domingo, 28 de abril de 2019

EL RETRATO EN LA CARTERA

El periodista don Pío (Alejandro Pérez Lugín) publicó en la revista The Times (9/1/1921) un largo artículo sobre Joselito que comenzaba con la narración del siguiente suceso en torno a la cartera de malogrado diestro.

Alejandro Pérez Lugín

Sabedoras de que está en mi poder el tarjetero que Joselito el aciago día de su muerte, han querido verlo unas amiguitas que han venido de visita a mi casa. Ellas han examinado y curioseado prolijamente la elegante cartera de moaré, acompañando sus investigaciones con frases de lástima. Una dio con el retrato de Joselito a caballo, que el malogrado torero llevaba allí.

— ¡Miren el presumido, llevando en la cartera su propio retrato!


Yo, entonces, les explico que aquel retrato estaba allí para hacer compañía a otro del cual no se separaba nunca, y que volvió, inmediatamente de la muerte del torero, a las manos que debían recogerlo. Como buen enamorado, José adelantábase de esta manera pueril a un acontecimiento que era el deseo más ferviente de su corazón, el norte de su vida. Con esa simpatía agradecida de la mujer a los hombres bien enamorados, mis amiguitas comentan el escondido aspecto romántico de Joselito, y, después de largo examen y de nuevas exclamaciones de pena dejan la cartera, con el retrato encima, sobre mi mesa, vanean un poco y se despiden.

miércoles, 24 de abril de 2019

GALLITO Y GRANERO O LA ETERNA HISTORIA

En la revista The Times del 9 de enero de 1921, el periodista valenciano ‘Latiguillo’ reflexiona sobre los problemas en el escalafón tras la muerte de Josel
Manolo Granero
ito y sobre el papel de Manolo Granero.

Gallito y Granero  o la eterna Historia


Ignoro si entre la gente de coleta, como en los conventos, «cuando un fraile se muere dicen los demás: un enemigo menos y una ración más” pero lo que sí aseguro es  que, tal vez aún de cuerpo presente el inolvidable Joselito, no faltarían «ansiosos» que se hicieran sus cálculos, si no de la parte que podía corresponderles de lo que aquél ganó, al menos de lo que en esta y sucesivas temporadas podía en su cuenta corriente ingresar.

Para loa que así pensaran, la revelación de mi paisano Manolito Granero ha desbaratado sus poco piadosos planes, y ya comienza a hablarse de conjuras.

Sería de lamentar que algún amigo imprudente hiciera llegar a oídos de Granero la noticia, porque eso de las conjuras es una cosa muy seria... , aunque en ocasiones hagan reír.

Como quedó demostrado cuando Ricardo Torres conjuró a sus partidarios contra Joselito en venganza de haberse doctorado sin ponerle él el Visto Bueno en el título.

Bien es verdad que Bombita, el sembrador de vientos antigallistaa, creyó prudente hacer mutis sin aguardar a recoger las tempestades, imitando coa ello a cierto famoso capitán, y ahora es, según rumores, Sánchez Megías el que de su cuenta y riesgo se dispone a desempeñar el poco simpático papel de vengador.

Pero ya verán ustedes cómo, a pesar de tener bien organizado el cuerpo de alabarderos, lo de la supuesta competencia no pasa de ser una ilusión, porque más de una vez ha rechazado ya el público a los que, confundiendo el arte de lidiar reses bravas con el boxeo, nos retrotraen a los orígenes do nuestra clásica fiesta.

Por otra parte, y partiendo de la hipótesis de que sea cierto lo que nadie ha desmentido, el hecho de provocarle rivalidades a mí paisano, siendo como es, hoy por hoy, el único que constantemente evoca el recuerdo de José, se presta a deducir que Sánchez Megías alguna vez pudo pensar en destronar a su maestro.

Lo cual, después de todo, no tendría nada de extraño, pues los descendientes del iluso Cañizares son tan difíciles de contar como los innumerablea mártires de Zaragoza.

Eso sí, que como Manolo Granero, advertido de loa maquiavélicos planes de loa conjurados, tenga serenidad para aguardar a que los acontecimientos se desarrollen, y sin provocaciones ni arrogancias se limite a repetir lo que en la temporada última en Valencia y otras plazas hizo, no tiene nada ni a nadie que temer.


Antes por el contrario, debe sentirse orgulloso de que en él se repita la eterna historia de las conjuras, porque los ambiciosos demuestran su buen gusto envidiando siempre lo mejor.

domingo, 21 de abril de 2019

JOSELITO DESPACHA SEIS MIURAS EN VALENCIA

Fue la tarde del 17 de octubre de 1915 la del acontecimiento en cuestión y Francisco Moya lo contó el 4 de noviembre en el número 1028 de la revista 'Sol y Sombra':

"Con enorme entrada se celebró la corrida anunciada, en la que Joselito, solo, había de despachar seis toros de Miura.

Los toros.- Cuatro bien presentados, uno chico y otro cornalón, no tuvieron exceso de bravura, llegando quedados a banderillas y al final reservones y un tanto difíciles, siendo los más manejables el tercero y el sexto.

