miércoles, 30 de octubre de 2013

JOSELITO, ESTEREOTIPO CINEMATOGRÁFICO

Javier Vellón envía el siguiente texto para su publicación.

En el periódico La Vanguardia, el 16 de septiembre 1915, Ariel publicaba este comentario acerca de la posibilidad de que se fuera a rodar una película, sobre los estereotipos de lo español, cuyo protagonista iba a ser Joselito.

Siquiera en esto podríamos aprovechar las ventajas de nuestra neutralidad, ya que en todo lo demás son los Estados Unidos los que se aprovechan. Y desde luego la primera invitación ha partido ya de una casa editorial inglesa. Quiere hacerse una película española, una película de la España genuina, auténtica; y al efecto, el oro inglés se ofrece tentador y abundante a... Joselito el Gallo.
Lo sé de buena fuente: la película ha de titularse Amour, soleil et taureax, y el Gallito cobraría, caso de aceptar, 3.000 pesetas por sesión. Suponiendo que se necesitaran cincuentas sesiones para impresionar esta cinta (me dicen que el argumento consta de variaspartes), cobraría el afortunado y jacarandoso Joselito la friolera de treinta mil duros.
Señores comediantes, ¿van ustedes a permitir que se lleve ese dinero un matador de toros, correspondiéndoles a ustedes de derecho como les corresponde? ¿Habrán de tolerar que les hagan ahora la competencia los toreros?
Ya sé yo que en esa película vamos a salir todos los españoles hechos unos Joselitos; bien comprendo que desde los tiempos de Mérímée a estos años trágicos de 1914-1915, todo ha seguido igual para España, y que a los españoles no nos queda más que esto: Amour, soleil et taureaux; pero ¡qué remedio! Hagan valer los comediantes su temperamento de españoles y ¡a la plaza! es decir: ¡a la película!
¿Que les obligan a malar loros? Bueno; no importa. Todos ellos saben ya que peores cornadas da el hambre. Y vean la diferencia: Ricardo Calvo, haciendo películas, cobra 30 pesetas por sesión; Joselito cobraría tres mil. Hay, pues, que dejarse crecer la trenza... y darles gato por liebre a los ingleses.



domingo, 27 de octubre de 2013

JOSELITO Y BELMONTE (LA EDAD DE ORO DEL TOREO)

Portada.
El gijonés Edmundo González Acebal escribió en 1.961 la obra Joselito y Belmonte (La Edad de Oro del Toreo) donde narra la competencia entre los dos colosos. El libro está editado por la peña Los de José y Juan, entidad fundada para recordar a ambos matadores y formada por aquellos años. 

Edmundo no esconde su partidismo por Belmonte aunque afronta el trabajo con rigor. El prólogo lo firma un gallista declarado, Luis Fernández Salcedo, mientras el epílogo corre a cargo de Adolfo Bollaín, belmontista. Destaca el estudio que hace de las competencias que hubo en cada época: Illo - Romero, Cúchares - Chiclanero, El Tato - Gordito, Lagartijo - Frascuelo y Bombita - Machaquito.

Después, una somera presentación de José y de Juan hasta desembocar en la rivalidad que mantuvieron en los ruedos y unas suculentas anécdotas. Al final queda clara la idea de que ambos se necesitaron y asimilaron conceptos uno de otro. Sin embargo hay una frase que encierra lo que la creencia popular en los años diez del siglo pasado acuñó como dogma: "Belmonte es del toro y el toro de Joselito". O lo que es lo mismo, el trianero está a merced de las reses por su poca técnica mientras el de Gelves puede con todas por su infinita sapiencia. 

Analizada desde la perspectiva actual el libro aporta poco a lo ya sabido, pero su lectura es amena. Datado en 1.961 recoge un artículo El porqué de la trágica muerte,  en referencia a la de Juan, que me inclina a pensar que salió entrado en 1.962, año del suicidio. 

