miércoles, 30 de enero de 2013

CARICATURA DE RAFAEL REALIZADA POR E. CARRASCO

Palmas y Pitos publicaba el 30 de noviembre de 1913, en su número 37,  una caricatura de Rafael Gómez "El Gallo" firmada por E. Carrasco. En la misma se ve al Divino Calvo, de medio cuerpo, envuelto en una nube a manera de virgen. Las manos en el bolsillo de la chaquetilla, su emblemático sombrero de ala ancha cayendo sobre su sien derecha y la camisa, abotonada hasta el cuello.
Cabecera de la revista.
Debajo, una escena demasiado repetida en la tauromaquia del genial diestro, la espantá. Las piernas abiertas en uve dejan intuir que, tapado por la barrera, Rafael está a punto de impactar con el suelo del callejón. La espada y la muleta, solas y sin dueño, quedan al otro lado, en el ruedo, verticales con la arena. Dos testigos contemplan el hecho: un guardia que sonríe y un taurino, posiblemente el apoderado o mozo de espadas que, con la boca abierta y la diestra levantada parece dirigirse a un toro que con el rabo enhiesto acaba de lanzar un derrote. 

Recreación gallista.

domingo, 27 de enero de 2013

ALTERNATIVA DE FERNANDO GÓMEZ ORTEGA 'GALLITO'


Javier Vellón ha elaborado el siguiente trabajo sobre la alternativa de Fernando Gómez Ortega, el  que fuera después buen banderillero.

El segundo hijo de Fernando Gómez y de Gabriela Ortega, Fernando, apodado 'Gallito en su breve carrera taurina, tomó la alternativa en la monumental de México el 14 de febrero de 1909, de manos de su hermano Rafael y con Rodolfo Gaona de testigo. Los toros pertenecieron a la divisa española de Campos Varela.

Tal como se indica en la crónica siguiente, firmada por Martínez, publicada en El Toreo nº 2040, del 22 de marzo de 1909, Fernando no estaba llamado a seguir la estela de sus hermanos. De hecho, a su vuelta a España, renunció al doctorado.


José y Fernando.
Los toros eran seis de la ganadería de Campos Várela, y resultaron bastante manejables en la lidia, aunque muy desiguales en lo que se refiere a su presencia. No hubo ninguno al que pudiera aplicársele el calificativo de buen mozo; pero, en fin, alguno resultó pasadero, estando todos, por lo general, muy mal colocados de pitones. 

Rafael Gómez saludó á su primer toro con unas cuantas verónicas de las de buen estilo, toreando a su sabor en el terreno que quiso, ajustándose mucho y derrochando finura y dominio de lo que hacia. Al decir esto, realmente no cabe ni hago más que repetir lo que ya dije en mi anterior reseña. Muleteando estuvo sencillamente magistral, protegiéndole además la suerte, puesto que el bicho se acogió bien á las caricias del engaño, dando ocasión a que el matador se luciera. A este toro lo despachó el antiguo protegido del Guerra, consumando admirablemente el volapié, para dejar una estocada que provocó abundantísimo derrame, manejando superiormente la mano izquierda para dar la salida. El calvito dio la vuelta al redondel haciendo genuflexiones al público que batía palmas. 
Los Gallo en familia.
Al salir su segundo toro, Rafaelillo se dirigió presuroso á los tercios, y se arrodilla cambiando bien, aunque despegándose del toro sobradamente por ver el niño que se le venia encima muy en linea recta, y que era preciso jugar mucho el capote y a distancia para esquivar el riesgo.

Cuando se vio con el trapo rojo en la mano, se acordó de las tradiciones de la familia y puso cátedra, ¡cámara, pues si tenemos aquí al torero extra de las alegrías! Puesto de hinojos pasó al morlaco, llamándole luego muy desde cerca y obligándole para dar magníficos pases de pecho, en que el cuerno derecho del bruto tropezó más de una vez con los alamares de la chaquetilla, ¡tan ceñiditos resultaron! Jugó luego la muleta por bajo y en redondo, haciéndola ondular como una mariposa, y en cuanto igualó el toro, Rafael, de pura confianza se fue tras el estoque, no consiguiendo sino tocar en hueso, repitiendo con igual suerte, y acabando con media estocada algo caída, al volapié, consiguiendo en seguida descabellar a pulso. 

