domingo, 29 de junio de 2014

CUANDO CAE LA NOCHE

Santander.
Javier Vellón ha enviado el siguiente texto para su publicación.

El viernes 24 de agosto de 1923 se celebró en Santander la corrida de la prensa, con una gran expectación pues en el cartel figuraban Rafael ‘El Gallo’, Julián Sáinz ‘Saleri II’, Manuel Jiménez ‘Chicuelo’ y Victoriano Roger ‘Valencia II’, además de los toros de doña Carmen de Federico.

El público se enfadó ya en el primero de la tarde con Rafael por su inhibición, lo que le supuso ya oír una gran bronca, algo similar a lo que sucedió en el segundo de su lote. 

En el 4º resultó cogido ‘Valencia II’, por lo que la lidia del 8º y último del festejo le correspondió al director de lidia, es decir, al ‘Gallo’.

Cuando salió el toro se llevaban más de tres horas de corrida; eran las 19’15 y, dado que el día había sido lluvioso y encapotado, apenas se veía nada, pues la plaza no contaba con iluminación artificial.

Saleri II
Chicuelo.
Rafael dejó pasar el tiempo sin apenas acercarse al animal, por lo que cada vez la oscuridad era mayor, lo que encrespó a los espectadores que comenzaron a lanzar almohadillas al ruedo. El matador quiso hacer ver que una de ellas le había lastimado por lo que decidió irse a la enfermería. La bronca comenzó a alcanzar cotas preocupantes, ante lo cual el presidente llamó a los matadores y les exigió que mataran al toro. Estos arguyeron que era imposible y optaron por abandonar la plaza por el patio de cuadrillas.

La violencia en los tendidos se desató, con conatos de incendio y de agresión a los diestros, que, en el caso del Gallo, llegó a consumarse. El presidente ordenó desalojar la plaza a las fuerzas de orden público y detener al matador, al que hizo responsable de los disturbios.

Valencia II.
La guardia civil lo condujo al Gobierno Civil. La multitud, contra la que había cargado la fuerza pública, acudió en masa hasta el citado edificio con el fin de esperar al Gallo y consumar el linchamiento. El gobernador ordenó de nuevo a la policía que dispersara a los indignados espectadores, lo que supuso instantes de gran violencia en las calles de la ciudad norteña.



Finalmente, Rafael pasó la noche en prisión. A primera hora del día siguiente abandonó la cárcel no sin antes obsequiar con churros y aguardiente a todos los presos. El diestro solicitó la puesta en libertad ya que el día 26 toreaba en Sanlúcar de Barrameda, junto con ‘Gitanillo’ y ‘Carnicerito’, ante astados de Carmen de Federico. El festejo se saldó con una nueva bronca monumental para él.

miércoles, 25 de junio de 2014

JOSELITO CON SEIS MIURAS EN VALENCIA

El 17 de octubre de 1.915 Joselito se encierra en Valencia con seis miuras. He aquí la crónica que, firmada por D. Carpio, apareció el 24 de octubre en el número 136 de la revista Palmas y Pitos:

El día no es de los más a propósito para llenar una Plaza de Toros como la de Valencia; pero el cartel es tan sugestivo que la gente acude a presenciar la corrida anunciada.

El menor de la dinastía gallista y seis toros de Miura.

La presentación no está conforme, porque hay dos toros que, aunque, son largos, son muy bajos de agujar, y para qué hablar de ello. Los restantes están bien, sin ser ninguna exageración.

Su bravura dejó mucho que desear, pues excepción del primer toro, que fue bueno de verdad, los demás gazapearon mucho, y en las suertes se quedaban doblando la cara, y por esto el lidiador no pudo lucir sus habilidades en algunos momentos.

Su pelea en la suerte de varas fue regular, y pasemos a las faenas de Gallito.

En el primero da unas verónicas buenas, y luego en quites, artísticos, derrocha valentía y es ovacionado.

