domingo, 17 de marzo de 2024

MÁS ANDANZAS DEL GALLO EN 'LA GACETA DE TENERIFE'

'La Gaceta de Tenerife', en su edición del 7 de febrero de 1930, publicó el siguiente artículo en el que glosó la personalidad del inigualable Rafael:

LAS ANDANZAS DEL GALLO


El notable crítico del 'Nervión' de Bilbao, Luis, nos cuenta lo siguiente:

"Está visto y revisto que Rafael (El Gallo) sigue siendo genial a la vejez.

Últimamente ha toreado dos corridas en Quito, capital de la República del Ecuador y de la provincia de Pichincha, en unión del Almanseño, y en la actualidad se encuentra en Lima, dispuesto a "sacrificar su afición" para engrandecimiento y bienestar de los que le rodean.

Hasta aquí la cosa no tiene en realidad marcada importancia, pero señores del margen, es el caso que Rafael, después de estas andanzas, piensa retornar a España allá para Abril y esto, verdad, es algo lamentable.

Porque un diestro de la categoría y fama de Rafael Gómez Ortega, que después de dejar aromas geniales de su arte gitanísimo y ganar siete u ocho millones de pesetas vuelta a dar tumbos "misericordiosos" de plaza en plaza y de ruedo en ruedo es, ante todo, bochornoso e incomprensible.

No hay remedio para este torero de intuición creadora, pues al lado de lo sublime de su arte nos presenta lo ridículo de otro de su modo de ser y junto al despilfarro de millones nos trae la miseria más absoluta.

El Gallo, como es sabido, nació en Madrid el 17 de Julio de 1882, en la casa número 3 y 5 de la antigua calle de la Greda (hoy de los Madrazo) y se tiene por sevillano, ya que en Sevilla pasó los años de su niñez y mocedad.

Rafael Gómez lleva 27 años de matador de toros, pues tomó la alternativa en Sevilla en Septiembre de 1902, y la confirmó en Madrid el 20 de Marzo de 1904, alternando con Rafael Molina (Lagartijo).

Hace unos años le preguntaron unos amigos a Rafael:

- ¿Es verdad que piensas retirarte?

- No hagáis caso de bromas -contestó-. Yo no puedo retirarme, porque es de lo que vivo. El día que me vaya de los toros, en casa no va a haber ni para sopas.

Y tenía razón, porque El Gallo es así de castizo.

De sus rasgos de altruismo generoso se pueden contar numerosas anécdotas.
Cierto año empezó la temporada con un duro en el bolsillo y con más de diez mil de deudas.
Llegó a Madrid y un corredor de alhajas, quieras que no quieras, le obligó a que le comprara un solitario de diez mil pesetas.
- ¿Y cómo te voy a pagar? - preguntó Rafael.
- No te preocupes -contesto el negociante avispado-. Me llevas a las ferias de Valencia, allí toreas cinco corridas y tienes margen para pagarme...
Y con unas entradas para los toros, la cuenta de la fonda y la del viaje, todos tan contentos.
Accedió el gitano, se firmó el trato y el joyero fue a Valencia formando cuerpo con la cuadrilla. Pero en la capital levantina esperaban al Gallo otros acreedores y el hombre de la sortija no pudo cobrar la factura como creía.


Entonces empezó la peregrinación, porque aquella sombre a de acreedor siguió a Rafael a Santander, Vitoria, San Sebastián, Bilbao, Logroño y Valladolid, donde fue el pago.

Allí se hicieron las cuentas y en números redondos resultó que la alhaja le había costado al torero 'cañí', además de los dos mil duros de la tasa, otros mil por la demora.
Pero no paró ahí la cosa. Rafael marchó después a Sevilla y en la feria de San Miguel fue a los toros y un compañero suyo -Francisco Martín Vázquez- le brindó la muerte de las reses, y el Gallo, no teniendo a mano otra cosa con que obsequiar, le arrojó la alhaja que le había costado unos días antes 60.000 reales.
¡Las andanzas del Gallo! ¿Para qué seguir?
La historia del torero Rafael Gómez Ortega tendrá, a a través de los tiempos, el glorioso recuerdo de algo inexplicable, y todas sus proezas se contarán bajo el alegre sol de Andalucía, entre el repicoteo de unas castañuelas y unos chatos de manzanilla".


miércoles, 13 de marzo de 2024

EL GALLO, NÁUFRAGO EN LIMA

 

Foto aérea de Lima hacia 1930 (Foto:https://www.researchgate.net/)

El periódico almeriense 'El Mediterráneo' daba cuenta el 3 de enero de 1930 de un incidente naval en el que se vio inmerso el popular Rafael Gómez 'Gallo', que días antes había partido de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil con rumbo a Lima:

Lima.- El trasatlántico norteamericano que conducía esta ciudad al famoso torero Rafael Gómez "El Gallo", ha embarrancado en los bajos de Samanco.

