miércoles, 27 de abril de 2022

JOSELITO (MAL) GARROCHISTA


 En El Ruedo del 13 de diciembre de 1944 se publicó una entrevista realizada por Rafael Martínez Gandía a José Carlos de Luna, poeta malagueño de inspiración lorquiana, académico de la RAE, ensayista, colaborador de ABC, que, incluso, hizo carrera política y llegó a ocupar el cargo de gobernador civil de Badajoz y de Sevilla.

Sorprenden sus juicios sobre Joselito, al que tildó de 'soso' en su toreo, centrados en la afición del diestro por la garrocha, faceta en la que, según el autor, nunca destacó, lo que le produjo una enorme frustración.

Joselito fue, para mí, el torero más completo, aunque eso no quiere decir que fuera el que más me gustaba, porque Joselito era... soso. Reunía todas las cualidades. Tenía unas facultades, una inteligencia y sobre todo una afición de lo que no se estila hoy. No hablaba más que de toros y en invierno aun parecía más aficionado. Y lo curioso que todo el orgullo de José lo ponía en acosar, en lo que fue una medianía, tirando a mal. Los ganaderos le daban coba y le regalaban los mejores caballos, pero nunca pudo consumar su sueño. En el tentadero de Tamarón, en colaboración con Luis Mora de Figueroa, Joselito vio cómo se le fueron dos o tres becerros. Estaba desesperado. En aquella ocasión, dijo: “Daría todo lo que soy, toda mi fortuna, mi gloria, mi fama de torero, ¡todo!, me conformaría con no ser más que un mozo de cortijo. Un conocedor de ganadería, a cambio de ser el mejor garrochista”.



domingo, 24 de abril de 2022

JOSELITO Y EL TORO 'CURRO'

Joselito antes de hacer el paseíllo en la plaza de Pamplona. Fotografía de Noticias de Navarra
 

El diario Noticias de Navarra publicó el 3 de mayo de 2020 un excelente texto en torno a la lidia por parte de Joselito del toro 'Curro' de Cándido Díaz, la mañana del 8 de julio de 1912, día en el que el diestro se iba a enfrentar, por la tarde, a los t
oros del citado ganadero navarro.

Era la historia de un toro que se hizo muy famoso llamado Curro, berrendo en negro, de la ganadería de Don Cándido, un morlaco que sembraba el pánico en las mañanas sanfermineras cuando salía por la puerta del toril para limpiar el ruedo sembrado de corredores. Un toro que durante muchos años corrió en el encierro sirviendo de guía a los toros que se iban a lidiar en la corrida de la tarde. ¡Era tremendo aquel toro! Debido a un accidente que sufrió al ser trasladado de Puente Gil (Peralta) a la finca del Recuenco, se partió un cuerno por la cepa, y al no ser curado como era debido, se le pegó a la carne dándole la característica de curro.


Pronto se hizo famoso el toro Curro en sus correrías por los pueblos de la Ribera en sus fiestas patronales, en simulacros de lidia pegando tarantaneos a granel con un poder extraordinario, hasta que el año 1918, al ser contratada una corrida de Cándido Díaz para ser lidiada el segundo día de San Fermín por los afanados diestro Gaona, Joselito y Saleri II, el toro Curro fue destinado para ser toreado por la mañana por los aficionados, después del clásico encierro de los toros.


La fama de este toro llegó a oídos de Joselito, quien rodeado de amigos, (entre los que se encontraba el ganadero Cándido Díaz), se hallaba en el hotel descansando para torear la corrida de la tarde. Joselito, al escuchar los comentarios de los contertulios que decían que era imposible torear a Curro, se dirigió a don Cándido –cuyos toros lidiaba por la tarde–, hablándole con su fino acento andaluz empapado de corrección y gracia: "¿Es verdad lo que dicen estos señores, que no hay manera de torear a su toro?". Y seguidamente añadió el torero: "A mí me gustaría probar ahora mismo si lo puedo hacer yo". "Mire usted, Joselito –le contesto don Cándido–, que es un toro de mucha fuerza, y€". "¡Nada, vamos ahora mismo!", replicó el torero resueltamente

Agustín Uztárroz, valiente mayoral de la ganadería de Cándido Díaz, dio suelta al toro, que como siempre salió a la arena del ruedo dispuesto a zurrar la badana al intruso que se acercara a sus dominios. Joselito, con el capote en la mano, se aproximó decididamente al morlaco, que, cachazudamente aguardo a que el torero llegase a su alcance. El silencio en la plaza era impresionante a pesar de que el grupo de curiosos había engrosado como por arte de magia.