Con la muleta la faena es cerca y valiente. Al tercer pase es empitonado por la cadera derecha, sin más consecuencias que la rotura de la taleguilla.

El niño se crece, y sigue su faena entre pases de pecho, molinetes, archisuperiores, y se arrodilla ante la cara del bicho.

Entra a matar y deja media corta, saliendo por la cara, y entra de nuevo para rematar al bicho con otra buena.

Se aplaude, más a la valentía y al buen deseo que a las estocadas.

El segundo estaba muy mal de la vista, y el matador dentro de lo que cabe supo sacar partido, y toreó mucho para las galerías, tocando los pitones y arrodillándose ante la cara, haciendo mil primores para luego entrar bien y dejar media estocada en todo lo alto, y para terminar, un certero descabello. 

Ovación y oreja, y vamos con el tercero.

Con pocos capotazos fija al toro para la suerte de varas; quites preciosos, y pasemos a la faena de muleta.

Joselito está cerca del miura, pero muy movido. Luego da algunos pases, unos molinetes superiores y rodillazos. 

Un pincahzo bueno, y sigue luego toreando parado, y la faena le resulta superior. Una vez igualado el toro, da una estocada, que rueda.

Ovación y oreja.

La faena que en el cuarto toro realizó fue vistosa y de más convencimiento que en los anteriores toros, abundando los desplantes y cogidas de pitón.

Con los terrenos cambiados entra a matar, pero de verdad, y dando una estocada algo desprendida, y a continuación las mil monerías de cogidas de pitones y hablar con el toro y demás.

Con la puntilla descabella a la primera, y ovación y oreja.

Sale el quinto toro, que era precioso, pero escobillado del pitón derecho, y Gallito derrochó su repertorio florido en quites, nos obsequia con tres pares de banderillas soberbios y el público premia su labor con una ovaciones estruendosas.

La faena de muleta la hizo siempre por la cara y con pases por bajo, que no me convencieron.

Tres pinchazos malos y una estocada delantera con derrame.

La faena en este toro fue mala, y, por lo tanto, escuchó algunos pitos.

Las mejores faenas que hizo José fueron las del sexto toro: verónicas, navarras, recortes, todo acabado con suma perfección. Luego prende un buen par de banderillas, y el sobresaliente, que el el Petreño, dos regulares.

Brinda desde el centro de la Plaza y realiza una faena estupenda y valiente. 

Pases de pecho, naturales, de molinete, afarolados, de rodillas, el colmo, y el público de a pie aclama a Gallito.

Un pinchazo bueno y una superiorisima estocada fue el colmo de la fiesta, y el delirio de la ovación.

Esta es la verdad clara y terminante de cuanto pasó en esta corrida.

Gallito tuvo una buena tarde; pero en feria tuvo dos tardes mucho mejores, digan lo que quieran y discutan , pues al terminar la corrida fue el colmo, bien en los cafés y bares, y en cuanto se encontraban dos amigos, la discusión venía en seguida.

El sobresaliente Petreño, superior en los pocos quites que hizo, y Blanquet colosal, inmenso, todo cuanto se diga es poco para tan gran peón. 

La cuadrilla, numerosísima, y mucha gente; para la guerra es buena.

En compañía del matador, y de Sevilla, Madrid y otros puntos de España, han venido a ver la corrida muchos aficionados.


domingo, 22 de junio de 2014

RAFAEL ‘EL GALLO’ Y LA IGLESIA DE SAN SEBASTIÁN

Iglesia San Sebastián de Madrid.
Javier Vellón envía el siguiente texto para su publicación:

La parroquia de San Sebastián, en plena calle de Atocha, es una de las más conocidas de Madrid puesto que son numerosas las personalidades del mundo de la cultura y del arte vinculadas a ella. Nombres como los de Cervantes, Lope de Vega (que está allí enterrado aunque se desconoce su ubicación exacta), Tirso de Molina, Benavente, Echegaray, Valle-Inclán, Espronceda, Bretón de los Herreros, Bécquer, Larra, Zorrilla, Moratín, y tantos otros pasaron por su altar, bien para ser bautizados, bien para contraer matrimonio o bien para celebrar su entierro.