Edmundo G. Acebal
Se echa en falta un aporte gráfico que refuerce el texto, quedando en dos únicos dibujos: la portada firmada por Martínez de León y una caricatura de Edmundo hecha por Vázquez Díaz.

miércoles, 23 de octubre de 2013

JOSELITO Y BELMONTE VUELVEN A SEVILLA

Cartel de la exposición.
En pleno siglo XXI las figuras de Joselito y Belmonte siguen de actualidad. Desde el pasado 16 de octubre y hasta el 15 de diciembre se puede visitar en Sevilla una muestra que rememora a los dos colosos titulada Una revolución complementaria. El siguiente texto, recogido de la web http://www.icas-sevilla.org, ilustra sobre la exposición:

"Joselito y Juan Belmonte, Sevilla y Triana, La Alameda y el Altozano, La Macarena y El Cachorro son realidades inscritas en las señas de identidad de nuestra cultura, puntales elementales en los que se fundamenta nuestro ideario común y compartido, al margen de intereses e ideologías. Joselito y Belmonte. Una revolución complementaria (1914-1920), que celebra conjuntamente los centenarios de las alternativas de los dos toreros sevillanos, convierte dichas realidades en personajes fundamentales que trascienden sus fronteras y que, expuestos conjuntamente, se convierten en hilos conductores que permitirán al visitante comprender la Edad de Oro del toreo en su verdadera dimensión y conocer algunos aspectos de la poliédrica historia de España. La Exposición no sólo quiere mostrar obras de arte, piezas de gran valor familiar, textos inéditos e imágenes desconocidas; sino que pretende ir más allá y busca hacer sentir, revolver el alma de cada visitante, hacerle protagonista de un viaje onírico al pasado de la ciudad de Sevilla de la mano de estos dos grandes colosos de la Fiesta de toros, cuyas aportaciones elevaron el toreo a la categoría de arte.

No sólo se disfrutará en el Espacio Santa Clara, además, el corazón de Triana abre su Castillo de San Jorge para explicar y realzar la vinculación de Juan Belmonte con su barrio de adopción. En sus húmedos pasillos también se podrá disfrutar de una cuidada y seleccionada exposición fotográfica tanto de Joselito como de Belmonte con varias imágenes inéditas descubiertas en la Fototeca Municipal". 

domingo, 20 de octubre de 2013

LOS GALLO EN LA RETIRADA DE BOMBITA (II)

Aspecto de la plaza y palco regio.
Ayer sábado se cumplió un siglo de la despedida del toreo de Bombita. El domingo 19 de octubre de 1.913 los hermanos Rafael y José Gómez, los Gallo, acompañaron al sevillano en fecha tan señalada junto a Regaterín. En los corrales esperaron a ser lidiados cuatro toros de De la Lama y otros tantos de Concha y Sierra. La prensa generalista recogió, como no podía ser otra manera, el acontecimiento.  A continuación reproducimos lo que apareció escrito en El Heraldo de Madrid la misma noche del evento y en La Correspondencia de España del martes 21.

El Barquero, en El Heraldo, refleja el ambiente de la plaza con estas palabras: 

“Todos los palcos, decorados con valiosísimos mantones de Manila. En las sobrepuertas y meseta del toril, colgaduras de las que la Diputación reserva para sus festejos más renombrados. En muchas delanteras de andanada, artísticos tapices de Goya”.

Tal fue la expectación de la despedida de Bombita que hasta S. M. la Reina y su séquito presenciaron el festejo.

Las cuadrillas en el paseíllo.
En el primer de Concha y Sierra, cárdeno oscuro y manso, Joselito interviene en quites con Ricardo “y la cosa queda en sus buenos deseos”. Rafael lidia el segundo, también de Concha y Sierra, cárdeno, de buen tipo y bonito de cabeza. Lo torea “a la verónica superiormente, resultándole algunos lances artísticos hasta la exageración”, por lo que escucha “palmas y olés”. Tiene el animal algo más de bravura que el primero y “cumple con los montados”. Rafael, en los quites “filigraneó cuanto pudo y quiso”, compitiendo en buena lid con Regaterín. Luego, en banderillas “comenzó con un par al cambio inmenso, siguiendo con otro al cuarteo, del que se cayó un palitroque. Muchas palmas”.