El pasaje se puso a salvo, como así mismo la tripulación.

Para el lugar del accidente han salido dos remolcadores para intentar poner a flote el buque".

Sánchez Ortiz, en 'Heraldo de Zamora', apostillaba:

"El capitán del barco ha manifestado que aunque es muy problemática la salvación del buque, no hay que lamentar ninguna desgracia personal".

'El Progreso', por su parte, aportaba más datos relativos al nombre y nacionalidad de la nave: Mapocho, de Chile.

'El Luchador' apuntaba a la niebla como causa del accidente.

'La Libertad' cifraba en 1.552 toneladas de desplazamiento del buque y que "entre los pasajeros existe algún pánico, motivado por el temor de naufragio". El máximo responsable de la navegación afirma que "la posición del buque no es peligrosa".

"Correo Extremeño", afirma el 4 de enero que "el vapor se hundió pocos minutos después de haber encallado, pero afortunadamente todos sus tripulantes han logrado ser salvados".

'El Día Gráfico' recoge el día 5 el siguiente breve de la Agencia Americana: 

"Lima, 4.- Han llegado a esta capital  los pasajeros del vapor costero chileno "Napucho" (sic), que embarrancó al sur de Samanco, en el arrecife de Punta Negra, lugar reconocido como muy peligroso para la navegación.

Las operaciones de salvamento tuvieron que realizarse rápidamente, pues el buque se inclinó con extraordinaria rapidez hacia un lado, haciendo peligrosísima la permanencia a bordo.

Los pasajeros fueron embarcados en las lanchas salvavidas del 'Napucho' (sic). Entre ellos figura el célebre torero español Rafael Gómez 'El Gallo'.

Por su parte 'La Voz de Aragón', con mucha sorna y una vez resuelto felizmente el incidente, publicó: "Se fue a pique el vapor en el que viajaba El Gallo y Rafael Gómez, hecho náufrago, se salvó del cataclismo.

¿Náufrago El Gallo? ¿Pero ha dejado de serlo el pobre torero alguna vez?"










domingo, 10 de marzo de 2024

LOS DE HERNÁN IMPIDEN EL LUCIMIENTO DE LOS NIÑOS SEVILLANOS EN BAYONA

Arènes de Bayonne. (Foto: https://www.tripadvisor.jp/)

El número 35 del  periódico 'Le Sport', publicado en Bayona el 5 de junio de 1910, daba cuenta de la novillada celebrada en esa plaza el domingo anterior, 29 de mayo, con astados de Máximo Hernán. La crónica, firmada por Brunito en la sección 'La Novillada de Dimanche', se centraba en las actuaciones de Limeño y Gallito Chico, la pareja de moda en los espectáculos taurinos menores, y la de Pacorro, que actuaba como sobresaliente y, si había lugar, despachaba al sobrero.

La empresa Ostolaza et Cte. quiso suspender la comparecencia de los Niños Sevillanos, pese a que ninguna circunstancia podía justificar la medida. Nuestro reportero afirmó que "Limeño es un buen matador y Gallito un excelente torero", tras haber visto las evoluciones del dúo en San Sebastián y en la misma Bayona.

La tarde que nos ocupa no acabó en triunfo por el mal juego del ganado, "manso, cobarde y con tendencia a tomar el olivo". Hasta 17 saltos registra en su cuaderno de notas el bueno de Brunito, amén de otros que, por despiste, omitió. En los caballos flojearon los de Hernán, manseando en banderillas y cortando terreno. Nada pudieron hacer los torerillos en el último tercio, pues no mejoró el comportamiento de sus antagonistas.

Brindó Limeño a las presidentas, que no lucían la clásica mantilla española, pasó de muleta al torete que abrió plaza con la diestra y dejó una estocada a flor de piel y otra de mejor colocación, entrando muy recto en las dos ocasiones. Se le recompensó con aplausos.