Del mundo del toro, hay que reseñar la presencia de Francisco Arjona ‘Cúchares’, que fue allí bautizado en 1818, y, sobre todo la de Rafael Gómez ‘Gallo’, en su caso por partida doble.
Listado de bautismos.
Listado de matrimonios.

Efectivamente, fue bautizado el 2 de agosto de 1882. Había nacido el 18 de julio en la calle de la Greda número 16 de Madrid, aunque corría el rumor de que el hecho se había producido en Pozuelo de Alarcón. El motivo fue que en dicha población tenía una casa Rafael Menéndez de la Vera, empresario de la plaza de Madrid. Dada su amistad con los padres de Rafael –de hecho, fue el padrino de su bautismo-, estos pasaban largas temporadas en su casa.

Además, su matrimonio con Pastora Imperio también tuvo como marco la mencionada iglesia; en este caso, una de sus capillas, puesto que la boda se celebró con celeridad, dada la gravedad del padre de la novia, y con apenas invitados. Ejercieron como padrinos, la madre de la novia, ‘La Mejorana’, y el matador Enrique Vargas ‘Minuto’. Fue el 20 de febrero de 1911.


miércoles, 18 de junio de 2014

SEVILLA EN TIEMPOS DE JOSELITO Y BELMONTE

Portada del libro.
Sevilla en tiempos de Joselito  y Belmonte es un interesante trabajo firmado por Nicolás Salas que, publicado por la editorial Castillejo, vio la luz en noviembre de 1.998. A lo largo de sus casi 500 páginas Salas analiza el devenir de la ciudad en el primer cuarto del siglo XX en paralelo con la consolidación de la carrera de los dos ídolos hispalenses. 

El libro abarca de 1.910 a 1.920 y todos sus capítulos mantienen la misma estructura: 

- foto símbolo

- cronología de los acontecimientos acaecidos en la ciudad con referencia a los cargos públicos, iglesia, Semana Santa, cultura, urbanismo y arquitectura, toros, deportes y corporaciones y entidades. 

- álbum gráfico

- foto símbolo

- artículo de fondo

Nicolás Salas, director de ABC de Sevilla entre 1.976 y 1.984, basa la referencia a Joselito en las interesantísimas notas de Tomás León, gallista declarado y presidente de la Maestranza. Destacable es la parte gráfica del libro con imágenes de paisajes urbanos desaparecidos y de los diestros en plena fama.

La obra tuvo gran aceptación y llegó a su tercera edición al año siguiente de su salida al mercado. Salas nació en Valencia en 1.933 pero es sevillano de adopción. Entre sus éxitos literarios destaca el premio Ateneo de novela que obtuvo en 1.974 por Morir en Sevilla.

domingo, 15 de junio de 2014

LA MUERTE DE FERNANDO GÓMEZ EL GALLO EN EL IMPARCIAL

El periódico El Imparcial, en su número 40.869 aparecido el martes 3 de agosto de 1.897, daba cuenta de la muerte de Fernando Gómez El Gallo, acaecida en Sevilla el día anterior. La noticia fue enviada por telégrafo por León, el corresponsal del rotativo, a las nueve y media de la noche anterior y decía así:

Cabecera de El Imparcial de 3 de agosto de 1.897.
“A las dos y cuarto de esta tarde ha dejado de existir el reputado matador de toros Fernando Gómez el Gallo.

A las once de la mañana se declararon impotentes los auxilios de la ciencia, el enfermo que a aquella hora entró en el período agónico, expiraba después rodeado de su familia.

El Gallo ha muerto en el vecino pueblo de Gelves, en cuyo vecindarios, así como en el de esta capital, ha producido hondo pesar la triste noticia.