Fernando, José y Rafael en el madrileño
hotel Roma.
Con los rehiletes estuvo superior en el último toro, aunque justo es decir que abusó un tanto de las posturitas. Pero es un señor banderillero con toda la barba, aunque afeitado. El par que colocó con suma elegancia, resultó de los de primera magnitud. El sevillano escuchó palmas sin cuento, y se captó por entero las simpatías de la afición.

Rodolfo Gaona. Dicen que nadie es profeta en su patria, y lo que se dice de los profetas puede aplicarse a los toreros, excepción hecha de este caso, pues la verdad es que al joven Gaona, desde que se reveló en las lides taurinas, le ha acompañado sin cesar la indulgencia o el entusiasmo de sus compatriotas; es torero de corrida de gala, y lo ejecuta todo, y lo ejecuta bien y con arte; pocos se han hecho torero viejo en sus albores para los efectos de reservarse, y el arrojado mozo que en la Puerta de Hierro, de Madrid asombró a los aficionados de la antigua metrópoli por su decisión al entrar, lo piensa ahora mucho antes de decidirse. ¡Tendrá reservados sus lujos para las plazas españolas! 

Rodolfo Gaona.
A su primero lo toreó por verónicas, sin excederse en los deseos de quedar bien, despachándole después de una faena apuradilla con dos pinchazos y una estocada de las de travesía, oyendo una violenta tempestad de aire mejicano, que son los peores para un diestro del territorio. A su segundo lo tumbó valiéndose de una estocada delantera. Con las banderillas estuvo aceptable, sin asombrar. En resumen, una mala tarde para el leonés.



Gallito chico. Este diestro novel, hermano menor de Rafaelillo, pero con más estatura y más planta que él, tomó la alternativa en esta fiesta, demostrando que no es ajeno al dominio del capote, pero que con la espada no es de aquellos que ven solo el morrillo, olvidándose de que los cuernos pegan. Para hacer análisis de un matador, es poco una corrida. Así, pues, reservamos nuestro juicio para cuando le veamos otra vez, adelantando únicamente la opinión de que este Gallo cantará poco como gallo de pelea, y que después de cacarear durante algún tiempo, se remitirá nuevamente al modesto papel de banderillero de su hermano, siguiendo el ejemplo de otros hermanos de matadores célebres que también quisieron ser espadas. 
Conste que es una opinión nada más.

miércoles, 23 de enero de 2013

RAFAEL TESTIGO DE LA REVOLUCIÓN PORTUGUESA DE 1910


El 5 de octubre de 1910 hubo una revolución en Portugal tras la que se proclamó la Primera República que puso fin a la monarquía.

La subyugación del país a los intereses coloniales británicos, los gastos de la familia real, el poder de la Iglesia, la inestabilidad política y social, el sistema de alternancia de los dos partidos en el poder (progresistas y regeneradores), la dictadura de João Franco y la aparente incapacidad de acompañar la evolución de los tiempos y adaptarse a la modernidad contribuyeron a un inexorable proceso de erosión de la monarquía portuguesa del cual los defensores de la república, especialmente el Partido Republicano, supieron sacar el máximo provecho. El Partido Republicano se presentaba como el único con un programa capaz de devolver al país el prestigio perdido y colocar a Portugal en la senda del progreso. 

Tras la oposición del ejército a combatir a los cerca de dos mil soldados y marineros rebeldes entre los días 3 y 4 de octubre de 1910, la república se proclamó a las 9:00 del día siguiente en el balcón del ayuntamiento de Lisboa.

Primera página de El País referido.
Gallito fue uno de los testigos presenciales de los históricos acontecimientos y concedió a su regreso a Madrid una entrevista publicada en el periódico El País del  domingo 9 de octubre:


Anoche, desde mucho antes de las ocho, rondaba el reporter que escribe estas noticias la casa en que habita El Gallo.

Me acompañaba un entrañable amigo, y los dos paseamos a largos pasos, impacientes y nerviosos, la calle de la Visitación como torvos y sigilosos espías.

Habíamos sabido, por una verdadera casualidad, que Gallito, el torero, el de las filigranas y el clasicismo, llegaba a Madrid a las ocho de la noche, y audazmente decidimos interrogarle para que nos contara qué había visto y observado en Lisboa, donde le han sorprendido los históricos acontecimientos revolucionarios de la pasada semana.