Al segundo le dibujó cuatro pases superiores de cabeza a rabo y cobró un espadazo tendido que le valió una oreja. 

Con el último estuvo mal pero muy valiente, rematando de gran estocada y cinco pinchazos, con el cornúpeta muy agarrado al piso y sin hacer nada por él. Dos descabellos precedieron a los pitos finales. 

La labor de muleta en este novillo fue buena al principio, pero luego se diluyó. Limeño anduvo sobrio con el capote y bien con las banderillas, clavando de frente al séptimo torete.

Gallito hizo con su primero una bonita, e ineficaz, faena de muleta.  Algunos buenos pases por bajo para dejar tres medias estocadas caídas y un buen pinchazo. La parroquia lo aplaudió.

Ante su segundo hizo poco con la muleta. Un solitario buen natural, un mal pinchazo y una pescuecera que mereció que se dividieran las opiniones del respetable. 

Pasaportó al sexto, tras tres buenos pases por bajo y varios malos, de un espadazo en el cuello por moverse el novillo, otro que hizo guardia, nuevo pinchazo y un descabello. Aplausos. 

Gallito se mostró, en las raras ocasiones que tuvo la oportunidad de manejar el capote, como un maestro. Destacó al natural con la muleta y le plantó un par de banderillas al cambio al séptimo que fue muy aplaudido.

Pacorro, el sobresaliente, despachó al séptimo, haciendo las delicias de los espectadores con la muleta: dos naturales, un molinete, desarme y, con otra muleta, cobró dos estocadas, una hasta el puño, saliendo triunfador de la plaza. 

Mal los del castoreño. Los banderilleros Limeño, Torerito y Cara-Ancha, trabajadores y afortunados. El puntillero, nulo y la entrada a la plaza, mala. 

miércoles, 6 de marzo de 2024

BUENA TARDE DE RAFAEL EN VALENCIA

El domingo 13 de junio de 1926 se celebró en Valencia una corrida en la que Rafael El Gallo compartió cartel con Ignacio Sánchez Mejías y Braulio Lausín 'Gitanillo', en la lidia de seis toros de Veragua. Aguaíyo relata lo sucedido en 'Diario de Valencia' de martes siguiente:

Cabecera del periódico. (Fuente: prensahistorica.mcu.es)

EL GALLO CANTA


Rafael el Gallo defraudó la esperanza de cerca de 20.000 espectadores el domingo último.

Se llenaron por completo las localidades y tendidos del circo, y se llenaron, más que nada, por ver hacer al Gallo piruetas, 'espantás' y degüello de reses.

Pero se equivocaron los que con tan 'piadoso' fin fueron al circo de la calle de Játiva, pagando las localidades a alto precio; se equivocaron, porque el Gallo "no hizo reír"; el Gallo canta todavía, y canta el ki-ki-ri-kí con muchos más bríos que antes de marchar a América.

Rafael, con sus cuarenta y siete años, su escasa salud y sus muchas vicisitudes, puede con los toros todavía; y no sólo logra que le ovacionen cuando torea, sino que corta orejas, como el domingo.

Era el primero de Veragua lo que se llama un señor toro, con trapío, pitones y arrobas; y Gallo lo saludó con tres verónicas, una navarra y un recorte, que pusieron en pie a la concurrencia. Siguió artístico y adornado en quites, y cuando llegó la hora de matar, después de un discurso más largo que su calva, abrió cátedra de torear, muleteando cerca, erguido, quieto, con pases de todas las marcas, incluso la suya de cambiarse la muleta de mano por la espalda. Más que nada se le vio en aquella faena verdadero conocimiento de los toros y del arte de torearlos, porque sacó de aquel bravo y nobilísimo animal todo el partido que sacarse podía. Después, entrando habilidosísimo, mató de media estocada 'lagartijera' y hubo las palmas consiguientes, salida a los medios y vuelta al redondel.

