domingo, 4 de mayo de 2014

PRIMER ENCUENTRO DE JOSÉ Y JUAN EN MADRID

El sábado 2 de mayo de 1.914, ahora se cumplen cien años, Joselito y Belmonte midieron sus fuerzas por primera vez en Madrid. La corrida, tercera de abono, la completó Rafael el Gallo y seis toros de Contreras.

Con lleno en los tendidos, el cielo cubierto de nubes ocasionales y algo de viento se inició el espectáculo a la hora fijada, las cuatro y media.

PRIMERO

Lance de Rafael. (Foto: Alfonso)
Capotero, número 62, es negro, bien armado y no muy grande. Un par de buenas verónicas de saludo de Rafael en medio de un ramillete movido. El contreras deja un penco para el arrastre y escarba en la siguiente entrada. Pino lo incita a acudir al caballo tirándole la gorrilla de un monosabio y marra. Se cambia el tercio con tres malos puyazos y un marronazo. En el turno de quites, en el que intervienen los tres protagonistas, sobresale José en dos recortes por su quietud. Rafael acaba con una larga por bajo de buen trazo.  Almendro y Patatero cumplen con discreción prendiendo los palos. El Divino Calvo da dos pases con la derecha a un cornúpeta muy parado al que le hace monerías tocándole la cara. Pinchazo sin estrecharse, nuevos bayetazos, media alta y delantera sin compromiso. El personal auxiliar se emplea a fondo para que doble, puntillazo y oye palmas y pitos por igual. 

SEGUNDO

Verónica de José. (Foto: Alfonso)
Joselito, ataviado con un terno tabaco y oro, se las ve en segundo lugar con el número 82, Marquesito, negro, bragado, gordo y bien armado. Además, es quedado de salida pero se crece con poder al castigo del primer puyazo y permite a José torearlo bien a la verónica. En el tercero sale huyendo y el balance es de cinco varas, tres caídas y otros tantos pencos para el arrastre. La terna está mal colocada en quites y ha de ser Barajas quien, agarrado a la cola del bicho, libra a Camero de una cornada segura. José, como desagravio al ser reprendidos los coletudos por la afición, se luce en un quite. Blanquet y Cuco cumplen sin más el expediente de los palitroques. José pide que lo dejen solo y  tomando el engaño con la izquierda y pisando terrenos comprometidos logra que embista a fuerza de inteligencia y valor. Un natura bueno, un colosal de pecho, media docena de pases más y se queda en la cara del burel, metido entre los pitones, para largar tela al  natural con el toro dominado. Pinchazo trasero, otro bueno, media estocada y descabello. Al doblar el animal se dividen las opiniones del respetable.

                                                                         TERCERO

Saludo de Belmonte.
(Foto: Alfonso)
Saladito  es negro, bien comido, cornicorto y alto de agujas. Belmonte lo pasa a la verónica en tres tiempos sin que el animal demuestre el coraje suficiente para que haya lucimiento. También molesta una ráfaga de viento inoportuno. Con la vara larga se luce Céntimo y no hay quites destacables, salvo una media del trianero, porque el animalillo es trotoncillo. En banderillas no pasan de regulares Calderón y Vito en tres entradas. Juan da un ayudado por alto y dos por bajo abundando después los pases de pitón a pitón rematados con un gran molinete. Continúa sobre ambas manos repitiendo el remate y deja una corta un poco ladeada atacando con la mano arriba. Se afanan los subalternos para que doble el bicho, sacan la espada a petición del matador para que pueda descabellar al primer intento. Gran ovación.





CUARTO

El que hace cuarto es Javato, negro chorreado en morcillo, muy en el aire de los anteriores en su estructura. De salida salta la valla dando un buen susto a los ocupantes del callejón. Rafael lancea con el capote para terminar con una navarra y una airosa larga cambiada. En quites hay uno parado de Juan, otro marca de Rafael y otro, capote a la espalda, del menor de los Gómez que se queda sin remate al huir Javato. Almendro prende el primer par, Patatero deja medio y otro bueno y el de nombre de árbol cierra el tercio con otro a la media vuelta. El Gallo comienza con un ayudado, otro por alto y un natural. Sobre la izquierda continúa por alto y acaba con trincherillas y tocamiento de cara y pitones. Antes da pases de pecho, de rodillas y se pasa el rojo señuelo por la espalda. Todo rebozado de arrojo en los terrenos del 1. Mata de corta caída, más muletazos y otra corta para rematar con  una delantera y un tanto ladeada y descabello al tercer intento.

QUINTO

El quinto tiene el aire inequívoco de los contreras en su estructura. Es negro zaíno, luce el número 57 y se llama Azuqueco. José lo saluda con un cambio de rodillas y se luce con el capote tirando de inteligencia en cinco verónicas y media. El toro no tiene poder ni codicia pero Camero se luce en un gran puyazo muy aplaudido. Gallo tira una larga de antología recogiendo el capote a medida que llega el animal. Maravilla prende cuatro pares monumentales muy bien recibidos por la concurrencia. Primero cita a quebrar sin que el contreras se dé por aludido. Después juguetea con él para colocar tres pares soberanos. Pide permiso para poner un cuarto, se sube al estribo y de dentro afuera, en un metro de de terreno, deja otro archicolosal. Luego construye una faena mezcla de arte y valentía que le vale estruendosos olés. Hay pases de todos los estilos elogiados masivamente. Cita a recibir en dos ocasiones permaneciendo largo rato con el pie adelantado sin que el animal acuda, para acabar con un gran volapié cobrado con fe. Oreja. En el paseo anular ha de devolver innumerables prendas de vestir y sombreros, tributo de sus admiradores.

SEXTO

Remate de Belmonte. (Foto: Alfonso)
El último, Talle Alto, es negro, bragado, corto y chiquito. Belmonte quiere fijar a la verónica una embestida huidiza  y consigue seis excelentes, un farol y un recorte pegándose al costillar. El público, enardecido, lo recompensa batiendo palmas.  Céntimo vuelve a brillar en su cometido con la puya. El turno de quites es de lo más lucido: Rafael se adorna con el percal y replica Juan con dos grandes medias. Pinturas deja un gran par, Pilín medio antes de que el toro salte la barrera con gran desconcierto de las fuerzas del orden que ocupan el callejón. Restituida la calma, Pinturas se luce en la postrera entrada con los palos. Brinda Belmonte al señor Bermejillo, uno los ocupantes del palco 25, una faena sobre ambas manos en los terrenos del toro en la que se le anota un tremebundo natural, apreciable molinetes y adornos lucidos de pie y de rodillas de difícil descripción. El griterío que surge en el gradería es ensordecedor cuando se agarra a un cuerno y de esa guisa sale de un pase. Pinchazo bien señalado, otro mejor saliendo enfrontilado y haciendo Vito un oportuno quite y una corta superior que es suficiente. Ovación y oreja. El personal se echa al ruedo para izar a Juan a hombros, pasearlo en triunfal vuelta y abandonar con él a cuestas el recinto.

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