Ricardo Torres Bombita
Con la muleta, “sobre la mano izquierda casi siempre, hizo una faena confiada y serena, acabando cn algunos abaniqueos para pasar sin pasar. A continuación, y como si le diera rabia que no se le ovacionaran tales abaniqueos, se hinzó de rodillas y dio así un tremendo muletazo y en seguida un molinete vistoso. Olés continuados. Llegada la hora de arrear candela, lo de siempre: un pinchazo delantero, llevándose el arma.
Lo que vino después ya no tuvo nada de artístico ni de confiado, componiéndose de trapazos sin importancia, otro pinchazo como el anterior, otro ídem, un metisaca, dando el diestro la espalda a la puerta del chiquero; un intento de descabello, acertando al segundo golpe, cuando el presidnete enviaba el primer recado de atención”.

El genial calvo interviene en quites en el tercero, que le corresponde a Antonio Boto Regaterín “sin que éste se coma a aquel ni aquel anule a éste”, en palabras del revistero.




Rafael Gómez "Gallo"
El cuarto es de La Lama, “gordo, fino, hondo, bien colocado”. Joselito veroniquea y “algunos de los lances le resultan concluidos, y son, por lo tanto, oleados y jaleados”. Camero le pega fuerte en una vara y en quites “Ricardo tiró una larga por bajo, y luego en media verónica arreó un monterazo”. El de Gelves responde y se “echó el capote atrás, y acabó recortando y abofeteando”. Sonaron muchas palmas. José pone un primer “par al cambio espantoso de perfección, salsa y maneras. 'Un monumento! Tan monumento, que con ser inmensos los que metió después, fueron dos indecencias, comparados con el cambio mencionado. ¡Qué criatura! ¡Qué tío banderilleando! ¡Qué bruto! Ovación elevada a todos los cubos de todos los pozos.
Con la muleta se emborrachó después mi niño y eche usted naturales impecables, y anote usted molinetes graciosos, y eche usted y no se derrame en cuanto a cosas de niño enterado y prestigioso.
Una estocada con levísimos defectos, y una ovación sin defecto alguno y sin la menor protesta, que ¡guay del que hubiera osado proferirla!.
¡Criatura! ¡Toma lo que quieras!”.

Cómo sería lo realizado que cuando salta al ruedo el quinto de De La Lama, “negro, fino y recortadito”, el de la despedida de Bombita, siguen las ovaciones a Joselito.

El sexto también es De La Lama, castaño, de tipo regular y con finos pitones. Rafael “trata de reducirlo a la obediencia, sin lograrlo, y la res resulta muy mediana, muy mediana”. Bombita baja del palco real, al que ha sido llamado por la Reina tras despachar su último toro, y ha de corresponder desde el callejón a las muestras de afecto del personal. Mansea el animal y son los banderilleros quienes prenden garapullos. El mayor de los Gómez “brinda en los medios a Bomba (que anda cosechando palmas), se estrechan las manos, se abrazan, y el delirio del pueblo llega a lo inenarrable.

Antonio Boto "Regaterín"
Rafael, tras poco tela, mete un pinchazo hondo, sufriendo un fuerte palotazo en la mano derecha; secunda con otro peor, otro aún más malo, otro ídem, dobla el toro y se acabó”.

El Concha y Sierra que hace séptimo corresponde a Regaterín y permite a Rafael intervenir en dos quites con el matador, que son calificados como “bonitos”

El último, de igual hierro que el anterior, es cárdeno, joven y algo abierto de defensas. Lancea a la verónica José rematando de rodillas. El toro está entre la mansedumbre y la bravura y José y Ricardo alternan en aplaudidos quites “con elegancia y gallardía”. Y ahora viene un hecho relatado innumerables veces. La invitación por parte del menor de los Gallo de intervenir a Bombita en banderillas cuando éste le había pedido que no lo hiciese. Así se cuenta en El Heraldo: “tras de iniciar ambos algunos jugueteos, comienza Pepe con un par al cuarteo, la esencia de la suavidad y la finura. Ovación. Sigue Bomba con otro par inmenso, repitiéndose la ovación, y acabó Almendro con un palillo suelto”.