Y, efectivamente, tercos en nuestro propósito, conseguimos satisfacerlo, pudiendo hoy ofrecer al público algunas interesantes noticias que con lenguaje pintoresco nos contó Rafael Gómez.
Charlando en su casa

El Gallo anunciado en
Valencia en 1910.
Rafael larga tela en San Sebastián el mismo año.
En el amplio comedor de la casa del simpático “Nardo”, residencia habitual de Gallito, y cuando éste acaba de llegar, en pie todos, un poco fatigado él del largo viaje y atentos todos los circunstantes, hablamos detenidamente.

Los primeros momentos.- Blanquito cree que son salvas


Dice Rafael que estaba hospedado en el hotel Continental, que se encuentra precisamente en la plaza del Rocío, centro de Lisboa, y donde se han desarrollado importantes sucesos.

Había toreado el domingo en Campo Pequenho y tenía que volver a vestir el traje de luces para en la misma plaza torear otra vez el jueves, alternando con Malla.

Se deslizaba tranquilamente la vida en Lisboa, y cuando el atentado a Bombarda, al saberse que éste había perdido la vida, sólo ocurrieron pequeños desórdenes a los que nadie concedía importancia.

- Yo –dice Gallito- hacía mi vida normal tan inocente de que iba a presenciar una revolución.
Pero el día 4 –continúa- estando lavándonos momentos después de abandonar la cama, oímos una espantosa detonación, y asomados a las ventanas vimos caer en el centro de la plaza una terrible granada que explotó, abriendo un gran agujero en el pavimento y sembrando de balas las paredes de las casas.

Entonces me convencí –manifiesta vivamente el Gallo- que aquello era una cosa de “veras”, porque toda la madrugada había estado oyendo cañonazos, y Blanquito me tranquilizaba diciendo:
- No es . Son sarvas, porque aquí se celebra mucho la Virgen der Rosario.

No se puede salir a la calle


A partir de este día los sucesos vinieron precipitada y vertiginosamente.

Manifestación en los días revolucionarios lusos.
Ninguno de los que nos encontrábamos allí podemos contar detalles minuciosos, porque bloqueados en los primeros instantes en nuestros domicilios a causa del fuego horroroso de fusilería y ametralladora, nos veíamos imposibilitados de salir.

- Crea usted –me dijo el Gallo- que librarse de las tarascadas de los toros para exponerse a que nos corte la coleta una bala de cualquier clase, es cosa tonta.

La heroicidad de los marinos


Le da Rafaelito, el de la maravillosa muleta, dos chupadas al habano, se pasa la mano por la cabeza queriendo arreglarse coquetamente los pocos cabellos sobre la calva, y me explica su admiración por la heroicidad de los marinos.

- Eso sí lo vi, que se batieron admirable y denodadamente, y que se multiplicaron, acudiendo a todas partes, y que la impresión general de todos es que a ellos principalmente se debe el triunfo de la República.

El duque de Oporto no se ha batido


Le pregunté a Gallito si conocía alguna referencia de la actitud del duque de Oporto, tío del ex rey, quien se ha dicho que se batió al frente de los leales. 

Blanquito metió el capote, muy bien, como siempre, contándome que era completamente inexacto el rumor, y que lo desmintiera en absoluto, porque el duque de Oporto no se puso al frente de las tropas monárquicas, ni mucho menos, sino todo lo contrario.

El Gallo sintetizó en una frase lo que hizo la familia real.

- Han tenido todos mucho miedo, y sólo han procurado huir.

Enormes destrozos


Gallito sigue su interesante narración, dándome cuenta de que fue a ver el Palacio das Necesidades, y se encontró con que estaba casi destruido, arrasado por las granadas explosivas de los barcos de guerra.

En un paseo que dio por Lisboa, ya triunfante la revolución e instaurada la República, observó que han quedado destruidas muchas casas particulares y que, según le dijeron, pertenecían a conocidos políticos monárquicos.

Son grandísimos los destrozos hechos en las casas y en las calles a causa de los disparos de los contendientes, sobre todo de la metralla lanzada por la artillería.
El número de muertos y heridos ha sido grandísimo también.

Idealización de la República.