Joselito conquistó un triunfo grandísimo, escuchando incesantes y calurosas ovaciones.

José se adorna con uno de los miura. (Foto: Sol y Sombra)
Al primer toro, que era grande y de poder, le saludó con nueve verónicas, cuatro de ellas superiorísimas, recargando la suerte y obteniendo la primera ovación de la tarde. En quites estuvo valiente de verdad rematando uno de ellos cogiendo un pitón al bicho. Con la muleta desarrolló un toreo de emoción. Comenzó con el pase de la muerte y por desviarse algo el bicho recibió Joselito un encontronazo, del que resultó con el calzón roto y con un palotazo en el brazo derecho. No se arredró por elllo el joven matador, sino que se encorajinó y dio pases ayudados, por bajo y por alto, uno de rodillas, un molinete estupendo en la mismísima cabeza del bruto, y otros de todas marcas, materialmente metido entre los pitones. Entró a matar y recetó un pinchazo. Dio más pases con la misma valentía que antes, para otro pinchazo, y por fin arreó una estocada entera, algo caída, que hizo doblar al miureño. Ovación.
Joselito pasando con la zurda.  (Foto: Sol y Sombra)

Con el segundo no pudo hacer nada con el capote. Muleteó con la zurda y completamente solo dio ocho pases de rodillas aguantando una enormidad. El público pidió música, sonó ésta y Joselito continuó muleteando rodilla en tierra con gran valentía, pues el toro buscaba y no quería pasar la trocha. A la hora de matar arreó un estoconazo entrando bien; descabelló al primer intento, escuchó una ovación y cortó la oreja.

Al tercero le obsequió con unas verónicas de las de clase extra, y después, en quites, estuvo apretándose de verdad. Con la muleta realizó Joselito una soberana faena. Hubo pases por bajo, molinetes y de rodillas, estupendos. Por contera a esa faena arreó un estoconazo en la mismísima yema, que hizo rodar al toro sin puntilla. Ovación grande y oreja.

Al cuarto le dio varias verónicas, y al muletear estuvo breve e inteligente, acabando con una estocada arriba, atacando guapamente.

Al quinto le colocó tres superiores pares al cuarteo. Con la muleta dio pases ayudados y de tirón, con el exclusivo objeto de ahormar la cabeza del bicho, y una vez conseguido entró a matar, soltando un pinchazo bien señalado. Más tela, para otro pinchazo y una estocada delantera. 

Después de enloquecer al público en quites, cedió los palos a Petreño en el sexto toro y ambos diestros fueron aplaudidísimos. Con la muleta hizo filigranas. Con los pies clavados en la arena y más derecho que un poste dio pases ayudados, siguió por molinetes superiorísimos, de rodillas estupendos, afarolados, etc. Se arrodilla ante la cara y permanece en esta posición durante largo rato. El público enriquece de tanto ovacionar. Para terminar arrea un pinchazo y media caída, que mata al último miureño".

miércoles, 17 de abril de 2019

UN GALLISTA ATÍPICO

En 1915 se publicó el libro Canalladas. Escritores, políticos y toreros (Colección ‘Biblioteca España Trágica’, Madrid, Imprenta de Juan Pueyo). El autor, Juan Brasa, periodista gallego, corresponsal en América, bohemio, ácrata y fascista a partes iguales, al que Felipe Sassone definió con las siguientes palabras:
Juan Brasa es joven, valiente es ágil, está alegre, ama, come todos los días y duerme como el justo y se disfraza de enfant terrible para que no se lo coman por los pies. Moreno como un andaluz a quien el Madrid jaranero y noctámbulo se le ha metido en el alma..
En sus libros no pierde la oportunidad de decir lo que siente en frases tan definitivas como estas :

'Por encima del arte, del amor y de la muerte esta España'.
' Hablo alto y me río fuerte porque me da la gana'.
'Yo me paso por el sobaco los convencionalismos '. 
' Soy periodista y español'.

En el libro citado, le dedica estas palabras a Rafael:

Rafael el Gallo es el torero que mejor ha entendido al público.
Ni es valiente, ni inerte, ni reúne las demás condiciones que señalan los aficionados á todo el que pretende dedicarse á la tauromaquia.
Además, en la plaza hace cuanto se le antoja, se arrima al toro cuando le da la gana y es inventor de las ya clásicas "espantás".
Bueno; pues este torero es indispensable, es el que tiene más alucinadores fanáticos, y encima los críticos le llaman Rafael el Divino. .
Cualquier día que me levante de buen humor me declaro "gallista".
El Gallo debe de tener un talento enorme. Se ha dado cuenta de la situación.
Para semejantes aficionados chirigoteros, ningún diestro—habrá dicho el calvo —más á propósito que yo.
Y, efectivamente, haciendo precisamente todo lo contrario que los que los "cánones " mandan, sin valor, sin facultades y hasta sin pelo, este hombre admirable se hará rico.

Domina al público y á los toros. |Por algo es el Divinol