En el cuarto de la tarde, que no era tan noble, ni tan suave, ni tan bravo, sino huido desde que pisó la arena, el "gitano de la Alamea", después de brindar a los de los tendidos de sol, izo con la muleta una faena efectista, parando unas veces de modo asombroso y rectificando otras, pero cerca y pinturero, aunque rara vez el bicho pasó. Vino luego una 'espantá' nueva, sin tomar el olivo; mas repuesto pronto, compuso la cabeza del veragüeño y lo hizo rodar a sus pies de media delantera en lo alto, tan habilidosa como suya. Entonces se desbordó el entusiasmo de la concurrencia y hubo concesión de oreja, vuelta al anillo y ovacionaza. Resumiendo: que el Gallo dio un mentís el domingo a cuantos fueron a la plaza para divertirse a su costa. Rafael el Gallo canta todavía a pleno pulmón. ¡Ki-ki-ri-kí!

Fue el cuñado de Rafael, Ignacio Sánchez Mejías, otro de los encargados de despachar los seis veraguas, y, como siempre, derrochó voluntad por complacer al público, que no salió disgustado de sus faenas.

Por eso yo, que no comulgo con las muchedumbres ni estoy dispuesto a luchar con ellas, acato su fallo, aunque, en calidad de aficionado puro, no me satisfaga nunca la actuación del señor Ignacio.

Y no me satisface porque el toreo es arte, y por lo tanto ,debe practicarse como tal, no como ciencia.

Eso de mediar con compás y escuadra los terrenos, con ayuda de 'portamiras' y descomposición de la línea gallarda del lidiador para clavar un par de rehiletes, lo creo de gusto deplorable.

Eso de los pases en el estribo, para el que sabe algo de matemáticas y de Física, como él, no tiene mérito, porque está en el secreto de que la masa toro ha de tomar su terreno, que es la cuerda del arco, y no la circunferencia; luego hay truco.

En resumidas cuentas, que el señor Ignacio me parece hombre de extraordinario valor con los toros, pero no un artista del toreo.

Sin embargo, al público le gustan sus cosas, y yo respeto esos gustos, diciendo lo que ese hombre realiza cuando torea, pero no dedicándole una palma nunca, no puedo, ante todo y sobre todo soy aficionado.

Veroniqueó Mejías al segundo de la tarde cerca y voluntarioso, pero sin lucirse. Tomó las banderillas después, y en la suerte natural clavó dos pares de frente, buenos. Haciendo alarde de facultades, al hilo de tablas, colocó seguidamente otro par, saliendo por las afueras. Y para terminar clavó un cuarto par por dentro, sin mérito alguno, porque el bicho estaba muy distanciado de los tableros.

Su labor de muleta en ese toro fue por la cara y con la derecha, intercalando en ella pases en el estribo, rodillazos y demás suertes de mejor o peor gusto. Alargando el brazo y sin pasar dejó un pinchazo escupido; después otro, mejor ejecutado, pero saliendo por la cara también. Encogiendo el brazo pinchó una vez más, y con un estoconazo delantero, cuarteando a la salida, terminó. Sonaron palmitas. 

En el quinto de la tarde tuvimos que padecer de nuevo los pares de la 'mariposa'. El público le decía que no los pusiera de esa clase; pero él prometió poner uno, y clavó tres, para demostrar, sin duda, la muchas maneras que sabe de parear con mal estilo.

Fue el primero de los tres pares pasado y con el toro bastante abierto; el segundo, a la puerta de los chiqueros, dándole así mucha ventaja al toro y sin el truco del capotito entre barreras para favorecer la retirada, y el tercero, después de muchas voces de mando para que le colocaran al bicho y de infinitas medidas, porque en ocasiones se puso casi a gatas, colándose entre el toro y la barrera de perfil, porque no había sitio para más.

¿Por qué ese hombre no hará lo que Márquez cuando practica esa suerte: marcas con el pie la salida al bicho y clavar luego con auxilio del quiebro de cintura? ¡Cuánto más artística, gallarda y fácil resulta así esa suerte!

En el último tercio ya no podía el bicho con el rabo porque había recargado en varas y recibido una de gran castigo de Molina.

Mejías muleteó entablerado, por altos, con la derecha cerca. Pinchó echándose fuera, y con media en lo alto, cuarteando al salir, tiró al bicho patas arriba.


La presidencia le concedió oreja y rabo, y el señor Ignacio dio vuelta al anillo con las preseas que le habían dado. 

Se le aplaudió un quite tirando el capote por encima del caballo del picador, que había caído al descubierto. Es una nueva manera de 'quitar' en la que no pensó Francisco Montes al redactar su tauromaquia.