Tras el brindis de rigor al de Tomares “el primer pase es de absoluto poste, quieto el chico como si hubiera echado raíces. Delirio. Sigue en pie y de rodillas, dando de esta última manera dos pases remarcables y estando siempre entre los pitones.
Cita a recibir; el bicho no acude, sino que gazapea, a pesar de lo cual el chico no deshace la reunión, atizando luego la mejor estocada que yo le he visto dar, en lo que toca a ejecución y agallar al meterse. Descabella. Ovación”.

Ricardo y José salen en triunfo por la puerta grande.
José Gómez "Gallito"

P. Álvarez, en La Correspondencia de España del 21 de octubre, relata así las actuaciones de los Gallo en tan relevante acontecimiento:

“Rafael el Gallo no tuvo el santo de cara; pero el hombre que sale enfermo a torear, trabajando gratis por sus compañeros, merece una ovación tan grande como una de sus enorme faenas cuando quiere. Yo apunté en mi revista lo bueno y malo que hizo; pero desde aquí, en que no desciendo a detalles, le envío mi más cariñoso aplauso por su buena obra”.

De José dice que “cuando quiere, que no suele ser siempre, tiene el secreto para entusiasmar a los públicos, y en esta corrida había que demostrar que dentro lleva un gran torero. Y en el último toreó de verdad, dando pases ayudados sobrenaturales y toreando de rodillas en los propios pitones, manteniéndose en esta posición como si le fueran a hacer un retrato de quince minutos de exposición. Sin llevarse la mano al tupé para entrara matar, como es costumbre, sacudió el niño un volapié de los que hacen época. Si el niño quisiera colocarnos una película de éstas de vez en cuando, qué bien marcharíamos.

Pero no le da a la criaturita la gana de hacerlo muy a menudo y parece que se reserva para otra ocasión. Que cuando llega vale la pena de hacer un viaje desde América por presenciarlo, porque lo merece.


La faena del cuarto de la tarde, con no ser ninguna tontería ni mucho menos, quedó eclipsada por esta otra tran fenomenal”.

miércoles, 16 de octubre de 2013

LOS GALLO EN LA RETIRADA DE BOMBITA (I)

El próximo sábado 19 de octubre se cumplen 100 años de la retirada de los ruedos del diestro sevillano Ricardo Torres "Bombita". Rafael y José compartieron cartel con el diestro de Tomares y con Antonio Boto "Regaterín" para lidiar cuatro toros de Concha y Sierra y otros tantos de García de la Lama. 

El festejo se celebró a beneficio de la Asociación de Toreros y fue presidido por la reina Victoria y la infanta Isabel. El cartel anunciador que a continuación se reproduce lo firma el reputado pintor alicantino Carlos Ruano Llopis. Se da la circunstancia que fue la obra que le abrió las puertas de la famosa Litografía Ortega. Ruano lo había pintado el año anterior y lo remitió a la imprenta en cuestión. Al contemplarlo don José, el propietario, quedó sorprendido por la fuerza y vivacidad de la pintura, que fue utilizada para anunciar la despedida de Bombita y le ofreció a Ruano la posibilidad de trabajar en sus talleres.


Ruano, autor del cartel.
(Colección particular Vicent Climent)

domingo, 13 de octubre de 2013

DESAFORTUNADA ACTUACIÓN DEL SEÑOR FERNANDO EN UNA BENÉFICA VERIFICADA EN MADRID

Cartel del festejo.
(Fuente: http://bibliotecadigital.jcyl.es/)
El lunes 20 de octubre de 1.884, presidida por el señor Echeverría, se celebró en Madrid una corrida extraordinaria para la instalación de un Círculo de Instrucción Popular. El cartel de actuantes fue multitudinario y quedó formado por los caballeros rejoneadores José y Tomás Rodríguez y los matadores de sus toros Mestizo y Torerito; Cacheta, que se encargó de saltar un toro de cabeza a rabo y los diestros Lagartijo, Currito, Machío, Hermosilla, El Gallo y Mazzantini . En los corrales esperaban dos toros de Rafael Surga para rejones y seis de doña Teresa Núñez de Prado para la lidia ordinaria. Debido a lo extenso del programa el espectáculo comenzó a las dos de la tarde. El cortejo lo encabezaban dos caballeros vestidos a la usanza de Felipe II a los que seguían cuatro pajes con dalmáticas amarillas. Detrás, las cuadrillas, excepto la de don Luis Mazzantini, que llegó tarde y por ello fue recibida con pitos por los pocos asistentes. 

