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domingo, 25 de abril de 2021

DOS GALLOS EN LA INAUGURACIÓN DE LA PLAZA DE MADRID (PLAZA DE GOYA)

 Los hermanos José y Fernando Gómez, ambos apodados ‘Gallito’ en aquel momento, estuvieron presentes en la inauguración de la plaza de toros de Madrid, la que sustituyó a la plaza de la Puerta de Alcalá, denominada la plaza de Goya, de Fuente del Berro o de la carretera de Aragón.

El festejo se celebró el 4 de septiembre de 1874, y en él lidiaron diez toros los diestros más afamados del momento, con Manuel Fuentes ‘Bocanegra’ abriendo el cartel.

José Gómez, en la cuadrilla de Rafael Molina ‘Lagartijo’, banderilleó, en compañía de Juan Molina, hermano del matador, el segundo de la tarde, ‘Cazador’, de la ganadería de Antonio Hernández.

Fernando, por su parte, banderillero de José Lara ‘Chicorro’, puso los garapullos, junto a José Martín ‘La Santera’, al sexto, ‘Lechuza’, del hierro de Miura.



miércoles, 21 de junio de 2017

ORTEGA Y GASSET Y RAFAEL: HISTORIA REVISADA

Javier Vellón
Rafael y Ortega.

En la edición del periódico El País del 5 de enero de 1986, en la sección de Cartas al director, se publicó la siguiente misiva de Margarita Bernis que cuestiona la veracidad de la conocida anécdota entre Ortega Gasset y Rafael Gallo:

En EL PAÍS del lunes 23 de diciembre, en el artículo dedicado al torero Domingo Ortega, se cuenta una anécdota en la que el autor atribuye a El Gallo un comentario sobre Ortega y Gasset. El torero dice, al enterarse de que Ortega es filósofo: "Tié q'haber gente pa'tó".
La anécdota original es muy anterior a la filosofía de don José, pero, como ocurre a menudo en estos casos, los protagonistas primitivos se sustituyen por otros, según convenga a la época del relato. Esta anécdota la cuenta Salinas, con su inigualable estilo, en el ensayo La gran cabeza de turco o la minoría literaria, en el epígrafe de este ensayo "¡Oh, torero, modelo de comprensión!". El protagonista es Lagartijo (que murió en 1900, cuando Ortega y Gasset no tenía los 20 años) y está relacionada con un histólogo madrileño que visita Córdoba. Lagartijo, "varón de parvas letras y mucho seso", conoce al madrileño a través de su amigo don Fernando X, catedrático de Instituto y, cuando este último explica al torero que el señor es histólogo, Lagartijo pregunta: "¿Y ezo, qué é'. La explicación deja perplejo al torero, que dice: "Ná, ná, don Fernando, que azi ez er mundo. ¡Hay gente pa tó!'.-


miércoles, 12 de abril de 2017

LA PRIMERA EN MADRID DE 1.885

Paco Media-Luna es el autor del 'Anuario de El Toreo' en el que da cumplida cuenta de cuantos festejos se celebraron en la plaza de Madrid durante la temporada de 1.885. La inauguración tuvo lugar la tarde del 5 de abril y tomó parte, con no demasiada fortuna, el señor Fernando El Gallo. En tal ocasión se lidiaron toros de Antonio Hernández, vecino de Madrid, y completaron el cartel Lagartijo y Frascuelo.

Así relata Paco la labor de nuestro protagonista:

"Tocaron otra vez los timbales, y apareció el tercer toro, que era colorado, ojinegro, veleto, caído del derecho y bastante bien surtido de pitones. Parecían dos postes telegráficos por el tamaño; es decir, por la extensión. Este animalito fué más voluntario que los anteriores, y por esta causa hubo más juego en la plaza y en la caballeriza.

Fuentes puso cinco varas y sufrió una caída al perder la acémila.  José Calderón pinchó una vez y cayó, quedándose sin penco. Cirilo se acercó tres veces al morrillo del bicho y no cayó, pero perdió el jaco. Por último, Bartolesi puso dos puyazos á cambio de una caída. Este Bartolesi fué saludado por el público con el cariño de la anterior temporada y con los mismos mugidos. Cirilo se apeó una vez y dejó el caballo frente al toro. Este acometió, y el jaco se libró del ataque, porque se cuarteó con habilidad.

—Los animales nos dan liciones á los hombres,— decía un picador retirado.

El Gallito perdió el capote una vez. Tocaron á palos, y se encargaron de ponerlos el Gallo mayor y Guerrita. El primero puso un par al cuarteo, trasero. El toro le tocó con el cuerno y lo echó á rodar, pero sin mayor contratiempo, á Dios gracias. Después de esta suerte, puso un par, cuarteando, delantero. Guerrita clavó un par al cuarteo, caído, y otro a la atmósfera. El toro muy bueno para los chicos.

