miércoles, 31 de agosto de 2022

UNA DÉCIMA PARA EL SEÑOR FERNANDO

Portada de la obra. (Foto: bibliotecadigital.jcyl.es)

Manuel Serrano García-Vao publicó en 1.902 la obra 'Toreros, toreritos y torerazos, en la que recoge 303 semblanzas en otras tantas décimas dedicadas a los diestros más destacados de la época.

El señor Fernando tuvo la suya y es la siguiente:


 Fernando Gómez (Gallito) 

 Con palos, capa y muleta 

un torerazo, un maestro; 

 pero pinchando este diestro 

 manejó mal la escopeta. 

 A veces llegó á la meta 

 con faenas superiores, 

 como diestros anteriores; 

 bregando hizo maravillas, 

 y quebrando de rodillas 

 fue el mejor de los mejores.

domingo, 28 de agosto de 2022

DISCRETA TARDE DE RAFAEL EN LA MAESTRANZA... CON DOS ESPONTÁNEOS ACTIVOS

Regaterín.
'Sol y Sombra' publicó el 25 de julio de 1.901 la siguiente crónica de una novillada celebrada en Sevilla con la participación de Rafael Gómez 'Gallito' y Regaterín ante astados de José Clemente. Al parecer de Olmedo no fue una buena tarde del niño de la señora Gabriela y no faltaron los incidentes, en los que dos espectadores se erigieron en parte activa del espectáculo:

Sevilla.—Con una entrada buena y con un calor desesperado se verificó en nuestro clásico circo la anunciada corrida de novillos, la tarde del 7 del corriente, en la que se lidiaron seis toretes de D. José Clemente, el de Trigueros, de los que cuatro fueron mansos, quemándose el cuarto. Sólo se arrastró un caballo. 

 Como matadores figuraban en el programa «Regaterín» y «Gallito» (Rafael). «Regaterín» es un chico que tiene voluntad, pero que tanto el capote como la muleta, los maneja con poca soltura y sin conocimiento de causa. A matar entró siempre derecho, pero jamás llegó a reunirse y siempre metió el pincho tendido. 

 En cuanto a «Gallito...» mucho se movió el chico, toreando con adornos y alegría que entusiasmaron a los «impresionables», pero no paró nunca y toreó siempre encorvado. Sólo en su primero dio tres pases superiores, rematados y clásicos. En banderillas quiso cambiar en silla, y ni el inventor de esa vistosa suerte la hubiera conocido, porque no se colocó en el terreno debido y se vio obligado a salirse de su sitio por echársele el toro encima; consecuencia lógica de la mala colocación. 

 Matando... ya se sabe lo que mata «Gallito». 

 A excepción de la segunda vez que entró a matar en el último toro, porque éste le ayudó, en las demás se le vio cuartear siempre y pinchar bajo y atravesado. 

 Hubo durante la lidia dos toreros espontáneos; uno que quiso dar el cambio a puerta de gayola y salió herido gravemente en un brazo, y otro que clavó dos pares de las cortas, entrando las dos veces a la media vuelta, lo cual demuestra que no es un aficionado valiente, pues el novillo estaba hecho un borrico. 

 Y . . . nada más.

miércoles, 24 de agosto de 2022

BUENA ACTUACIÓN DE RAFAEL EN BADAJOZ

Plaza de toros de Badajoz. (Foto: https://laciudaddebadajoz.blogspot.com/)
Corría la temporada de 1.900 y en Badajoz se programó el día se Santiago un mano a mano entre Algabeño Chico y Rafael Gómez 'Gallito'. La pareja despachó novillos de Francisco Lobao Rasquilha y fue quien había de ser el Divino Calvo el mejor parado en las apreciaciones que recogió Primores para 'Sol y Sombra'. Esta revista publicó la crónica en su número 178, de 9 de agosto del citado año:

Novillada del 25 de Julio.—Los bichos lidiados en esta novillada procedían de la ganadería de D. Francisco Lobao Rasquilha, vecino de Santa Eulalia (Portugal), todos de bonita lámina, bien armados y de libras, y, sin ser una cosa sobresaliente, dieron juego, acometiendo con voluntad, pero sin coraje a las plazas montadas. Algunos llegaron huidos al último tercio, pero esto, más que defecto de sangre, es consecuencia natural de la mala lidia que se les dio. Tomaron entre todos 89 puyas, proporcionando 10 caídas y haciendo nueve bajas en las cuadras. 

 Estos bichos son los primeros que se han corrido de la cruza que el Sr. Rasquilha ha hecho con sus vacas y toros de Palha. 

 Manuel Molina. Algabeño chico, promete poco, si hemos de juzgarlo por las faenas hechas en esta plaza, pues en toda la tarde no le vimos más cosas de mérito que tres pases de muleta al tercer toro. Con el capote, tampoco hizo nada de particular, y las banderillas no quiso aceptarlas, cuando en el cuarto toro se las ofreció Gallito. Despachó a su primer enemigo de tres pinchazos mal señalados, tres estocadas atravesadas y otra en el pescuezo, intentando descabellar sin conseguirlo; a su segundo le arreó cuatro pinchazos y dos malas estocadas, saliendo dos veces perseguido; y del último se deshizo de tres pinchazos, media estocada a paso de banderillas y una dolorosa, acertando el descabello a la tercera intentona. 

 Durante la lidia del primer cornúpeto, y al terminar un lance de capa, fue revolcado, sufriendo una contusión en la región poplítea derecha, de la que no se resintió hasta la lidia del quinto toro, al terminar con el cual ingresó en la enfermería. Cuando más expuesto estuvo Algabeñito, fue al dar el primer pinchazo a su último enemigo, quinto de la tarde, cayéndose en la cara del bicho, de cuyo percance salió ileso porque el cornúpeto no hizo por él. 

