió en una cama como si fuera una persona dormida.

Romero Murube con Jorge Guillén y García Lorca.
Con el tiempo, decidió trasladarla al cementerio de San Fernando y la colocó en la misma tumba de ‘Joselito’ indicando a las autoridades del lugar que él se dedicaba a fabricar monumentos para adornar las tumbas o mausoleos. El traslado lo hizo con el conocimiento y complicidad de Ignacio Sánchez Mejías.

Esta misma historia se la relató Federico García Lorca a su amigo sevillano Joaquín Romero Murube cuando ambos discutían en torno al sentimiento antirreligioso de algunos idearios políticos y sus efectos en la celebración de la Semana Santa en la capital hispalense. Lorca le contó el hecho pero protagonizado por su cuñado, Sánchez Mejías, quien, según él, llevó la imagen sagrada al cementerio en una carretilla y disfrazado de marmolista.
Ignacio Sánchez Mejías.

Macarena de luto.
El principal biógrafo de Sánchez Mejías, Andrés Amorós, considera que gran parte de este relato pertenece al dominio de la leyenda, sobre todo la implicación directa del diestro.