Júbilo y alegría por el triunfo

 Habíamos entretenido demasiado tiempo al torero y quisimos poner fin a la entrevista.

Pero antes de despedirnos le interrogamos sobre su impresión acerca de la manera que ha recibido el pueblo lusitano la República.

- El júbilo y la alegría –dice Gallito- han sido extraordinarios.

Los caudillos republicanos eran vitoreados frenéticamente por la muchedumbre y en el Rocío coronaron, creo que a Costa, con laureles que llevaban nombres del pueblo.
Se mostraban las mujeres animosas y radiantes y el cuadro fue sublime, sobre todo después de los trágicos días pasados.

He hablado con muchos militares –añadía Gallo- de diversas opiniones políticas y todos están acordes en la opinión de que la República se consolidará definitivamente, y que la revolución se ha hecho de una manera admirable.

Haga usted constar también que todo Lisboa se hace lenguas de la correcta conducta de los revolucionarios que no cometieron ningún acto punible.

Gallito a España.- Entusiasmo en los pueblos.


Como Rafael Gómez ha venido por Figueira da Foz, pasando por muchos pueblos de Portugal, ha visto que en todas partes reina la alegría, y que circulan por las carreteras y calles de las poblaciones automóviles y coches engalanados con banderitas republicanas y que los trenes son recibidos con grandes demostraciones de entusiasmo por parte de los buenos patriotas.
Gracias, y hasta mañana

Estreché afectuosamente la mano a Rafael, dándole las gracias y también al inteligente Manuel Rodríguez y a Blanquito por la exquisita amabilidad con que acogieron al importuno reporter. Y me despedí deseando buena suerte para él, hoy en que han de verse publicadas estas notas, día en que Rafael, el clásico, podrá hacer otra “revolución”, si quiere, en estos castizos y republicanos Madriles.

domingo, 20 de enero de 2013

RAFAEL EL GALLO EN 1934


Rafael Gómez “El Gallo”, despachó en 1934 un total de 29 corridas en las que se enfrentó a 59 toros. Fue el año de su última reaparición y quedaron distribuidas como sigue:

Abril

1, Sevilla; 9, Sevilla; 22, Barcelona.

Mayo

3, Madrid; 7, Figueres; 10, Madrid; 13, Málaga; 20, Barcelona; 25, Córdoba; 28, Valencia; 31, Granada.

Junio
3, Sevilla; 24, Nîmes.

Julio

1, Palma; 10, Pamplona; 14, Burdeos; 15, Barcelona; 22, San Sebastián; 30, Valencia.

Agosto

5, Valdepeñas; 12, Cartagena; 15, Gijón; 20, Cádiz; 26, El Puerto.

Septiembre

2, Palencia; 9, Murcia; 13, Albacete; 14, Salamanca; 23, Valladolid.

Programa de mano de Valencia
22 de abril en Barcelona.


















Uno al Sesgo hace el siguiente juicio crítico de la campaña del genial diestro en su anuario Toros y Toreros correspondiente a la referida temporada:



“Después de unos años de ausencia, por América, ha vuelto el hombre, aproximadamente tal como se fue: el mismo hombre con los mismos pecados; y lo mismo se puede decir del torero.
Tan valiente a ratos y tan cobarde otros, como antes; tan gracioso y tan original en su toreo cuando torea a gusto, y con toros de “su estilo”; tan despreocupado y prudente, cuando son “contra estilo” los enemigos; tan desconcertante como en sus mejores tiempos –pues en eso mismo del “estilo” y “contra estilo”, las más de las veces él solo sabe a qué atenerse-. Rafael ha dado tardes muy buenas de toros esta temporada y en otras ha estado fatal: exactamente lo mismo que antes.

Excelente natural.
Se ha dicho que su toreo estaba anticuado. Ganas de hablar. El “Gallo” ha toreado siempre con arreglo a unas normas –sin norma- genuinamente suyas, tan en vigencia hoy como hace veinte años. Ni en aquella época toreaba como los otros ni ahora tampoco. Por lo tanto tan nuevo era entonces su toreo como lo es ahora.

Sus lances de capa a una mano ¿quién los ha mejorado? Sus desplantes graciosos en el toreo de muleta, y todos los pases que ha inventado en la cara del toro, que le han copiado y han quedado en el repertorio, ¿quién de los modernos los ejecuta mejor?