El cadáver del diestro sevillano ha sido amortajado por un tío suyo, D. Emilio Alcalá, y el picador Pimienta, y colocado en una de las habitaciones de la casa convertida en capilla ardiente.

En el expreso de mañana llegará a ésta su hijo Rafael, que toreó ayer en Valladolid.

Sus demás hijos ignoran todavía la muerte de su padre”.

El miércoles 4, el mismo corresponsal escribía el siguiente texto datado el 3 por la mañana:

Fernando Gómez Gallo.
“Según el certificado de los médicos que asistieron al pobre Fernando Gómez, éste murió de un aneurisma y dilatación de la arteria aorta. Pocos momentos antes de morir, Fernando llamó a una de sus hijas, le pidió papel y pluma, y trazó en forma casi indescifrable las siguientes líneas:

“A mi compadre Guerrita:

En la hora de mi muerte que no deje sin pan a mis hijos. Se lo pide moribundo su compadre

Gallito”.

Por disposición expresa del Gallo su cadáver será enterrado en el cementerio de San Fernando de esta ciudad. 

Para asisitr a su conducción desde Gelves han acudido a este pueblo gran parte de los amigos y admiradores que en Sevilla contaba el infortunado diestro.

Esta tarde a las cuatro saldrá de Gelves la fúnebre comitiva que llegará a Sevilla al anochecer”.

A las ocho y media de la tarde León envío el siguiente telegrama:

“El entierro del reputado matador de toros Fernando Gómez el Gallo se ha verificado esta tarde con la solemnidad que era de esperar, dadas las simpatías y el renombre de que gozaba el popular torero.

Poco después de las cinco se puso en marcha la numerosa comitiva saliendo una multitud inmensa de vecinos de Gelves a despedir el cadáver.

Este ha sido transportado en una magnífica carroza tirada por cuatro caballos.

Varios diestros residentes en esta capital llevaban las cintas que pendían del féretro.

Detrás del carro mortuorio marchaban, además de un inmenso gentío, veinticinco coches.

El fúnebre cortejo llegó a Sevilla cerca de las siete.

Aquí se agregaron a la comitiva un gran número de personas.

El entierro se dirigió por la ronda al cementerio de San Fernando, donde a la caída de la tarde se ha dado sepultura al cadáver del desventurado Fernando Gómez”.

El jueves 5 de agosto en el mismo periódico y firmado por León aparecía el siguiente breve enviado a las 7 de la tarde del día 4:
Iglesia sevillana de San Lorenzo.
(Foto: sevilladailyphoto.blogspot.com.es/)

“Con gran solemnidad se han celebrado esta mañana en la iglesia de San Lorenzo las exequias por el eterno descanso de Fernando Gómez (el Gallo).

A la ceremonia han concurrido los ganaderos de reses bravas residentes en esta capital, gran número de admiradores de toros y no pocos de sus compañeros de profesión.

Entre éstos se veía a los espadas Antonio Fuentes, Francisco Bonal Bonarillo y José García, el Algabeño, y varios banderilleros y picadores”.

miércoles, 11 de junio de 2014

LA CASA DE LOS GALLOS

Corrochano, autor del texto.
Gregorio Corrochano publicó en la página 6 del diario ABC de fecha 18 de noviembre de 1.916 un interesante artículo titulado La casa de los Gallos, en el que describe la casa que ambos hermanos compartían con su familia en Sevilla.  

El torero en la intimidad

LA CASA DE LOS GALLOS

Sentía una viva curiosidad por conocer al torero más allá de la plaza de toros, en su casa, en su ambiente, entre sus amigos, algo más íntimo, menos teatral que las tardes de corrida, en las que todo es falso, desde el traje de relumbrón hasta la alegre sonrisa, desde la gallardía de una figura estudiada y compuesta hasta el valor no menos estudiado y afectado que la figura. Quise además conocer al torero en las faenas de campo, en el acoso y derribo de las reses, complemento de la vida del lidiador. Y vine a Sevilla, aprovechando una ocasión en la que todo esto se me ofrecía.