Por fin se arrancó el toro con fuerza, y Joselito, con su gran maestría, adelantó el capote equivocando al toro que como una exhalación pasó rozando el cuerpo del gran torero, que volvió a lancear al toro dándole tres capotazos. Una salva de aplausos estalló en la plaza dedicado al dominio que Joselito estaba protagonizando. Este se volvió sonriente y agradecido hacia sus amigos.

El toro, sofocado, enganchó el fuelle de su cuerpo recuperando fuerza, y Joselito volvió a citarlo nuevamente: "¡Embiste ya, malage!"; y entonces sobrevino la catástrofe. Curro se arrancó con furia salvaje sobre el torero que no pudo esquivar su fuerte acometida siendo alcanzado de lleno y lanzado a gran altura. Una vez en el suelo el toro frenético de coraje, sin distinguir jerarquías le propinó una soberana paliza. Gracias a la intervención del mayoral Agustín Uztárroz, el toro soltó a su presa, y entonces demostró Joselito su casta y pundonor profesional. Volvió a coger en sus manos el capote, y en un grandioso alarde de facultades y dominio a pesar de la paliza recibida, prendió al toro entre los vuelos de la tela, y lo llevó de un lado a otro de la plaza, y con un precioso recorte dejó a Curro clavado en la arena, resoplando con fuerza por sus fauces humilladas ante la inteligencia y valor del llamado Rey de los Toreros.

Maltrecho y dolorido, sobreponiéndose a la molestia que le causaba los golpes recibidos, Joselito, por salvar a la empresa de un grave apuro de su sustitución por otro espada, dio por terminada su aventura con Curro cumpliendo su compromiso de torear por la tarde, una corrida dura de don Cándido, cortando una oreja en cada toro. Cuando después de dar la vuelta al ruedo el torero sevillano se limpiaba el rostro de sudor, se le acercó el ganadero navarro diciéndole en tono de broma: "Joselito, ¿quiere que le saque el toro Curro de propina? Y el torero contestó: "¡Ozú, ozú, cómo me duelen todos los huesos de la paliza. ¡Qué toro!".




miércoles, 20 de abril de 2022

JOSELITO Y LOS TOROS NAVARROS

Joselito en la plaza vieja de Pamplona. Fotografía de Noticias de Navarra
 

El 8 de julio de 1918 Joselito se enfrentó en Pamplona a los toros de Cándido Díaz, ganadero navarro que debutaba en la plaza de su tierra. Estuvo acompañado de Rodolfo Gaona y 'Saleri II' y cortó dos orejas. El diario Noticias de Navarra (3 de mayo de 2020) reproduce la siguiente anécdota del diestro con el ganadero tras el festejo.


Ese mismo día, por la noche, Joselito, acompañado de su cuadrilla y de algunos aficionados pamploneses se encontraban ante un velador del Café Iruña, donde hoy se encuentra el portal del Casino Principal y donde tenía el consultorio el dentista Rubio, que como publicidad exhibía una vitrina con una dentadura postiza que se abría y cerraba automáticamente causando el asombro de chicos y grandes, y la del propio Joselito y compañía, que se detuvieron unos instantes a ver aquel ingenioso artilugio.

Joselito, como siempre, vestía de torero. Sombrero cordobés. Camisa de rizados bullones con botonadura de oro y brillantes. Entallado traje corto que hacía resaltar más si cabe su gallardía figura. ¡Torero en la plaza y en la calle! Con gran animación, Joselito y sus amigos charlaban de las incidencias de la corrida de la tarde cuando acertó a pasar por allí don Cándido Díaz acompañado de unos amigos. Don Cándido, con la ribereña nobleza que le caracterizaba, al ver al torero se dirigió a él, a saludarle, diciendo al tiempo que le estrechaba la mano: "¿Qué opina usted de mis toros Joselito?". "¡Hombre!, ¡Por Dio, don Cándido! –exclamó el torero–, que apoco me quedo sin cuadrilla. Un poquillo meno de fuerza en sus toros no estaría de ma. No lo digo por mí; sino por mi gente de a caba
llo, que de tanto golpe que han resibío tienen el cuerpo ma negro, que el botijo de un trenero". La carcajada fue general.

domingo, 17 de abril de 2022

JOSELITO 26 DE SEPTIEMBRE DE 1912: CRÓNICA DE UNA SUSPENSIÓN

Cartel de la alternativa de Joselito en Sevilla
 

El 26 de septiembre de 1912 estaba prevista la alternativa de Joselito en Madrid. La corrida se suspendió a causa de la lluvia. A continuación reproducimos la crónica de 'El Barquero' publicada en el Heraldo de Madrid del 27 de septiembre. Además de comentar los pormenores del suceso, se anuncia a los aficionados que la alternativa en Sevilla será grabada por la empresa Iberia Cines.


