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El ganadero Vicente Martínez. |
'La Correspondencia de España', en el número aparecido el 17 de junio de 1.917, da cuenta de la suspensión de la corrida que iba a celebrarse en Madrid esa misma fecha y en la que debía torear Joselito:
“Suspensión de la corrida de hoy.- Para hoy estaba anunciada una corrida de abono, en la que Vázquez, Gallito y Posada estoquearían seis toros de Vicente Martínez.
Ayer se verificó el reconocimiento de las reses, y los veterinarios no encontraron admisibles tres de aquéllas. Se propuso que se lidiaran las restantes, sustituyendo las desechadas con tres de las que hay en los corrales; pero el representante de la ganadería se opuso terminantemente.
O todos o ninguno. En la afición ha sentado mal que esta vacada, no solo envíe toros pequeños, sino que además presente dificultades para que se pueda organizar en debida forma una corrida de toros- Es la tercera vez que, por culpa de la pequeñez de estos cornúpetos, la afición madrileña se queda sin su fiesta favorita. El año 1.915 dio origen al famoso veto de Pastor y Belmonte; en el pasado, si mal no recordamos, también hubo algún tropieza en una corrida de esta divisa, y ahora por su causa nos quedamos sin toros.
Además, por si había pocos inconvenientes, se recibieron noticias de Sevilla participando que Joselito no podía torear. Padece un divieso en un brazo, según se ha sabido en Madrid, y la confirmación oficial la tuvo la Empresa con el siguiente telefonema:
“Siento expresarle imposibilidad torear Joselito mañana; correo hoy envío certificado. Pineda”.
La Empresa, vista la dificultad que ponía el ganadero, no buscó espada para sustituirle, pues aunque otro matador hubiera alternado con Vázquez y Posada, lo del ganado no tenía arreglo.
En vista de ello, se organizó una novillada, matando tres novillos de Salas y tres de Contreras los diestros Zarco, Casielles, de Oviedo, y Dominguín, de Toledo, estos nuevos en esta plaza”.