Si eso es el “Gallo” de ahora, eso y nada más; eso y nada más era el “Gallo” de antes. Un torero genial y pintoresco, que como decía su padre, y no se equivocó. “mientras pueda tener un capotillo en las manos será una figura excepcional del toreo”

miércoles, 16 de enero de 2013

FOLLETO MEXICANO SOBRE LOS GALLO

Contraportada de la misma.
Portada de la publicación.

Daniel Medina de la Serna firmó el mismo año de su muerte el folleto La familia de los Gallos, una estirpe torera… y flamenca. La obra apareció en 1.999 dentro de la colección de Lecturas Taurinas de los Bibliófilos Taurinos de México.

Daniel condensa en solo 12 páginas la historia de la dinastía de los Gallo tras un prólogo que Pepe Malasombra titula Medina de la Serna, su copal taurino

Muy interesante resulta el árbol genealógico en el que distingue el oficio de los integrantes de la familia en dos grandes grupos: toreros y flamencos. En él hay una doble curiosidad dado que Enrique El Almendro y José Ortega El Águila comparten ambas profesiones.

Árbol genealógico gallista.


domingo, 13 de enero de 2013

LOS GALLO, ICONOS DE LA VIDA SOCIAL


Javier Vellón firma el siguiente artículo en el que deja algunos datos sobre el tratamiento que tuvieron Rafael y José en lo que puede denominarse revistas del corazón de la época.

Durante casi una década, de 1913 a 1920, los hermanos Gallo, especialmente Joselito, ocuparon las primeras planas de las revistas del corazón que, en aquellos años y bajo la influencia de publicaciones similares francesas, comenzaban a ser muy populares en España.
A continuación aparecen diversos reportajes gráficos de una de estas revistas Mundo Gráfico, la de mayor repercusión del momento, en los que aparecen los diestros en diversas facetas de la vida social, lo que evidencia su condición de figuras habituales en este tipo de publicaciones.
Joselito como conductor de un automóvil, fotografía publicada el 15 de julio de 1914:




Joselito convaleciente de una grave cogida en Barcelona y, a continuación, Rafael dispuesto a subir a un coche durante unas vacaciones (15 de julio de 1914):


Los hermanos Gallo acompañados por el Conde de la Maza (11 de agosto de 1915):


Joselito bailando con la excepcional actriz Margarita Xirgu (19 de enero de 1916):



Joselito participando en la Fiesta de la Flor de Madrid (6 de junio de 1917 y 19 de junio de 1917):

miércoles, 9 de enero de 2013

BUSTO DE JOSELITO EN TALAVERA

VISTA GENERAL DEL BUSTO.
JOSÉ DE FRENTE.
La memoria de Joselito en Talavera se perpetúa, entre otros detalles, con el busto que el paseante encuentra en los alrededores de la plaza, en los jardines del Prado. El Club Taurino Talaverano lo inauguró el 19 de mayo de 1.958. Es obra de P. Barral y se erige sobre un pedestal de granito. 



La leyenda es escueta: "El Club Taurino Talaverano le dedica este recuerdo, 1920 - 1958". Está firmado por P. Barral y datado en el último año referido. Unas letras ascendentes de izquierda a derecha forman la palabra Joselito.




UNA PERSPECTIVA.

OTRO PERFIL.
  Fernando Chueca Goitia describe la obra en el ABC del 16 de junio de 1984 en un artículo titulado Talavera 1920: "La cabeza de Joselito me atrae sobremanera; su perfil tiene algo de camafeo imperial romano, como el que está en el tesoro de la catedral de Aquisgram. Su nariz no es griega, es romana, con la parte alta del caballete hundida, sus labios son carnosos, algo orientales, pero un mentón firme impide que caigan en sensual banalidad; su cráneo sin desfigurar, porque su pelo es corto y bien peinado, tiene también romana dignidad. Aquello de "aire de Roma andaluza" que descubrió Federico en Ignacio lo hubiera descubierto igualmente en José. 


Pienso que algo muy profundo se guarda en aquel rincón talaverano donde en forma curiosísima un venerable santuario mariano y un coso taurino se hermanan hasta casi fundirse en un abrazo. Sólo un pequeño callejón los separa y ese callejón entre el flanco de la epístola del templo y los corrales de la plaza se llama calle de José Gómez "Joselito".

