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El Gallo custodiado por dos guardias. (Foto: Andrés de Miguel) |
El excelente aficionado Andrés de Miguel nos remitió hace algún tiempo la siguiente foto en la que se ve a Rafael El Gallo custodiado por dos agentes de la autoridad de la época, 1916, a raíz de una desafortunada actuación que tuvo como escenario la plaza de toros de Irún (Guipúzcoa). El azulejo forma parte de la decoración del bar El Fogón de Riaza (Segovia), cuyos dueños, los hermanos Bonanza, son muy aficionados a los toros. La corrida en cuestión se celebró el domingo 27 de agosto, fecha luctuosa para la tauromaquia, porque en ella murió el novillero Antonio Carpio, natural de Catarroja (Valencia), a consecuencia de una cornada recibida en la plaza leonesa de Astorga.
Retomemos el hilo, en Irún se corrieron toros del Duque de Tovar que fueron despachados en mano a mano por Vicente Pastor y el mencionado Rafael. Gran entrada en el coso, en el que contaron como espectadores al conde de Romanones y los diestros Guerrita y Antonio Fuentes.
Pastor sorteó en primer lugar un buen mozo al que pasó con inteligencia sin que pudiera librarse de un serio achuchón. Lo pasaporta de pinchazo y estocada caída refrendada con un intento de descabello. El tercero es corto de pitones y dejó que se luciera Veneno con la vara. Muleteo valiente del madrileño, con buenos pases por altos. Estocada baja con derrame y palmas. El quinto es terciado y burriciego y Pastor anda valiente y listo Media, dos pinchazos y entera. Ovación.
Rafael se enfrenta al colorado segundo antes de que vaya a los montados en cinco ocasiones de las que derribó en tres. Quita el Divino Calvo y al adornarse es perseguido librándolo el capote de Pastor de un percance. Barquero y Cuco pasan las de Caín para banderillear a una res a la defensiva que se arranca con peligro. El matador toma sus precauciones con la muleta citando con el pico. Estocada honda a la media vuelta para seguir desconfiado, mostrando su desagrado el público. Pichanzo a paso de banderillas que descorda al animal.
El berrendo en colorado que hace cuarto tiene escasa presencia. Rafael se luce a la verónica, quita y remata con una larga que es aplaudida. Cuatro entradas a los caballos, tres derribos y dos para el arrastre. Llega a la muelta el toro cortando el terreno y arrancándose sobre seguro. Patatero y Cuco dejan dos pares y medio tras intentarlo en varias ocasiones. Desarme a las primeras de cambio y Rafael pasa sus fatigas antes de dejar media delantera calentando los tendidos. Pinchazo a la media vuelta huyendo y bronca lógica. Descabello al segundo intento y pitos.
El sexto es cárdeno claro, gazapón de salida, que impide a El Gallo dar lances. Además está reparado de la vista y solo se arranca desde una distancia considerable. Entre el desorden acude cuatro veces a los picadores, derriba en tres ocasiones y mata tres jamelgos. Cuco y Posturas cuelgan tres palitos y el bicho se defiende en tablas. Rafael se pone pesado con la muleta y deja media pescuecera. El puntillero, desde la barrera, coge un estoque y lo ahonda, provocando en el respetable una airada protesta. Muchos espectadores se hacen presentes en la arena, lo rodean amenazadores, y solo la intervención de la fuerza pública evita la agresión. La turba va a por Rafael al que logran abofetear. En esto su mozo de estoques desenvaina uno y dando cuchilladas al aire consigue aislar al maestro. Llega más fuerza que consigue reducir a los más exaltados. Por fin Rafael abandona el ruedo custodiado por la policía entre la rechifla general.