He visitado la casa de los Gallos, una de las más características. Joselito nos servía de cicerone.

- Este es el despacho de Rafael y éste es el mío.

Son las dos primeras estancias con que se tropieza el visitante, después de trasponer la escalinata y antes de llegar al patio.

Nuestro deseo estaba satisfecho; vimos el resto de la casa por cortesía, no por curiosidad, que estos despachos nos ofrecían elementos suficientes para componer el carácter, los gustos, las aficiones, el ambiente en que viven sus dueños.

Joselito tiene en su despacho una enorme caja de caudales; Rafael, no. Rafael tiene una caja de reloj sin reloj. Además de los retratos familiares, comunes en ambas estancias, hay en la de Rafael un busto del Rey D. Alfonso, una bendición apostólica, con indulgencia plenaria, concedida al torero pr el Papa Pío X, y un cuadro de Roberto Domingo, en el que se copia una tarde de desastre taurino. Es una plaza de toros. El público, en actitud airada, trata de arrojarse del tendido al ruedo, y en éste, el Gallo pincha desesperadamente en el cuello de un toro que sangra por todas partes; al fondo se ven los cabestros, que salen para llevarse al toro al corral. Es un cuadro graciosísimo, que revela el humor del torero que lo exhibe en su despacho.

Visitaba Rafael una Exposición de asuntos taurinos. Vio un torero con la pechera desgarrada en actitud de desafío ente un toro que rodaba de una estocada. “Este es Machaquito”, dijo el Gallo. “Y éste soy yo”, añadió vivamente al ver el cuadro titulado Al corral.

Y compró el cuadro, con una condición: puesto que aquello estaba inspirado en él, pidió al pintor que rectificara la cabeza del torero y pusiera la suya.

Y así se hizo, y así está, desentonando con su nota buja la severidad de aquel despacho, repleto de muebles antiguos.

Ente los objetos taurinos que decoran la estancia hay una hermosa cabeza de toro con las dos orejas cortadas. Fue del primero que mató en Valencia después de la grave cogida de Algeciras; un buen ejemplar de Pablo Romero.

El despacho de Joselito es moderno, es el despacho de un torero, predomina la nota taurina, tiene toda la afición que su dueño. Encima del sillón hay un documento del año 81 en el que se reconoce el privilegio de alternativa a las plazas de Maestranza de Ronda y Sevilla. Firman el acuerdo Antonio Carmona, Manuel Domínguez, Lagartijo y el Tato. En un lienzo de pared hay tes cabezas de toros: la del centor tiene una oreja cortada; esta oreja que falta es la primera que se concedió en Sevilla. Las dos cabezas extremas son de dos toros de Miura que mató Gallito el 29 de Septiembre de 1915, la tarde anterior de cortar la oreja del santa coloma. 

- Esos son los dos toros que he matado más a mi gusto -dijo Joselito-; como usted ve, eran dos buenos mozos, y además tenían mucho que matar, particularmente el colorado. Fueron los que me prepararon el triunfo de la oreja; pero eso tienen esa colocación.

Y siguió Gallito refiriéndonos la historia que tenían todas aquellas cabezas disecadas.

Llegamos a un caso curioso.

- En este toro estuve fatal.

- ¡Cómo!

- Como usted lo oye, fatal; corté la cabeza por curiosidad. Era del duque de Tovar. Viendo un día la ganadería con el duque le llamé la atención sobre un toro que sobresalía de todos por su enorme tamaño. “Duque, al que le toque ese mozo, ya va servido. ¿Para dónde lo destina usted?”
“Para ninguna parte -dijo Tovar-, porque desiguala mucho”. Y voy a una feria, y lo primero que me veo es el toro. ¡Usted calcule el efecto que me hizo! Se le deja para sobrero, y se hace el sorteo. A poco, nos manda un recado el gobernador, diciendo que había que repetir el sorteo, metiendo el sobrero, porque uno de los otros toros se había inutilizado. Se hace el nuevo sorteo, y me toca a mí. Desde que le vi en los corrales no sé por qué me figuré que tenía yo que matarde, y así pasó. Era un toro enorme, con un poder como yo no he visto otro y con siete gatos en la barriga. Como le he dicho, estuve fatal, y me la gané. Le conservo por la serie de circunstancias que concurrieron desde que le vi en la finca hasta que le arrastraron.