PLACA DE LA CALLE.









domingo, 6 de enero de 2013

PRESENTACIÓN DE RAFAEL EL GALLO EN MÉXICO


Javier Vellón ha elaborado el siguiente trabajo sobre la presentación de Rafael Gómez El Gallo en la capital mexicana, hecho que acaeció hace 110 años.     
                        

Rafael El Gallo se presentó en la México el 7 de diciembre de 1902, acompañado de Algabeño y Chicuelo, ante toros de Piedras Negras. Rafael tuvo una tarde de triunfo y sangre, como se recoge en la siguiente crónica, aparecida en El Toreo (5/01/1903) nº 1588:

El aguacero pertinaz que se desató sobre la ciudad a la hora interesante de la corrida de toros en la Plaza «México» no pudo ni hubiera podido apagar el entusiasmo de los aficionados que, caminando de regocijo tras de regocijo, asistieron al triunfo del arte de Cúchares en la tarde de ayer.La corrida ha de grabarse con dorados caracteres en la blanca lápida de los sucesos imborrables. He ahi al Algabeño realizando el volapié clásico; al Chicuelo, convirtiendo en valor todo su bagaje; al Gallito, despertando alegrías dormidas y trayendo a la memoria elegancias olvidadas.

Una gran corrida ha sido la de ayer; una excelente corrida, que hace tomar la revancha a la Empresa en sus proyectos y a los aficionados en sus esperanzas. 

Toros de Piedras Negras—¡ya era tiempo!—finos, cuidados, con tipo, empuje y bravura No dieron mentís a su casta, porque salvando defectillos que no hacen al caso, cumplieron en lodos los tercios. Hay que hacer excepción del tercero, que por cobardón volvió al corral. No hay que señalar más defecto a los cornúpetas que el de ser recelosos desde el segundo tercio, pero teniendo en cuenta la lidia de que fueron víctimas, una lidia infernal que se traducía en un diluvio de capotazos desastrados. Con decir que ni el público mismo, con sus protestas tas continuadas, pudo evitar semejante desorden, basta para comprender la magnitud de éste. En el redondel cada cual se encomendaba a su santo, y cada santo resultaba en abierta pugna con sus correligionarios. Si los herraderos son—como dice un celebrado escritor español—el garbanzo negro de los pucheros taurinos dominicales, podríamos pasarla alegremente, orgullosos en nuestra barrera.

Algabeño, Chicuelo y Gallito, rayando a igual altura en dirección; merecen todas las silbos y todas las protestas en tal sentido. ¡Si, aquello era una verdadera merienda de negros, toro por toro y tercio por tercio! Hasta los de la puntilla metían el capote cuando les iba en mientes. Lamentamos la nota burda del espectáculo y, lamentándola, debemos pedir su recisión. Veamos ahora la labor de cada espada alternante, que van diciendo para su coleto: «Yo, y nada más. El conjunto, para el gato».

Algabeño.— Encontró a su primero convertido en un pícaro, desarmando y colándose que era un primor. Lo desengañó, lo consintió y lo fijó sin dudas ni vacilaciones, y en menos tiempo del que empleo en trazar estas lineas, lo rindió a sus pies de media estocada al volapié neto, entrando el diestro recto como una saeta y con los terrenos cambiados. Grande y merecida ovación. En su segundo estuvo mucho más hábil el diestro de la Algaba, porque, aun cuando el burel buscaba el bulto, supo cauterizarle resabios. Tras dos pases ayudados de tanteo y confirmación, dos naturales superiores, una serie de telonazos de castigo para fijar y otra estocada al volapié, honda, hasta los gavilanes y en la misma cruz, entrando, vaciando y saliendo como un maestro el matador. La ovación duraba cuando el cornúpeto recorría la arena. He ahi una estocada clásica. Algabeño recordaba la edad de oro de la tauromaquia. 

En el sexto toro, que le tocó matar por el percance de que fue victima el Gallito y que luego explicaremos, estuvo sobrio con la muleta y acabó de confirmar sus inmejorables condiciones como matador seguro que no busca alivios ni triquiñuelas. En quites, Algabeño estuvo oportuno y cuidadoso, y salvo sus complacencias para con el peonaje, merece ovaciones sin cuento en el recuerdo de los aficionados. Ha cimentado su cartel, realizando un nuevo triunfo. 

