En
el ABC de 14 de mayo de 1977, Tomás León expone un resumen de la obra de
Ángel Hernáiz La última corrida de Joselito. Se detiene, especialmente, en
la historia de la ganadería de la viuda de Ortega y en la genealogía del toro ‘Bailaor’.
La
fundación, pues, de la ganadería de doña Josefa Corrochano, viuda de Vicente
Ortega, la inicia su hijo mayor, de nombre Venancio, con la compra de
veinticinco eralas al duque de Veragua, en el año de 1909, y otras tantas
utreras en el de 1910, con el mismo hierro ducal.
Procuró
entonces don Venancio de los ganaderos andaluces la adquisición de un semental
con el que cubrir las novillas veragüeñas, mas, no lográndolo, hizo trato con
don Amador García, criador salmantino de reses bravas, a quien compró un
toro-padre, de bonita lámina, llamado «Espartero», y de cuya res obtuvo
numerosa descendencia, pero, atacado el animal de hormiguillo, «afección
contagiosa muy propensa —se cree— a ser adquirida por animales de ciertas
ganaderías o familias», tanto el semental como las hembras habidas con el cruce
fueron sacrificados en el matadero de Talavera, a excepción de los machos, que,
lidiados en diferentes ocasiones y plazas, consiguióse su total extinción en el
año de 1917.
Jugó
don Venancio la primera novillada (también es coincidencia) el 16 de mayo de
1915, en la que participaron como estoqueadores Emilio Cortell Valls «Cortijano»;
Enrique Rodríguez «Manolete II» y Faustino Vigióla del Torco «Torquito II».
Salvado
el contratiempo y decidido don Venancio a obtener de nueva cruza reses finas y
limpias para la lidia, consiguió de don Dionisio Peláez, ganadero y gran aficionado
que tenía su vacada en el «Soto de Entrambos Ríos», del término municipal de
Talavera, un magnífico ejemplar de pura raza de Santa Coloma, llamado
«Canastillo», de pelo negro mulato, tipo Ibarra, marcado con el número cuarenta,
y procreador con la vaca veragüeña «Bailaora» de «Bailaor»,
La
adquisición de «Canastillo» la hizo don Venancio en el año de 1914, y en el quince
ya obtenía las primeras crías del cruce Veragua-Santa Coloma, cuya primera
corrida fue estoqueada en la plaza de toros de Alcalá de Henares, el día 25de
agosto de 1919, por los diestros Paco Madrid, Pedro Carranza «Algabeño II» e Ignacio
Sánchez Mejías.
La segunda corrida que
lidió don Venancio no fue otra que la fatal de Talavera de la Reina, el día 16
de mayo de 1920, y aquí, con Joselito, virtualmente feneció la tristemente
célebre ganadería de la señora viuda de Ortega.