El señor Fernando despachó en sexto lugar a Chileno. Fue picado por Fuentes y Badila. El primero le dio siete puyazos por tres el segundo, que marró una vez y fue descabalgado otra. Guerrita dejó dos pares por una salida en falso y Almendro otro. El matador le dio nueve naturales, trece con la derecha, ocho altos, tres cambiados y un cambio. Acabó con cuatro estocadas, siete pinchazos y escuchó un aviso, empleando diecisiete minutos en todos los menesteres. 

El Toreo, fuente de la que han extraído los datos numéricos, pormenorizaba sobre la faena del Gallo en el ejemplar que apareció al día siguiente:

“El sexto toro no era español si por el nombre se juzga. Llamábase Chileno, y era negro, bragado, listón, cornigacho y delantero.
Cacheta (que había tenido problemas al saltar uno de los toros) salió en este momento de la enfermería con la cara llena de vendas y dio un paseo por el callejón para que nadie dudase de que estaba vivo.
La tanda de picadores se había renovado por tercera vez y ocupaban las plazas montadas Fuentes y Badila. 
Chileno acometía con voluntad y coraje y los jinetes pudieron lucirse. 
Fuentes picó siete veces y no sufrió el menor contratiempo en tan difícil faena.
Badila clavó tres varas y dio un marronazo, cayendo al suelo en una ocasión. 
Ambos piqueros oyeron aplausos.
Tocaron a parear y apareció Guerrita.
El chico puso un par bueno de frente y otro ídem inmejorable; además, en una salida falsa y al arrancarsele el toro dio un quiebro. ¡Olé los niños! Almendro clavó un par desigual cuarteando.
El toro llegó quedado a la suerte y el espada que era el Gallo, vestido de verde y oro, se quedó también con el público de la manera siguiente:
Tres naturales, tres con la derecha, cinco altos, tres cambiados, un cambio y un pinchazo bajo sin soltar.
Un pase con la derecha y un pinchazo como el anterior.
Un pase con la derecha y un pinchazo barrenando.
Cinco naturales, seis con la derecha, dos altos y un pinchazo sin soltar.
Uno alto y un pinchazo bien señalado.
Uno natural y una corta baja, tomando el olivo y el callejón.
Primer aviso del presidente.
Uno con la derecha y un pinchazo bien señalado.
Otro pinchazo andando.
Una corta en el pescuezo atravesada.
Uno con la derecha y un mete y saca atravesado.
Otro ídem.
El toro se murió porque no hay nada inmortal en el mundo.
Silba espantosa y merecida.

El juicio crítico fue el siguiente:

“El Gallo muy mal en los pases y peor hiriendo. El toro no tenía nada, sino que se quedaba, como pudo ver el diestro en el primer cambio. Estos con los toros indicados para la suerte de volapié que se da arrancándose por derecho y dejándose caer en el morrillo. Si no se sabe hacer, no hay razón por  eso para dar mete y sacas en el pescuezo ni para tomar el olivo, salir huyendo y demás cosazas que este diestro hizo en la muerte de su toro”.

miércoles, 9 de octubre de 2013

ACCIDENTE AUTOMOVILÍSTICO DE FERNANDO

Rafael se pasa la mueta por la espalda en
la corrida de Utiel de 1.913.
Los peligros de la carretera ya eran patentes a principio del siglo XX y Fernando el Gallo los sufrió en propias carnes hace ahora cien años. Rafael y José torearon en Utiel (Valencia) el día de San Juan de 1.913, martes para más señas, una corrida de Salas. De lo que pasó en el ruedo da cumplida cuenta el anuario Toros y Toreros. En el mismo se lee de Rafael: “En el primero estuvo muy mal, entrando nueve veces a matar, por lo que escuchó gran silba, y en los otros dos quedó algo mejor, dando media al tercero y un pinchazo y una estocada al quinto”. En cambio José estuvo más acertado “matando al primero de los suyos con una estocada superior; al cuarto de la tarde le dio cuatro pinchazos y descabelló después, y al sexto le entró a matar tres veces y le intentó el descabello dos. Puso dos pares al segundo”.