Chicuelo- Entre el gran matador Algabeño y el gran torero Gallito, Manuel Jiménez (Chicuelo) aparece como un término medio y como un eslabón de simpatía. No llega donde se ha colocado el primero por su maestría, ni puede alcanzar al segundo en habilidad y en elegancia; pero tiene personalidad propia, agallas y deseos para ganar la gloria. Que la escale sin volver la cara, sin envidias ni temores. El que lucha triunfará en el redondel con verdad y con amor. Al segundo de su turno lo saludó Chicuelo con un cambio de muleta ceñido; mas fuera de este pase y otro de pecho, lo demás fue puro baile y relumbrón puro. Una estocada tendenciosa completó la labor, escuchando el torerito palmas. 

Al quinto toro, por ser ladrón que buscaba el amparo de las tablas para defenderse, nos parecieron razonables las precauciones de Jiménez; pero no así su falta de decisión al hundir el acero. Largó una honda delantera y perpendicular, una metisaca de mala manera, dos pinchazos y media certera. Si el toro cortaba el terreno, desarmaba y se defendía, lo natural era que el matador hubiese buscado alguna estocada de recurso, como la media vuelta, el revuelo. Chicuelo lució en floreos con el capote, una que otra vez en quites y con un excelente par de banderillas de frente. 

Gallito.— Mucho habíamos leído y mucho más nos habían contado de este diestro, pequeño en su estatura y en su alias, grande por los méritos que encierra. No hay que exigirle todo ni quererlo todo. Colocar el deseo dentro del medio ambiente es lo razonable y lo que da la medida de la afición, que huye de quijotismos y poemas ultramontanos. Gallito es el torero del día, hecho para nuestro público. Sus floreos, sus originalidades, sus elegancias recortadas artísticamente, levantaron aplausos sin cuento. No habíamos visto ni más gracia ni mayor soltura en los lances de capa. He ahí al que innova, al que inventa, al que va llenando el toreo de nuevos puntos brillantes. El bravo muchacho desplegó una faena de muleta variada en su toro de turno—el tercero—y al observar que buscaba, como una querencia propia, las tablas, lo estoqueó allí, entrando con fe y logrando una estocada de rápido efecto (Muchos aplausos).

En banderillas entusiasmó. Tomó una silla, citó casi en los medios y realizó el cambio, viendo llegar con serenidad, midiendo los tiempos matemáticamente y levantando los brazos con primor para dejar un par supremo, cuya situación olvidamos de propósito, en virtud de la gran idea y de la voluntad ejecutiva. El Gallito se enloqueció con las palmas—aquello semejaba los efectos de un temblor trepidatorio que hacía crujir el maderamen del circo;—tomó otros rehiletes; se le ocurrió llegar a jurisdicción del bicho gazapeando; pero la desgracia asomaba las garras. El torerito hizo una parada en firme; alegró con el cuerpo a tres metros del burel; éste arrancó, y en el momento de la consumación, por efecto de un derrote alto, Gallito sufrió un puntazo en la cara que le obligó a encaminarse a la enfermería. Un silencio profundo reinó después de esta escena. El pensamiento del aficionado velaba a la enfermería. ¿Estaría grave el Gallito? ¿Se presentaría otra vez en el redondel?

La corrida terminó bastante tarde. Hubo pares de banderillas que merecen aprobación entusiasta, entre ellos los de Pataterillo, en primer lugar, agregándole los aplausos que se le tributaron por sus galleos a cuerpo limpio en la preparación; un par al sesgo de Pepín, y buenos al cuarteo de Blanquito, Sevillano, Sordo y Marinerito. En la brega, Gales, Blanquito y Pepín, y muchos, pero muchos más aplausos para este último por su salto de garrocha limpio y sobre corto y por su cambio de rodillas en los medios de la plaza. En varas, Zurito y Mazzantini, y con la puntilla, nuestro mexicano Tovar. 
Sin el herradero, esta corrida se habría traído por los aires á todos los públicos de España. ¡Que lástima de garbanzo negro!

                                                            PARTE FACULTATIVO 

Durante la lidia del quinto toro ha ingresado en la enfermería el espada Rafael Gómez (Gallito), con una herida de tres centímetros, que le ha fracturado el borde alveolar del labio inferior, ocasionándole la pérdida de dos dientes, lesión que le impide continuar la lidia. La herida no es grave y tardará en curarse más de quince días.— Silverio B. Gómez.