El Gallo vestía traje café con adornos de oro, y previo el brindis se colocó en corto, y dio bailando atrozmente dos pases con la derecha, tres altos y tres cambiados. Luego, arrancándose de largo, dio un pinchazo. Después de un pase natural y uno alto, dio una estocada un poco caída que acabó con el bicho. Carcelero era el nombre del toro. (...)

E1 último se llamaba Espejito, y era negro mulato, meano, corniaUo y astillado del izquierdo. Salió con muchas patas y del primer encontrón á poco si derriba la puerta de Madrid. Antes de empezar la suerte de varas hubo mucho lío. Lagartijo, como autoridad del redondel, estuvo bastante mal. Por fin empezaron á funcionar los piqueros, viéndose que Espejito era tardo pero de cabeza.

Cirilo puso dos varas y sufrió dos caldas, perdiendo un caballo. Fuentes pinchó dos veces y se ganó un golpe con pérdida de caballo. Pepe picó una vez y perdió el jaco. Por último, Bartolesi clavó una vara y cayó á tierra.

Tocaron á poner palos, y Guerrita dejó medio par de frente y uno al cuarteo, delantero, haciendo tres salidas falsas. Almendro salió dos veces en falso y clavó medio par bajo. El toro se tapaba. 

El Gallito tuvo que habérselas con un toro que quería coger, y empleó una faena de lo peorcito que se conoce en el género. Vean ustedes: Un pase natural, cuatro altos y un pinchazo á la carrera sin soltar, tomando el callejón de cabeza. Uu sablazo atravesado. El toro se echó de miedo y lo mató el puntillero.

Bien empieza la semana, como decía el otro, y le ahorcaron en lunes. (...)

APRECIACIÓN

Gallito se inauguró en esta temporada con el baile mismo que terminó la anterior. Los primeros pases hubieran sido buenos si hubiera parado más, que es la única manera posible de trastear. El primer pinchazo, muy malo por arrancarse desde largo y cuartear al herir; la estocada fué mejor, aunque también se tiró desde largo. Es preciso arrimarse para matar los toros. Tampoco vimos liar al espada en este toro, sino arrancarse con el trapo suelto. ¡Cuántas invenciones hay que apuntar en estos tiempos de toros malos!

En su segundo toro no pudo estar peor este espada. Ni intentó pasar en regla, ni hizo nada que demostrara sabia la clase de animal que tenia delante. Veremos si en la tarde de hoy cumple mejor este diestro."

miércoles, 3 de febrero de 2016

DON VENTURA EVOCA A JOSÉ GÓMEZ 'GALLO I'

Obra citada de Don Ventura.
Ventura Bagüés y Nasarre de Letosa, más conocido por Don Ventura, fue un conocido y prolífico escritor taurino que, entre otras, escribió la obra 'Historia anecdótica del Toreo'. En ella, en la entrada correspondiente al 25 de abril, rememora la muerte de José Gómez 'Gallo I' acaecida en 1.885:

"Hubiera sido un robaperas en el toreo el señor José Gómez (el Gallo) y merecería el respeto de los aficionados por haber sido el fundador de la gloriosa dinastía de la cresta. 

Pero no fue eso, sino un banderillero finísimo y un peón no menos fino y muy inteligente que perteneció a la cuadrilla de Lagartijo el Grande por espacio de diez y nueve temporadas.

¿Cabe mayor elogio de sus cualidades?

Ingresó en la cuadrilla del Califa en la temporada de 1.866, cuando Rafael pasaba por una situación crítica en su historia taurómaca. Cúchares y Cayetano Sanz eran dos prestigios sólidos; el Tato y Gordito estaban en su apogeo; toreaba todavía Manuel Domínguez, y los partidarios del toreo seco tenían un campeón en Bocanegra. Así, pues, Lagartijo, cuando dio ingreso en su cuadrilla al Gallo I, se hallaba en los albores de su carrera, albores brillantísimos, es cierto, pero que todavía no le habían marcado una orientación en la vida del Arte.

Permanecer diez y nueve temporadas como peón fijo de plantilla al lado de Lagartijo, es una brillantísima ejecutoria para un torero subalterno y, por consiguiente, el señor José Gómez la tuvo.

Fueron compañeros suyos en la cuadrilla mencionada, Villaviciosa, Juan Yust, Mariano Antón, Juan Molina y Manene I, sin contar otros varios que, sin ser de plantilla, torearon muchas veces por aquellos años a las órdenes de Rafael, entre otros, Jaqueta y el Manchao, que luego fueron espadas, Lorenzo Quilez, Cosme González, etc,. etc., y siempre desarrolló sus sobresalientes cualidades de rehiletero finísimo y artista e inteligente peón, limitado en la brega por sus escasas facultades físicas, pues el tío de Joselito fue de baja estatura y delgado.