Pero los sucesos se precipitaron en el regreso a Madrid. Al acabar el festejo matadores y cuadrillas tomaron cuatro automóviles. Sigue con la historia el relato aparecido en ABC el jueves 26:

“Dos coches más iban de repuesto por si durante la travesía ocurría algún accidente.
Desgraciadamente, fue necesario utilizarlos.

El auto en el que viajaban Fernando el Gallo, Posturas y Blanquet, antes de llegar a Tarancón volcó en una cuneta de la carretera a causa de haberse dormido el chauffeur y perder la dirección al dejar el volante suelto.

Plaza La Utielana.
El volquetazo fue peligrosísimo; Fernando, al darse cuenta de lo que ocurría en impulso nervioso se arrojó del coche y cayó de pie, no sin sufrir en el derecho una distensión ligamentosa que rápidamente se inflamó.

Blanquet y Posturas cayeron debajo del coche; pero salieron a gatas del encierro, sin sufrir lesión alguna. El mecánico también resultó ileso.

Fernando fue recogido por el auto que ocupaban los picadores, y al llegar a Madrid fue avisado el doctor Mascarell para asistir al lesionado.

Según dictamen médico, la lesión no ofrece gravedad alguna; pero le imposibilita de tomar parte en la corrida de Santander.

Fernando está convenientemente asistido en el hotel de Roma.

Posturas y Blanquet ocuparon uno de los coches de repuesto, dirigido por otro mecánico y llegaron a Madrid después de las cuatro de la tarde, a tiempo de salir en el rápido para Santander.


Rafael y Joselito, que ocupaban un auto en unión del mozo de estoques del segundo, llegaron oportunamente a Madrid”.

domingo, 6 de octubre de 2013

SILENCIO POR UN TORERO

Entierro de Joselito a su paso por la Alameda de Hércules.
Cartel de Olé con Olé.














Silencio por un torero es un clásico de la copla que figura en el repertorio de cualquier artista que se precie. Este tema con aires de pasodoble está dedicado a rememorar los hechos acaecidos alrededor del 16 de mayo de 1.920, fecha de la muerte del inigualable Joselito. El tema está firmado por el trío de oro que formaron Antonio Quintero, Rafael de León y Manuel Quiroga y lo estrenó la inigualable Juanita Reina el 11 de octubre de 1.962 en el teatro Cervantes de Málaga, dentro del espectáculo Olé con Olé.  La artista sevillana, cuyos restos reposan en el cementerio hispalense de San Fernando muy cerca de los de Gallito III, tardó tres años en grabarla. Y lo hizo en un EP registrado por Belter. 
Posteriormente incontables han sido las versiones y pocas las grabaciones. Así, Carlos Vargas lo hizo en 1.996, Manuel Lombo en 2.006 en un disco que lleva su nombre y, en el mismo año, una heterodoxa María Jiménez lo incluyó en Bienaventurados

Silencio por un torero es un tema vivo gracias al programa de Canal Sur Se llama copla. Muchos jóvenes aspirantes a la gloria se han atrevido a cantarlo, destacando Erika Leiva, Laura Gallego o Álvaro Montes. 

SILENCIO POR UN TORERO

Aquella tarde Sevilla
se puso toda amarilla
quebraíta de color.
Y por el aire caliente
su voz clamó de repente
hay que pena y qué dolor.
Silencio en Andalucía,
rezadle un Ave María
y quitarse los sombreros.
silencio el patio y la fuente,
que está de cuerpo presente
el mejor de los toreros.

"¡Parece que está dormío, Dios mío,
en su capote de brega!"
Y por Gelves viene el río, teñío,
con sangre de los Ortega.
Suspira bajo su velo
la Virgen de la Esperanza
y arría en señal de duelo
banderas la Maestranza.
Y Sevilla, enloquecida,
repetía a voz en grito:
"¡Pá que quiero mi alegría!
¡Pá que quiero mi alegría,
si se ha muerto Joselito!"

