miércoles, 19 de diciembre de 2012

DE JOSELITO A JUNCAL


Javier Vellón ha encontrado una escena de Juncal en la que se recrea una anécdota acaecida entre Joselito y Belmonte.


LUIS MIGUEL CALVO CON EL INOLVIDABLE PACO
RABAL.
Una de las escenas taurinamente más relevantes de Juncal, la extraordinaria serie de Jaime de Armiñán, se produce en la plaza de tientas de don Eduardo, el ganadero y mentor del hijo del maestro, a quien da vida el diestro Luis Miguel Calvo.
Además del diestro, su cuadrilla y apoderado, y el dueño de la vacada, hay tres maletillas, uno de los cuales va a tener continuidad en el resto de la serie. Se trata del personaje encarnado por el matador Manuel Muñoz ‘Sevillita’, que más tarde aparecerá en la presentación del joven Juncal en la Maestranza, ya como novillero –‘Cabañeros’- en la tarde de Bayona y como espectador, ya consolidado en el escalafón, en la secuencia final de la obra, en la alternativa de Calvo.
En la escena mencionada, el retoño de Juncal se ve en aprietos ante una becerra complicada, Al acercarse al burladero se queja ante el ganadero:

-¡No tiene un pase la becerra! 

Don Eduardo invita a torear a alguno de los aficionados. ‘Cabañeros’ salta al ruedo e insiste en torear por la izquierda, el pitón complicado de la res, pese a los avisos del novillero:
MANUEL MUÑOZ "SEVILLITA"
ENCARNÓ A CABAÑERO.
LUIS MIGUEL CALVO FUE
MANOLITO ÁLVAREZ.

-¡Ten cuidado por ese pitón, chaval, que te va a coger!

Tras lograr ligar varios naturales, efectivamente la becerra lo empitona. Cuando va hacia el burladero para agradecer a don Eduardo su deferencia, el hijo de Juncal le dice:

-Ya te dije que por ese pitón no tenía un pase.

-Eso ya lo sabía yo. Pero la gracia estaba en que la faena la hiciera por ese lado –le contesta un orgulloso ‘Cabañeros’.

Esta escena reproduce el relato de Chaves Nogales en torno al primer encuentro entre Joselito y Juan Belmonte, cuando este era un aspirante y el de Gelves era ya un novillero de éxito.
Los hechos sucedieron tal como aparecen en el guión de la película, así como el diálogo entre los dos toreros. Lo único que difiere es la reacción de la figura: en Juncal, esboza una sonrisa de complicidad; según cuenta Belmonte, Gallito le dio la espalda con gesto de desprecio.

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