Gitanillo, el tercero de los espadas, pasó inadvertido hasta que le tocó su primer toro, hasta el punto de que algunos preguntaban:¿Quién es ese torero?

Como si hubiera oído la pregunta el espada, cuando le tocó actuar a él quiso demostrar al público su valentía, en competencia con el señor Ignacio, y "muleteó de rodillas" muchas veces, no por rodillazos, para terminar dando la espalda al toro, y hasta se acostó en la cara de la fiera, como hizo aquí Fabrilo en tarde memorable. Sufrió un desarme y un pitonazo en el vientre, antes de realizar esos alardes de valentía. Arreó media delantera, entrando recto; y con otra media contraria, saliendo trompicado y enganchado por la faja, terminó.

Total: que en este toro estuvo Gitanillo más valiente que Mejías, porque hizo más atrocidades que éste, sin saber matemáticas. 

En el último de la tarde también estuvo valiente y cerca, pero soso, como había llegado el bicho a la muerte. Pinchó tres veces y acabó con el descabello.

El ganado de Veragua, bien presentado y poderoso, aunque respecto a bravura dejó bastante que desear, excepción hecha del primero, tercero y quinto.

Se distinguieron con la vara larga larga Avia y Molina, que defienden su pan, haciendo lo posible para que no se bastardee ni se suprima la gallarda suerte.

El Gallo, después de sus hazañas, se pasó la tarde dando vueltas al redondel, hinchado de gozo, recibiendo las felicitaciones de los entusiastas.

El 'fenómeno' Don Pío, si hubiera tenido la suerte de asistir a esta corrida, hubiese entonado a todo pulmón el ¡Ey, Carballeira!, como Rafael matizó el ¡¡Ki-ki-ri-kí!!

El peso de la canal de los toros

Primero, 307 kilogramos; segundo, 332; tercero, 292; cuarto, 208; quinto, 272 y sexto, 310. Total: 1.808 kilogramos.

























domingo, 3 de marzo de 2024

'LA SAGA DE LOS ORTEGA' DE FRANCISCO RODRÍGUEZ AGUADO

 

'La saga de los Ortega. La forja de una estirpe entre los tablaos y los ruedos' es un libro publicado en octubre del pasado año por Francisco Rodríguez Aguado en Editorial Club Universitario. En las más de 400 páginas se repasa la trayectoria de los miembros de tan linajuda familia de artistas.

El tema no es nuevo y en su día se acercaron el mexicano Daniel Medina de la Serna; Gabriel Ortega Gómez, popular recitadora sobrina de Rafael y de José, o el propio Francisco Rodríguez en 'Toreo por seguiriyas' (Egartorre, 2013), pero no con la profundidad y erudición del trabajo que nos ocupa en el que flamencos y toreros se alternan en un relato donde los datos no impiden seguir el hilo de un discurso bien trazado y que se pierde en la noche de los tiempos. Así, aparecen parientes de la matriarca Gabriela como Gualimpia y la Cantorala, que vivieron a finales del XVIII hasta desembocar en Marcos Sánchez Mejías, el último torero de la dinastía, hoy apoderado.


miércoles, 28 de febrero de 2024

RAFAEL REPITE EN BILBAO

Portada de la revista. (Foto: hemerotecadigital.bne.es)
Rafael, como se recoge en la entrada anterior de este blog, toreó en Bilbao la tarde del  1 de mayo de 1906 con Bombita. La pareja repitió al día siguiente, pero esta vez el ganado fue de Teodoro Valle. 'La Fiesta Nacional' publicó el 14 del mismo mes la siguiente crónica firmada, como la anterior, por K. PITA:

"En la corrida del día 2 se lidiaron 6 toros de D. Teodoro Valle que no resultaron, ni con mucho, tan bravos y duros como los de Saltillo. Sin embargo, no dejaron mal puesto el pabellón salamanquino. 

 BOMBITA. Se limitó a cumplir (mejor dicho estaría a salir del paso) y como queriendo poner de manifiesto que la asaura se va apoderando de él. ¡Rediez; y qué conservadores se vuelven estos astros en cuanto tienen un par de cortijos y cuenta corriente en el Banco de España! 