A la una y media de la tarde, sin más vacilaciones, y en vista de que por el lado de Toledo llegaba un nublado morrocotudo, fue suspendida la corrida magna, noticia terrible llevada á la taquilla por un mono diligente, caballero en un jamelgo destinado á quedarse sin bandullo en los primeros encuentros con los cornúpetos. 

La desolación fue general, y particularísima en algunos elementos puramente gallísticos llegados á Madrid exclusivamente para devorar á besos y estrujar con abrazos entrañables á los dos gitanazos, reservando alguna que otra mirada compasiva para el espada madrileño y el neófito de Alcalá del Río. 

Sin embargo, la suspensión era cosa indudable, y obedecía á varias causas. La primera la ya anotada del temporal. Además, el redondel de la mezquita necesitaba un arreglo nada fácil á no acudir con escobas, rastrillos, serrín, etcétera, un escuadrón, más otro escuadrón con bayetas para secar los asientos de las localidades descubiertas. 

Cuéntase que también hubo quien indicó que, si a la trágala se daba la fiesta (es decir, sin parar mientes en la inseguridad del tiempo y en las incomodidades para el público, lo mismo dentro de ia plaza que fuera, donde los charcos tenían caracteres de lagunas), una vez comenzada habría de acabarse, aunque cayesen espuchinitos de bronce. Todo menos tolerar que algunos animalitos se quedasen sin lidiar, ad majoren gloriam Indalecius

Añadíase que un procer ganadero no autorizaba el enchiqueramiento de sus reses hasta no tener el
menor asomo de temor respecto á probable suspensión, y dijéronse otras cosas de menor cuantía, y lanzáronse especies más ó menos fantásticas. A todo puso fin la llegada del mono caballero, é inmediatamente apareció el cartelillo de suspensión á causa del mal tiempo. 

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A pesar de la suspensión de la corrida, los aficionados no se privarán del gusto de ver el gran acontecimiento taurino de la alternativa de Gallito 1III, pues esta tarde han salido para Sevilla los operadores de la Casa madrileña Iberia-Cines, Enrique Blanco y Pepe Gaspar, los cuales, con la maestría que tienen demostrada en este difícil arte, obtendrán la película, que se verá en toda España, de la corrida que se verificará mañana en la capital de Andalucía.


miércoles, 13 de abril de 2022

RAFAEL EN MÉXICO, 1928 (II)


 Otra fotografía de Rafael en Ciudad de México, Distrito Federal, realizada por Casasola en 1928. Pertenece al Repositorio del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.

domingo, 10 de abril de 2022

RAFAEL EN MÉXICO, 1928


 Fotografía de Rafael realizada por el fotógrafo Casasola en Ciudad de México, Distrito Federal, en 1928. Pertenece al Repositorio del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.

miércoles, 6 de abril de 2022

JOSELITO EN LAS VENTAS


La sala Antoñete de Las Ventas acoge desde el pasado lunes 4 de abril una exposición que gira alrededor de las actuaciones de José Gómez 'Joselito' en la Villa y Corte. La muestra, que estará abierta hasta el domingo 24 de abril, se podrá visitar de lunes a sábado entre las 10'30 horas y las 6 de la tarde mientras que el domingo tendrá horario partido: de 10'30 a 13'30 y de 17 a 18 horas. 

Joselito toreó en la plaza vieja de Madrid 86 tardes en ocho temporadas, repartidas en 5 novilladas y 81 corridas de toros, siendo el impulsor de la plaza de Las Ventas. 

domingo, 3 de abril de 2022

PRIMERAS NOVILLADAS DE RAFAEL EN MADRID (y III)

                                        

La tercera novillada en Madrid del año 1899 fue el 27 de agosto. Se dio la circunstancia de que fue el último festejo organizado por la empresa del señor Balbontín. Las cuadrillas de ‘Algabeño Chico’ y de Rafael se las vieron con cinco novillos de Francisco Mata, que había comprado la ganadería  de Clemente,  y uno, el 6.º, de la viuda de López Navarro. Todos fueron abecerrados y fueron muy protestados por el público.
A continuación se ofrece la crónica de la actuación de Rafael publicada el 28 de agosto en El Toreo.