La capilla donde oyen misa los días festivos y reza la madre las tardes de corrida. Se venera la Virgen de la Esperanza, la Macarena, como la llaman los sevillanos. El manto de la Virgen es de gran riqueza. Se lo regaló Joselito por aquella cogida de San Sebastián en la que una medalla de la Virgen, que llevaba en el pecho, le libró de una cornada.

Cuando salimos al patio paraba en la puerta un coche de corte andaluz, tirado por cuatro mulas cascabeleras.

- Ahí está Rafael -dice José al oír el coche.

Aún tarde un rato Rafael en entrar a la casa. Le han detenido una gitana que le pide dinero, una mujer que le da una carta al pasar como quien entrega un memorial, y un chiculeo que le habla al oído.

Los pedigüeños o los necesitados que vigilan la entrada del torero pródigo desaparecen; a poco se ven otros de la misma catadura que vigilan la salida.

domingo, 8 de junio de 2014

AGRESIÓN A RAFAEL ‘EL GALLO’

Cartel de la Feria.
Javier Vellón envía el siguiente texto para su publicación:




El 29 de julio de 1914 el presidente del Club Gallista de Sevilla mandó un telegrama al gobernador civil de Valencia pidiéndole que protegiera a Rafael ‘Gallo’ mientras estuviera en la capital del Turia, en plena feria de julio, contra las acechanzas de sus enemigos.

El motivo de dicha comunicación fue una supuesta agresión al diestro tras la corrida del 28 de julio, en la que Rafael cosechó uno de sus grandes éxitos.

Rafael en Valencia.
Efectivamente, en la cuarta corrida de la feria valenciana hicieron el paseíllo, junto con ‘El Gallo’, Juan Belmonte y ‘Bombita’, para enfrentarse a reses del Marqués de Santa Coloma.

Los espectadores que casi llenaron la plaza pudieron contemplar una gran actuación de Belmonte, que cortó una oreja del tercero, y, sobre todo, una labor plena de arte, genio e inspiración de Rafael en el cuarto, un toro que salió abanto y que llegó a saltar por dos veces al callejón. El matador hizo su faena de muleta entre los acordes de la música y rodeado de sombreros, algo muy propio de la liturgia gallista.

Tal fue el eco de su trasteo que, al día siguiente, con Francisco Posada y, de nuevo, Belmonte como compañeros, fue obligado a saludar tras acabar el paseíllo. La tarde con los miuras fue para Belmonte.

Otra de Rafael en Valencia.
Pues bien, al concluir la corrida del día 28, y cuando los toreros abandonaban la plaza, se produjo un incidente confuso que fue el motivo de la petición del gallista sevillano. Al parecer, un individuo se acercó a Rafael y le agredió. Sin embargo, las averiguaciones de la policía llegaron a una conclusión muy diferente: un labrador, entusiasmado por la actuación del Gallo, se dejó llevar por la emoción y su falta de tacto hizo que lo que iba a ser un abrazo de felicitación se convirtiera en un percance.

miércoles, 4 de junio de 2014

POEMA DE FERNANDO VILLALÓN A RAFAEL

Fernando Villalón
Rafael El Gallo
Fernando Villalón-Daoíz y Halcón, conde de Miraflores de los Ángeles (Morón de la Frontera, Sevilla, 31 de mayo de 1881 - Madrid, 8 de marzo de 1930) fue ganadero y poeta. La siguiente composición se la dedicó a Rafael Gómez El Gallo: 







Yo te he visto otra vez antes de ahora

y fue en Egipto, en Luxor enterrado.

