miércoles, 25 de junio de 2014

JOSELITO CON SEIS MIURAS EN VALENCIA

El 17 de octubre de 1.915 Joselito se encierra en Valencia con seis miuras. He aquí la crónica que, firmada por D. Carpio, apareció el 24 de octubre en el número 136 de la revista Palmas y Pitos:

El día no es de los más a propósito para llenar una Plaza de Toros como la de Valencia; pero el cartel es tan sugestivo que la gente acude a presenciar la corrida anunciada.

El menor de la dinastía gallista y seis toros de Miura.

La presentación no está conforme, porque hay dos toros que, aunque, son largos, son muy bajos de agujar, y para qué hablar de ello. Los restantes están bien, sin ser ninguna exageración.

Su bravura dejó mucho que desear, pues excepción del primer toro, que fue bueno de verdad, los demás gazapearon mucho, y en las suertes se quedaban doblando la cara, y por esto el lidiador no pudo lucir sus habilidades en algunos momentos.

Su pelea en la suerte de varas fue regular, y pasemos a las faenas de Gallito.

En el primero da unas verónicas buenas, y luego en quites, artísticos, derrocha valentía y es ovacionado.

Con la muleta la faena es cerca y valiente. Al tercer pase es empitonado por la cadera derecha, sin más consecuencias que la rotura de la taleguilla.

El niño se crece, y sigue su faena entre pases de pecho, molinetes, archisuperiores, y se arrodilla ante la cara del bicho.

Entra a matar y deja media corta, saliendo por la cara, y entra de nuevo para rematar al bicho con otra buena.

Se aplaude, más a la valentía y al buen deseo que a las estocadas.

El segundo estaba muy mal de la vista, y el matador dentro de lo que cabe supo sacar partido, y toreó mucho para las galerías, tocando los pitones y arrodillándose ante la cara, haciendo mil primores para luego entrar bien y dejar media estocada en todo lo alto, y para terminar, un certero descabello. 

Ovación y oreja, y vamos con el tercero.

Con pocos capotazos fija al toro para la suerte de varas; quites preciosos, y pasemos a la faena de muleta.

Joselito está cerca del miura, pero muy movido. Luego da algunos pases, unos molinetes superiores y rodillazos. 

Un pincahzo bueno, y sigue luego toreando parado, y la faena le resulta superior. Una vez igualado el toro, da una estocada, que rueda.

Ovación y oreja.

La faena que en el cuarto toro realizó fue vistosa y de más convencimiento que en los anteriores toros, abundando los desplantes y cogidas de pitón.

Con los terrenos cambiados entra a matar, pero de verdad, y dando una estocada algo desprendida, y a continuación las mil monerías de cogidas de pitones y hablar con el toro y demás.

Con la puntilla descabella a la primera, y ovación y oreja.

Sale el quinto toro, que era precioso, pero escobillado del pitón derecho, y Gallito derrochó su repertorio florido en quites, nos obsequia con tres pares de banderillas soberbios y el público premia su labor con una ovaciones estruendosas.

La faena de muleta la hizo siempre por la cara y con pases por bajo, que no me convencieron.

Tres pinchazos malos y una estocada delantera con derrame.

La faena en este toro fue mala, y, por lo tanto, escuchó algunos pitos.

Las mejores faenas que hizo José fueron las del sexto toro: verónicas, navarras, recortes, todo acabado con suma perfección. Luego prende un buen par de banderillas, y el sobresaliente, que el el Petreño, dos regulares.

Brinda desde el centro de la Plaza y realiza una faena estupenda y valiente. 

Pases de pecho, naturales, de molinete, afarolados, de rodillas, el colmo, y el público de a pie aclama a Gallito.

Un pinchazo bueno y una superiorisima estocada fue el colmo de la fiesta, y el delirio de la ovación.

Esta es la verdad clara y terminante de cuanto pasó en esta corrida.

Gallito tuvo una buena tarde; pero en feria tuvo dos tardes mucho mejores, digan lo que quieran y discutan , pues al terminar la corrida fue el colmo, bien en los cafés y bares, y en cuanto se encontraban dos amigos, la discusión venía en seguida.

El sobresaliente Petreño, superior en los pocos quites que hizo, y Blanquet colosal, inmenso, todo cuanto se diga es poco para tan gran peón. 

La cuadrilla, numerosísima, y mucha gente; para la guerra es buena.

En compañía del matador, y de Sevilla, Madrid y otros puntos de España, han venido a ver la corrida muchos aficionados.


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