El segundo de los lidiados tenía por nombre Cochinito, núm. 5, y fue de pelo negro zaíno, cortito y delantero de pitones, y muy pequeño.  Salió revolviéndose, saludándole Gallito con cinco verónicas muy movidas, dándole á continuación dos de frente por detrás. 
Entre Torres y Monerri le pusieron siete puyazos, siendo derribados una vez cada uno. En los quites procuraron adornarse los dos matadores. Chicuelo metió un par abierto al cuarteo. Ochoa prendió otro par trasero y caído, entrando en la misma forma que su compañero. Y Chicuelo, después de pasarse una vez sin meter los brazos, clavó un buen par que fue aplaudido. 
El presidente mandó cambiar de suerte, y Gallito, que lucía terno flamante verde y oro, desenvainó el acero, pronunciando ante el Sr. Buendía el brindis propio de estos casos. 
Desde cerca, pero sin parar un momento dio á Cochinito un pase con la derecha, otro por alto sufriendo una colada, y uno cambiado, para un pinchazo entrando con los terrenos cambiados, cayendo ante la cara del toro, haciéndole un buen quite Ochoa. Puesto Rafael de pie le dio otros cinco pases con la derecha y seis altos para otro pinchazo caído por no meterse. De nuevo empleó el trapo rojo para dar otros dos pases altos y dos con la diestra, como preliminar de una estocada corta por no meterse en el sitio de peligro. Otro pase más por alto, dos con la derecha y un pinchazo sin soltar, echándose fiera. Y después de otro muletazo por alto atizó una estucada corta y caída. El bicho se acostó y levantóse en seguida para doblar de nuevo y ser arrastrado por las mulillas. 
Pitos y palmas. Tiempo empleado por el espada en la faena, cinco minutos. 

El cuarto tenía por nombre Baratero, núm. 24, y fue de pelo colorado, ojo de perdiz, abierto de herramientas, y un chivo por lo pequeño. Salió abanto y acosándole los jinetes, pero siendo certero al herir, tomó dos varas de Inglés chico, derribándole en ambas, con pérdida de un tronco de jamelgos. Pimienta pinchó dos veces, cayendo en la última y dejando sobre el redondel su acémila. Empalmao dio tres puyazos, midiendo con su casaquilla la arena en dos ocasiones, sufriendo la pérdida de dos arenques. Y Monerri echó una vez el palo, sin sufrir ningún contratiempo. 
Los matadores oportunos á los quites, escuchando algunas palmas. Bazán, que salió por delante, clavó un buen par al cuarteo. Zocato, entrando bien y levantando los codos, marcó en lo alto, clavando un solo palo. Dobló Bazán con otro par bueno á la media vuelta que le valió palmas. Y Zocato prendió otro entero en la misma forma que su pareja. 
Sonaron los clarines, y Gallito, encorvándose y sin parar, dio al novillo  nueve pases con la derecha y once altos, para una estocada corta y atravesada por echarse fuera antes del momento de la reunión. Y sin más preparaciones atizó una corta en lo alto, que hizo doblar al bicho. El matador empleó en su faena, cuatro minutos.


Aunque no se había anunciado por carteles, debió ocurrirle algo á alguno de los bichos de Clemente, cuando para cerrar plaza se soltó un becerro, que por el hierro y divisa, acusaba ser de la vacada de López Navarro. Este becerro, mas propio para las señoritas toreras que no para los que se traen pretensiones de toreros, era de pelo negro mulato y abierto de pitones. Salió con pies y Gallito le saludó con dos verónicas, un farol, dos de frente por detrá
s y un recorte, todo ello con mucho movimiento en los pies. 
De Panrito, Monerri y Carranza tomó con bravura y empujando seis varas, derribándoles dos veces, con pérdida de un tronco de jacos. 
Gallito cogió otra vez los palos, prendiendo un buen par al cuarteo, que le valió palmas. Repitió con medio caído. Y Sagasta cuarteó otro entero. 
A poner fin á la corrida se dispuso Gallito, el que, con un pase cambiado, cuatro altos, uno de pecho, dos buenos con la derecha y uno natural, citó á recibir, dando un pinchazo sin abandonar el arma, por tratar de clavarla cuando el bicho hizo la señal de acometer. Tres pases más con la derecha, uno alto y otro natural, y de nuevo cita el chico á recibir; pero en el momento de arrancarse el becerro el diestro se adelanta, largando una estocada corta y atravesada.Y con otro pase más com la derecha se metió á herir á volapié, atizando una estocada baja, saliendo perseguido, y abandonando los trastos tomó el olivo por el 3. El bicho dobló, despenándolo el puntillero. Tiempo empleado, cuatro minutos.