miércoles, 29 de mayo de 2019

LAGARTIJO Y GALLO, A PUÑETAZOS

El 1 de julio de 1883, con la presencia de los Reyes y los Infantes, se celebró en Madrid la 13ª corrida del abono. Se lidiaron toros de Antonio Hernández, dos de los cuales fueron sustituidos en el reconocimiento previo, por otros tantos de la vacada sevillana de Bartolomé Muñoz. En el cartel, los diestros Rafael Molina ‘Lagartijo’, Francisco Arjona ‘Currito’ y el señor Fernando.
Rafael Molina 'Lagartijo'
En el primero de la tarde, Gallo dio un capotazo de recibo y a continuación quiso hacer un quite cuando ya estaba en la jurisdicción de Juan Molina. Este se negó a dejárselo al matador pese a la insistencia de este. En ese momento intervino ‘Lagartijo’, quien conminó al Gallo para que se apartara. Como tampoco le hizo caso, insistiendo en que estaba en su derecho, Rafael le empujó en un codo, a lo que el señor Fernando respondió con un puñetazo. Todo ello transcurrió en los terrenos cercanos al tendido 3.
Tras la suerte de varas, ‘Lagartijo’ le dijo a unas palabras al Gallo y este se retiró a sentarse en el estribo. Desde allí hizo gestos de que no quería banderillear al toro junto a Rafael y su hermano. La autoridad envió a un delegado para obligarle a hacerlo en medio del griterío.

Al finalizar el festejo, la presidencia multó a ‘Lagartijo’ con 25 pesetas por comportamiento inadecuado dada su condición de director de lidia.

domingo, 26 de mayo de 2019

EL ÚLTIMO POLLO DE LA ´GALLERÍA´

El 4 de julio de 1909, con un lleno completo, se celebró en la plaza de Málaga una novillada en la que ‘Limeño’ y Joselito (‘Gallito III’) se enfrentaron a reses de la ganadería sevillana de Contreras. La crónica de don Procopio en la revista Respetable Público muestra el entusiasmo que producía en el público “el último pollo de la gallería”.


«Gallito III' desde su aparición en el ruedo todas las miradas fueron puestas en el último pollo de tan célebre gallería, y esperábamos confirmar lo que efectivamente resultó.

El último vástago de aquel inolvidable maestro de la elegancia taurina, nos dejó embobaos al presenciar el trabajo que ejecuta, quien no cuenta catorce abriles, con una desenvoltura y maestría que ya quisieran tenerla muchos de los que presumen de toreros de primera fila.

Toreó á su primer adversario derrochando arte y frescura, haciendo mil filigranas de todas marcas que acreditan la patente de la casa Gómez, y á la hora de los quites veíamos un excelente maestro convertido en un tercio de hombre.

 Banderilleó al segundo suyo, colocando un gran par al quiebro, que fue muy aplaudido. Con el trapo rojo empleó eu su primero una bonita v valentísima faena que fue coreada con ¡olés!,"y señalando como marca la ley, metió el acero en los mismos rubios y la ovación se escuchó hasta en la Giralda.

En el último que le pertenecía, ejecutó con la capa otro trabajo idéntico al anterior, y á la hora suprema dio dos pases en redondo superiores, dos de molinete colosales, y al tirar el sable atizó una un poquitín ladeadilla, que esto fue por causa del bicho al hacer un movimiento contrario. Escuchó otra ovación.

La corrida duró treinta minutos. El ganado chicuelo, pero a propósito para los lidiadores por tener alguna bravura. El personal subalterno trabajando con guapeza y recogiendo palmas abundantes. Caballos arrastrados, perdí la cuenta. La entrada un lleno de buten. Los maestros fueron sacados en hombros. Y el respetable salió satisfecho de tal forma, que hubiese querido ver en lugar de cuatro becerros, cuatrocientos, por las faenas que hicieron los nenes y en particular el «Gallito». Visto el éxito tan enorme que dicha cuadrilla ha obtenido, el próximo domingo 18 tendremos el gusto de volverlos á aplaudir, siendo seis becerros en vez de cuatro como hoy lidiaban.


miércoles, 22 de mayo de 2019

¿DUELO DESIGUAL?



En la revista Palmas y Pitos se publicó el 16 de junio de 1913, la crónica de don Pepe de la corrida del 12 de junio en Madrid, en la que Curro Posada y Juan Belmonte lidiaron toros de Esteban Hernández. En el comienzo de la crónica, el crítico exponía una reflexión en torno a lo que supondría un enfrentamiento entre Joselito y Belmonte.


-¿De modo que si Joselito el Gallo y Belmonte trabajaran juntos, usted apostaría por Juan?

-Yo, en primer lugar, no dejaría que toreasen juntos; al menos, por ahora. Siquiera esperaría a que toreasen en igualdad de condiciones de salud; no por miedo al baño, que al que tiene ríñones y dignidad, no se le mete en el agua como él no quiera.

-Y en segundo lugar...

-En segundo, siempre ha de ser un duelo desigual, en que tal vez las más ensordecedoras ovaciones se las lleve el de Triana, pero en el que venza en mayor número de asaltos, el rey de la sabiduría taurina, el Guerrita moderno, que para mí es Joselito.

-¿Duelo desigual?

-Sí, ya lo verá usted cuando se encuentren los dos campeones, si continúan siendo como hasta aquí. El uno, escudado con su inteligencia, con su talento y con su puesto en la tauromaquia, irá al torneo con careta, peto, guante y todos los chismes defensivos que se han inventado; a lo sumo, recibirá un palo, con el sable sin punta ni filos con que se le puede atacar. El otro irá al duelo, o debe ir, con el testamento hecho y confesado, porque no se presentará en ninguna sala de armas a hacer un bonito asalto, una muralla vistosa; sino al campo del honor, con el pecho descubierto, a jugarse la vida con floretes sin botón a la punta y para batirse a muerte con quien sea. ¿Es posible admitir el duelo en estas condiciones?

domingo, 19 de mayo de 2019

UNA CARTA DE RAFAEL A LA PRENSA

El 22 de febrero de 1911 Rafael envió una carta a la revista Respetable Público. En ella se disculpa de no haber informado a la prensa de su boda. La carta se publicó en la citada revista en el número del 1 de marzo de 1911.

Sr. Director de Respetable Público:

Muy señor mío: Agradecido á la prensa, que en toda ocasión me ha ayudado con su bondad por mí inmerecida, sería un ingrato si no justificase ante usted mi actitud en los momentos de mi matrimonio, celebrado el lunes sin avisar á nadie y privando á ustedes del derecho de información.

Razones íntimas que aceleraron el momento con fuerza irresistible, me obligaron á una precipitación que no me dio tiempo á nada. De no haber sido así, hubiese tenido mucho gusto en invitar á ese periódico á la ceremonia, su afectísimo y agradecido amigo, q. I. b. I. m.

 Rafael GÓMEZ (GALLO)

22-2-11