En el otoño de 1.884, no toreó por encontrarse enfermo, y al terminar aquella temporada le escribió una carta Lagartijo despidiéndolo de su cuadrilla para dar entrada en la misma al futuro espada cordobés Rafael Bejarano (Torerito). 

Dado el carácter noble de Rafael Molina no se comprendía aquella acción, una de las pocas antipáticas que se le pueden achacar, pues si bien es cierto que el Gallo iba estando en decadencia, defendíase muy bien merced a sus grandes conocimientos, y tras de permanecer tantos años al servicio de aquél, merecía una consideración que no tuvo con él el gran torero cordobés. 

Díjose entonces que este obró de aquel modo por rencillas que tenía con el otro Gallo, el señor Fernando, matador de toros, rencillas que fue a pagar el que no tenía culpa.

Al perder la colocación, ingresó en la cuadrilla de su citado hermano Fernando, con el que toreó contadísimas corridas, pues en la madrugada del 25 de abril de 1.885 falleció en Sevilla víctima de una afección cardíaca." 

domingo, 11 de enero de 2015

PRIMERA CORRIDA DE FERNANDO GÓMEZ DESPUÉS DE NACER RAFAEL

Sabido es que Rafael Gómez El Gallo nació en la calle de la Greda de Madrid el martes 18 de julio de 1.882 porque por esas fechas el señor Fernando, su padre, hacía campaña en la capital de España. Tres días después que el Divino Calvo viera la luz, toreó su progenitor. 
El señor Fernando.

El viernes 21, en tarde de calor y con muy buena asistencia de parroquianos, se verificó la 11ª de abono en la que se corrieron toros de Diego y Pablo Benjumea y dos astados, segundo y cuarto, de Bartolomé Muñoz. En el carte, Rafel Molina Lagartijo; José Sánchez Cara-ancha, Ángel Pastor y Fernando Gómez, que por aquellos días aún no había abandonado el diminutivo de Gallito.

A su primero, de Muñoz, cuarto de lidia ordinaria, lo pasó ceñido y con lucimiento y lo despachó de pinchazo y estocada, escuchando una cerrada ovación del respetable. También rayó a buen nivel en el octavo, de Benjumea, al que toreó y despachó bien. Además se lució en quites. Uno de los banderilleros fue su hermano José. 

Lagartijo por su parte toreó muy movido al que abrió plaza y cumplió con el quinto, siendo su balance de palmas. Cara-ancha, precavido con el segundo y más lucido con el sexto. Palmas en aquél y muchas palmas en éste. Pastor saldó la tarde con palmas y aviso en el séptimo.

Los ocho astados, como dato curioso, tomaron 75 varas, derribaron en 20 ocasiones y dejaron 15 caballos para el arrastre.


domingo, 24 de agosto de 2014

DE CASTA LE VIENE

Javier Vellón ha enviado el siguiente texto para su publicación.
El señor Fernando.




Mucho llegaron a especular los medios especializados acerca de la extrema irregularidad de Rafael ‘Gallo’, capaz de ofrecer el arte más excelso y el escándalo público más absoluto por su indolencia y por sus famosas reacciones de terror ante el mínimo gesto del toro.

Lo cierto es que dicha actitud no era nueva en la familia de los Gallo, puesto que su padre, don Fernando, hacía gala de los mismos cambios de actitud incluso en la misma corrida. Sirva como ejemplo la siguiente crónica, publicada en el número 345 de El Toreo, del 10 de abril de 1882, sobre la corrida inaugural de la temporada madrileña el día anterior.

En dicho festejo se corrieron toros de don Manuel Bañuelos de Colmenar Viejo, cuatro para ‘Lagartijo’ y dos, 3º y 6º, para ‘Gallito’.

Al patriarca de los Gallo le correspondió la muerte de ‘Atrevido’, castaño ojinegro, con el que realizó una buena faena, y ‘Cabrero’, retinto, con el que dio muestras de pánico continuado, hasta el punto de tirar en varias ocasiones la muleta y tomar el olivo. Esta fue la apreciación del cronista:

Lagartijo.
Gallito dio en su primer toro un buen cambio para empezar, y algunos pases dignos de aplauso; la estocada fue buena también; estaba bien señalada, y si se hubiera metido más para consumar el verdadero volapié saliendo por la cola, hubiera llegado con la mano al morrillo y habría tenido mucho más lucimiento en la muerte. Sin embargo, merece aplausos por su faena en este toro, y fueron justos los que el público le tributó.

