miércoles, 24 de abril de 2019

GALLITO Y GRANERO O LA ETERNA HISTORIA

En la revista The Times del 9 de enero de 1921, el periodista valenciano ‘Latiguillo’ reflexiona sobre los problemas en el escalafón tras la muerte de Josel
Manolo Granero
ito y sobre el papel de Manolo Granero.

Gallito y Granero  o la eterna Historia


Ignoro si entre la gente de coleta, como en los conventos, «cuando un fraile se muere dicen los demás: un enemigo menos y una ración más” pero lo que sí aseguro es  que, tal vez aún de cuerpo presente el inolvidable Joselito, no faltarían «ansiosos» que se hicieran sus cálculos, si no de la parte que podía corresponderles de lo que aquél ganó, al menos de lo que en esta y sucesivas temporadas podía en su cuenta corriente ingresar.

Para loa que así pensaran, la revelación de mi paisano Manolito Granero ha desbaratado sus poco piadosos planes, y ya comienza a hablarse de conjuras.

Sería de lamentar que algún amigo imprudente hiciera llegar a oídos de Granero la noticia, porque eso de las conjuras es una cosa muy seria... , aunque en ocasiones hagan reír.

Como quedó demostrado cuando Ricardo Torres conjuró a sus partidarios contra Joselito en venganza de haberse doctorado sin ponerle él el Visto Bueno en el título.

Bien es verdad que Bombita, el sembrador de vientos antigallistaa, creyó prudente hacer mutis sin aguardar a recoger las tempestades, imitando coa ello a cierto famoso capitán, y ahora es, según rumores, Sánchez Megías el que de su cuenta y riesgo se dispone a desempeñar el poco simpático papel de vengador.

Pero ya verán ustedes cómo, a pesar de tener bien organizado el cuerpo de alabarderos, lo de la supuesta competencia no pasa de ser una ilusión, porque más de una vez ha rechazado ya el público a los que, confundiendo el arte de lidiar reses bravas con el boxeo, nos retrotraen a los orígenes do nuestra clásica fiesta.

Por otra parte, y partiendo de la hipótesis de que sea cierto lo que nadie ha desmentido, el hecho de provocarle rivalidades a mí paisano, siendo como es, hoy por hoy, el único que constantemente evoca el recuerdo de José, se presta a deducir que Sánchez Megías alguna vez pudo pensar en destronar a su maestro.

Lo cual, después de todo, no tendría nada de extraño, pues los descendientes del iluso Cañizares son tan difíciles de contar como los innumerablea mártires de Zaragoza.

Eso sí, que como Manolo Granero, advertido de loa maquiavélicos planes de loa conjurados, tenga serenidad para aguardar a que los acontecimientos se desarrollen, y sin provocaciones ni arrogancias se limite a repetir lo que en la temporada última en Valencia y otras plazas hizo, no tiene nada ni a nadie que temer.


Antes por el contrario, debe sentirse orgulloso de que en él se repita la eterna historia de las conjuras, porque los ambiciosos demuestran su buen gusto envidiando siempre lo mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.