                                                                                                                                           LlNDOGA.

miércoles, 2 de enero de 2013

JACK JOHNSON, CAMPEÓN DEL MUNDO DE LOS PESADOS, AMIGO DE JOSELITO

Joselito desafiando al campeón del mundo de los pesados, el boxeador americano Jack Johnson. La imagen tomada por M. Mateo el 21 de abril de 1917 resulta, al menos, curiosa por la diferencia de envergadura entre ambos. Como la vida del gigante americano.

JOSÉ DESAFÍA A JACK.
JOSÉ Y JACK POSAN
PACÍFICAMENTE.
Artur John Jonson (Galveston, Texas, 1878- Raleigh, Carolina del Norte 1946) tuvo relación con el mundo del toreo, fue asiduo a las plazas e incluso el 10 abril de 1916disputó un combate en la Monumental de Barcelona contra Arthur Cravan (poeta y sobrino de Oscar Wilde), que le duró un suspiro.
De origen humilde, empezó a boxear siendo muy joven participando en peleas entre estibadores. Debutó en el profesionalismo en 1897 y en 1903 derrotó a Denver Ed Martin para proclamarse campeón mundial “de negros” de los pesos pesados. El entrecomillado obedece a que los luchadores blancos se negaban a medirse con ellos. La cosa cambió y en 1908 Jack vence a Tommy Bruns en Sydney y se alza con el título mundial absoluto.

En Estados Unidos no se admitía la manera de comportarse de Jonson dado que era simpático, le gustaba divertirse, los coches de carreras y ligar con mujeres blancas. Por ello el Senado hizo una moción de censura para pedir a Jim Jeffries que volviera a la actividad tras seis años de retiro. El famoso escritor Jack London, en su columna del New Cork Herald, apoyó la propuesta “para borrar esa sonrisa en la cara de Jonson”. El enfrentamiento tuvo lugar en Reno (Nevada) en 1910 y Jack venció por KO técnico en el decimoquinto asalto.
JOHNSON - CRAVAN
EN LA MONUMENTAL.


La campaña para desprestigiar su imagen se recrudeció y fue arrestado en varias ocasiones por infringir la Ley Mann, que impedía que un hombre y una mujer viajasen juntos como pareja sin estar casados. En una de las fue multado con mil dólares y condenado a un año y un día de cárcel, por lo que decidió irse a Europa. En 1914, con la I Guerra Mundial, se instala en Argentina.

Durante un tiempo se establece en Barcelona, donde tiene lugar el combate reseñado.  Allí conoce a la flor y nata de los artistas españoles del momento gracias a su promotor, el dueño del cabaret Excelsior, entre ellos los matadores de toros Rafael Gómez El Gallo, José Gómez Joselito y Juan Belmonte, con quienes intercambia conocimientos dándoles unas nociones de boxeo a cambio de otras tantas de toreo.

Jack boxea en Madrid y se hace socio del exclusivo club Puerta de Hierro, reservado a la aristocracia local.

Su afición le lleva a ser asiduo a los cosos desde que desembarcase en Santander procedente de La Habana y camino de París. Sabedor de que en Bilbao se anunciaba un cartel fuerte cambia de planes y acude a la plaza. Fortuna le brinda el 25 de marzo de 1916 la muerte de un novillo de Santa Coloma en la Villa y corte y otra reseña aparecida en el periódico La Nación afirma que el 5 de mayo de 1918 Malla hace lo propio con un toro de Antonio Pérez también Madrid.

JOHNSON, TORERO. (Foto: Toros y toreros, nº 7,
18 abril de 1916)
El 1919 se entrega al sheriff de San Diego y salda su deuda con la justicia pasando seis meses en prisión. Con medio siglo a sus espaldas funda una orquesta de jazz y Tony van der Bergh publica una biografía, The Jack Jonson story, en el que apunta que llegó a torear en presencia de Joselito, siendo volteado por el primer torete al que se le enfrentó.

Con más se sesenta años vuelve a Madrid y en 1945, con 67, boxea en una exhibición contra Joe Jeannette. Fallece el 10 de junio de 1946 en un accidente de tráfico.