En cambio en el sexto toro ya no parecía el mismo; aquello no fué masque huir, tirar el trapo y tomar las tablas más que de prisa; lo principal que aquel toro tenia eran pies, y para empezar con un toro de esas condiciones, lo que debe hacerse es quebrantarle las piernas con lamuleta, con pases de castigo desde la cabeza a la cola. Esto es lo primero que se efectúa, porque la muleta se lleva para algo en el momento de matar, y no para tirarla al suelo como un estorbo, ni para manejarla como un capote y huir sin tino ni concierto. No hay toro, por malas que fueren sus condiciones, que merezca la lidia que empleó Gallito con el sexto de los lidiados ayer; así no se trabaja en la primera plaza de España, ni esa es la manera de buscar una reputación.

Como ya hemos dicho, el Gallito no parecía en el sexto toro el espada que había matado el tercero y estas desigualdades tan grandes no son dignas de toreros que quieren cumplir con su deber.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

JOSÉ Y FERNANDO, DOS GALLOS EN LA INAUGURACIÓN DE LA TEMPORADA MADRILEÑA DE 1882

Fernando Gómez El Gallo
José Gómez Gallito.

José Gómez Gallito, como banderillero, y Fernando Gómez El Gallo, como matador, tomaron parte en el festejo inaugural de la temporada madrileña de 1.882 celebrado el 9 de abril. Presidió el primer teniente de Alcalde consitucional Francisco Martínez Brau en presencia de los Reyes de España. La plaza estaba adornada con colgaduras y se corrieron toros de Manuel Bañuelos y Salcedo.

José, que actuó a las órdenes de Rafael Molina Lagartijo, pareó a Tintorero, el que abrió plaza, como reza en Boletín de Loterías y Toros aparecido el martes 11: “...colgó medio par chinesco al cuarteo, y otro medio a media vuelta”. El diestro cordobés escuchó división a la muerte de su enemigo y pitos en el siguiente, dado que tuvo que despachar al segundo, Zapatero, que le infirió una cogida en el lado derecho a Cara-ancha.

Lagartijo.
Para Fernando fue Atrevido, el tercero, “retinto carinegro, bien armado, blando y huido. Los piqueros de reserva, Colita y Bartolesi, tentaron cuatro veces, siendo dos del primero, la una baja y las otras dos muy bajas, con otros tantos marronazos de Emilio que cae y pierde el alazán.
Los clarines anuncian la suerte de palos y Cuatrodedos y Galindo salen a cumplimenarla, colgando Diego dos pares al cuarteo, uno de llos de cintas y plumas, después de una salida falsa, y el compañero, también con salida de mentirijilla, otro par de las chinescas y cuarteando.
Gallo, de verde manzana y oro, toma los trastos de matar, y brindando a la presidencia y dirigiéndose a su adversario, le da un buen cambio, y tras tres pases naturales y dos de telón, se tira el chico, resultando una corta y buena estocada arrancando, que hizo que se acostara el bicho para que La Pasera acertara a la segunda.
Se nos olvidaba decir que el matador dio a este toro cuatro verónicas regulares”.

Barbero era el nombre del cuarto. Le correspondió a Lagartijo y Gallo cayó ante él al resbalar, quitando con presteza Mariano y el propio Lagartijo. Gallito puso un par “desigual y chinesco cuarteando”. 
Por Corucho atendía el quinto y a su muerte el gran Rafael Molina fue pitado.



En último lugar saltó al ruedo Cabrero, “de pelo castaño, de pies ligeros y de armas bien puestas. Blando y voluntario tomó cuatro varas, dos de ellas bajas de Colita y tres de Bartolesi, rompiendo en una el palo.
Cara-ancha.
Galindo puso un par de banderolas al cuarteo y otro a media vuelta, y Cuatro-dedos medio al relance y otro a media vuelta. La cuadrilla y los chicos anduvieron de cabeza, así como Juan Molina, tras el que saltó el toro por el 6. El presidente tocó algo pronto a banderillas.
El Gallo dio un pinchazo sin meterse y tomando el olivo, otro en el testuz al revueldo, tirando el trapo y saltando al callejón el diestro, y un honda y delantera a volapié, volviendo la cara; una corta y baja l o mismo y una bajísima, sin soltar, andando.
El espada dio 16 pases, y una vez al querer hacer humillar al toro, fue perseguido de cerca por éste”.

En el resumen dice que “El Gallo en su primero dio un buen cambio e hirió bien, en los otros pases regular, y en el capeo lo mismo. En el último el toro se apoderó de toda la cuadrilla y el espada quedó muy mal”. En quites Lagartijo y Gallo “han estado buenos y oportunos, si bien Fernando dejó el capote tres o cuatro veces”.

Y con el resumen estadístico del espectáculo finaliza la crónica: “Varas a los toros, 42; caídas de picadores, 7; caballos muertos, 8; pares de palos, 14; medios pares, 6; pases de muleta, 74; estocadas y pinchazos, 13”.