 GALLITO. Vamos: en la segunda corrida y hasta el cuarto toro ya nos enseñó algunas cosillas buenas de esas que se aplauden sin reservas. Con estoque y muleta trató de conquistar el tercer puesto de nuestras famosas corridas de feria y según parece lo ha conseguido en parte, pues según rumores la Comisión de la Plaza ha quedado bien impresionada de la labor de ambos empleada por Gallito." 

domingo, 25 de febrero de 2024

RAFAEL CON SALTILLOS EN BILBAO

Gallito. (Foto: La Fiesta Nacional)
El 1 de mayo de 1904 Rafael Gómez 'Gallito' se anunció en Bilbao para despachar astados de Saltillo en compañía de 'Bombita'. 'La Fiesta Nacional', en su edición del 14 del mismo mes, da cumplida cuenta de las actuaciones de ambos coletudos con la siguiente crónica:

" No cabe hacer distingos entre unos y otros de los seis Saltillos. Todos ellos hicieron la pelea del primer tercio con voluntad y gran poder, dando lugar a que la corrida pueda ser calificad. de superior por parte del ganado, no habiendo llegado a ser calificada de archisuperior por la maldita brega que caballeros y peones dan hoy día a los toros; pero, amigo, con las lanzas modernistas, con el toreo modernista y con el ajetreo modernista no es posible que haya toros bravos ni toreros concienzudos. 

BOMBITA. El primer Saltillo llegó a sus manos muy debilitado de los remos delanteros. El muleteo fue breve y sin mérito alguno; lo despachó Ricardo de una estocada ida y contraria, entrando recto aunque desde largo. Su segundo llegó a la muerte con la cara en el suelo, a pesar de lo cual el matador hizo toda la faena por bajo, bueno está el arte. Desde buen terreno agarró media, pasada, deshaciéndose de su enemigo de una estocada caída, caidísima, yéndose del mundo con todo descaro. La maldita aprensión según unos, y según yo la maldita desconfianza, le originó en su tercero un susto mayúsculo. Intentó comenzar el muleteo con un cambio a muleta desplegada, pero como a Ricardo los riñones le deben estorbar, no se atrevió a meterse en el terreno verdad para cargar la suerte, y como quedó en el de la mentira hizo el toro por él encunándolo y derribándolo con aparato horripilante; gracias a que quedó debajo del toro en buena posición no sufrió más que el susto consiguiente, pues el animal en su afán por empitonarlo, a manotazos se lo llevaba debajo de su hocico; el experimento duraría así como unos cinco segundos de minuto. Gracias a que el sustazo no hizo mella en Bombita y si lo hizo se le pasó con un trago de agua que por lo visto es un gran remedio y con tranquilidad lo pasó con tres naturales con la izquierda para una estocada hasta las cintas, buena de verdad que le valió una gran ovación. 

 A excepción de un buen cambio de rodillas, varias verónicas, dos de ellas de recibo, un farolillo bueno y una de frente por detrás, dado todo ello al toro del susto, nada hizo de particular encomio. Banderilleando nada más que con deseos de agradar. En la dirección de lidia, nulo. 

 GALLITO. Toda la tarde anduve buscando por el ruedo el tan cacareado toreo del hijo de Fernando y, francamente, no lo vi. Tiene su toreo de capa algo especial, algo que alegra momentáneamente pero es como A modo de estrella fugaz; aparece y desaparece momentáneamente, pero no deja tras sí castillos luminosos. 

 Y ¡cosa rara! me convenció más como matador que como torero, todo lo contrario de lo que su fama pregona. Su primer toro llegó a sus manos más suave que la seda y Rafael aprovechó la ocasión, flameando la muleta primorosamente. Entró una vez a matar desde algo largo pero recto, cobrando un pinchazo ladeado. A volapié neto agarró media estocada en todo lo alto que le valió prolongada ovación.

Acobardado y reservón llegó a, la muerte su segundo a quien metió mano guapamente tres veces para colocar tres buenos pinchazos y luego media estocada muy buena, teniendo que hacérselo todo el matador. 

 El último llegó a sus manos congestionado a la vista y por consiguiente completamente ciego. Aunque para la inmensa mayoría la muerte de este toro fue deslucida, a mí me agradó porque vi que el matador supo lo que tenía que hacer con el toro y aunque pinchó cuatro veces lo hizo  con la vista fija en los extraños que el toro hacía por efecto de la ceguera."