Silencio por un minuto,
pintad los campos de luto
el ciprés y el olivar.
De luto las amapolas
de luto Carmen y Lola
Concha, Pepa y Soledad.
Silencio guarda el romero
silencio el torito fiero
y los bravos mayorales.
Crespones en las divisas
silencio pide la brisa
al pasar por los trigales.

"¡Parece que está dormío, Dios mío,
en su capote de brega!"
Y por Gelves viene el río, teñío,
con sangre de los Ortega.
Suspira bajo su velo
la Virgen de la Esperanza
y arría en señal de duelo
banderas la Maestranza.
Y Sevilla, enloquecida
repetía a voz en grito:
"¡Pá que quiero mi alegría!
¡Pá que quiero mi alegría,
si se ha muerto Joselito!"

DISCOS


Primera versión de 1.965.

Manuel Lombo la renovó.
María Jiménez tiró de heterodoxia.


VERSIONES

JUANITA REINA
MANUEL LOMBO

PASTORA SOLER

ÁLVARO MONTES
ÁLVARO LÓPEZ
ANA MARÍA MORALES
ERIKA LEIVA

ROSA MARÍN
MIRIAM DOMÍNGUEZ








LAURA GALLEGO

ÓSCAR CALDERÓN




















miércoles, 2 de octubre de 2013

TITTA RUFFO Y EL GALLO

El número 1.630 de La Ilustración Artística, publicado el 24 de marzo de 1.913, dio cuenta de la amistad que unía a los artistas Rafael Gómez Gallo y Titta Ruffo ( (Pisa, 9 de junio de 1877 - Florencia, 5 de julio de 1953)

Gallo y Ruffo.
(Foto: V Barberá Masip)
"Los extranjeros podrán decir lo que quieran de la que algunos en España califican de fiesta nacional; podrán tronar contra las corridas de toros, que es la fiesta a que nos referimos; podrán, haciendo extensivo a todos los españoles lo que en el fondo es sólo afición de una pequeñísima minoría, aplicar los más duros calificativos a nuestro pueblo pintándolo como ebrio de gozo ante el sangriento espectáculo del circo taurino; todo esto podrán hacer y decir los que tomando, como vulgarmente se dice, el rábano por las hojas, parece que se complacen en buscar pretextos más o menos especiosos para denigrar a nuestra patria. Pero el hecho es que a las plazas de toros de muchas capitales acuden los extranjeros en gran número, dígalo, por ejemplo, la de San Sebastián, y que muchas notabilidades forasteras en todos los órdenes de la actividad y de la inteligencia humanas no se desdeñan de alternar, cuando se hallan de paso en esta tierra, con los mataores más afamados, de asistir a las corridas y de aceptar, si no es que lo soliciten expresamente, que el espada predilecto del público les brinde un toro.

El grabado adjunto es una buena demostración de lo que afirmamos, y conste que el caso no es único, ni mucho menos. El eminente barítono Titta Rufo, el ídolo de todos los públicos filarmónicos, ha contraído, durante su última estancia en Madrid, cordial amistad con Rafael Gómez, el Gallo, otra eminencia, ídolo también, aunque de otros públicos, de los públicos taurófilos. En Valencia, en donde está tomada la fotografía que reproducimos, el cantante incomparable convidó a almorzar al aplaudido diestro y en una de las funciones que dio en el teatro de aquella hermosa capital le dedicó una canción y el diestro, en justa correspondencia a aquel obsequio, regaló al cantante un magnífico capote de paseo que Titta Rufo prometió llevar cuando interprete el papel del torero Escamillo en la popular ópera de Bizet, Carmen.

Pocos días después, debiendo el Gallo torear en Barcelona, Titta Rufo vino expresamente a esta ciudad para asistir a la corrida. El espada le brindó uno de los toros que le correspondía matar y encarándose con el bicho, realizó una faena que los inteligentes en el arte del toreo calificaron de magistral y que terminó con una estocada magnífica que mató al al animal instantáneamente. Titta Rufo hizo un espléndido regalo al Gallo y el público premió al matador con una ovación delirante”.