Tu antiguo cuerpo estaba embalsamado

con el barniz de cobre que lo dora.

No se si fuiste mago o hieroferante,

guerrero o faraón, porque en tu fosa

no falta nada de ninguna cosa

de lo que aquí en el mundo es importante.

                                                                   

                                                               

domingo, 1 de junio de 2014

‘LE PODÍA HABER COGIDO UN TRANVÍA’. GRAVE COGIDA DE RAFAEL ‘GALLO’

Javier Vellón envía el siguiente texto para su publicación:

Rafael
El 14 de junio de 1914 Rafael Gómez ‘Gallo’ sufrió en Algeciras una de las cornadas graves de su carrera. A partir de las informaciones periodísticas se ha podido reconstruir no solo la cornada sino las reacciones posteriores así como los testimonios de los testigos.

El percance sucedió en el segundo de la tarde que, como el resto de sus hermanos, lucía la divisa de Moreno Santamaría. El toro había salido abanto y, según Joselito, era tuerto. Rafael quiso recogerlo y ponerlo en suerte para picarlo, pero el animal no hizo caso del capote, por lo que, frente a chiqueros, lo arrolló “como le podía haber cogido un tranvía” –según Joselito-, y le tiró un derrote seco cuando ya estaba en el suelo. El diestro se levantó y se llevó la mano al pecho, donde tenía la herida, e inmediatamente cayó desplomado.

Llevado a la enfermería, le atendió el doctor Morón, quien se hizo cargo de la cura durante los días siguientes. Hay que decir que al día siguiente se desplazó a Algeciras el doctor Mascarell, amigo y médico de la familia, que estuvo en contacto telefónico con su colega desde el primer momento. El parte de la cogida dice lo siguiente: “La herida está situada en el pecho; es penetrante, con fractura completa de la extremidad inferior del esternón y cartílagos cortales. Pronóstico grave”.

El doctor Buenaventura Morón
atendiendo a Rafael.
En un primer momento, las noticias fueron muy alarmantes y hacían presagiar lo peor. De hecho, miles de personas acudieron a la plaza, hasta el punto de que la policía hubo de actuar con fuerza para que la enfermería no fuera asaltada. Una vez practicada la primera cura, Rafael fue trasladado en camilla hasta el hotel, donde fue atendido en los días posteriores. El gentío acompañó a Rafael en todo el recorrido.

Rafael y Pastora.
El matador estuvo acompañado por familiares y amigos. En primer lugar, por su hermano Joselito, que también participó en el festejo, y fue el que explicó lo sucedido. Sus hermanas se encontraban casualmente pasando los días de fiesta en la población andaluza, invitadas por una amiga. Al día siguiente, procedentes de Sevilla, llegaron su madre y su hermano Fernando, acompañados por el doctor Gonzalo Blanco y por Pedro Rolda. Joselito había escrito un telegrama a su madre para tranquilizar a la familia: “Por la gloria de papá, que no hay cuidado. Tranquilízate”. Ese mismo día acudieron a interesarse por su salud Belmonte y ‘Machaquito’, que llegaron en un tren especial desde Granada.

Más dramática fue la situación de la esposa de Rafael, Pastora Imperio. El día del percance salió en tren desde Castellón hacia Valencia, donde tenía que actuar. Al llegar a la estación de Sagunto oyó que los vendedores de periódicos voceaban la noticia. Aterrorizada, quiso enterarse de lo sucedido, pero el tren arrancó, por lo que la artista sufrió un pequeño accidente. Al llegar a Valencia el empresario del teatro Eslava, donde debía actuar, y un amigo de Rafael intentaron tranquilizarla. Decidió rescindir el contrato y desde el hotel se puso en contacto con su cuñado Joselito, que le informó de la cogida y del estado de su marido. El día 15 salió hacia Madrid para acudir posteriormente a Sevilla y a Algeciras.