 El novel diestro demostró poca inteligencia y por lo visto se olvida de que tiene mano izquierda, pues de ella no hizo uso alguno. 

 Rafael Gómez, Gallito, el hijo de Fernando Gómez, de quien creemos ha heredado con el apellido mucho del arte de torear, es una esperanza, que Dios quiera no se malogre, porque bien necesitamos los aficionados de gente que, cuando salga a la plaza, sepa lo que trae entre manos. Es elegante, maneja regularmente el capote, y con la muleta hace verdaderas florituras. Al cuarto toro, después de alegrarlo adornándose mucho, lo quebró, pero se dejó pisar el terreno y no clavó los palos, saliendo perseguido de la suerte; después le colgó medio par al cuarteo, y del mismo modo otro medio y un par de frente al sexto y último bicho de la tarde. 

 Despachó a su primero de tres estocadas atravesadas, tirándose de largo, y una buena que hizo innecesaria la puntilla; a su segundo lo despabiló de media estocada buena, en lo alto, y un descabello a la primera, ganándose una ovación y la oreja del bicho; y puso fin a la corrida con una estocada buena, dos muy malas y dos pinchazos silbables. 

 Gallito estuvo muy trabajador toda la tarde, demostrando inteligencia y arte. 

 Los banderilleros, muy trabajadores, poniendo buenos pares. Sa distinguió el Nene. Los picadores demostraron voluntad, sin que hicieran nada notable. 

 La presidencia no fue dispuesta a la silba, y atendió todas las indicaciones del público, quizá con exageración. Ocupó el palco presidencial el Teniente Alcalde D. Eduardo Morán Triana. 

 La novillada, en general, resultó muy aceptable; pues si bien no hubo grandes cesas que aplaudir, tampoco las hubo muy censurables. Lo peor de todo fue la entrada; pues ésta ha sido la vez que menos público ha asistido en Badajoz a una fiesta taurina.

domingo, 21 de agosto de 2022

OTRA DE ALTERNATIVAS CON EL SEÑOR FERNANDO DE POR MEDIO

Lagartija, rival del señor Fernando en la disputa.

Miguel Moliné y Roca, en la obra que nos ocupa en las últimas entradas, "Chistes, anécdotas y chascarrillos taurinos", refiere una discusión que tuvo, como uno de los protagonistas, al señor Fernando. Al final de la disputa... todo quedó igual:

El año 1881, con motivo de dilucidar quien entre Juan Ruíz «Lagartija» y Fernando Gómez «Gallito» tenia mejor derecho, en cuestión de alternativa, para ir por delante, pues el primero alegaba que la fecha de su investidura en la plaza de Madrid era de 5 de Octubre de 1879, en cuyo día recibióla de mano de «Frascuelo», el «Gallo», en 16 de Abril de 1876, del espada "Bocanegra", pero en el coso sevillano, pues en el madrileño no se la confirmó hasta el 4 de Abril de 1889 el espada «Currito». 

 En vista de que ni «Lagartija» ni «Gallito» querían ceder en lo que éstos consideraban su derecho, hubieron de reunirse varios matadores de toros de los que entonces actuaban en primera línea, para deliberar sobre la cuestión. 

 No hubo unidad de pareceres sobre la cuestión, subscribiéndose por unos y otros documentos verdaderamente auténticos. Y

 la cuestión de las alternativas quedó sin resolver. 

miércoles, 17 de agosto de 2022

OTRA SENTENCIA DEL SEÑOR FERNANDO

La obra objeto de nuestra anterior entrada, "Chistes, anécdotas y chascarrillos taurinos, de Miguel Moliné y Roca, contiene otra de las sentencias que se le atribuyen al señor Fernando El Gallo a propósito de la polémica de las alternativas, tan de moda en las últimas décadas del siglo XIX:

Discutiendo unos aficionados sobre si era la plaza de Madrid o la de Maestranza las que habían de dar validez a las alternativas de los espadas, preguntaron su opinión sobre el particular a Fernando Gómez «Gallito», quien contestó: 

—Las alternativas no las dan los primeros espadas, sino el público. 

domingo, 14 de agosto de 2022

EL SEÑOR FERNANDO: SABIDURÍA Y VALOR

Portada de la obra: (Foto: bibliotecadigital.jcyl.es)
Miguel Moliné y Roca recoge en su obra 'Chistes, anécdotas y chascarrillos taurinos' la siguiente anécdota protagonizada por el señor Fernando El Gallo:

Una tarde hallándome tomando café con Fernando Gómez, «Gallito», vino a la mesa en que nos hallábamos, el diestro Vicente Ferrer, restablecido apenas de una grave cogida que había sufrido toreando en Valladolid. 

 —¿Fernando,—pregunté yo,— conoce usted a ese muchacho? 

 —¿Quién es? 

 —Vicente Ferrer,—repliqué yo. 

 —¡Ah, si! le he oído nombrar, y mc han dicho qu' es mu valiente. 

 Ferrer dijo entonces: 

 —Si yo supiera lo que usted sabe...

 —Ay, hijo,—contestó "Gallito",—con tu való y mi sabé se jaría un torero completo; pero nada hay perfecto en lo humano. 

miércoles, 10 de agosto de 2022

JOSELITO Y LOS SIETE TOROS DE VICENTE MARTÍNEZ


En la Revista El Burladero de 8 de julio de 1964, Fernández Salcedo relata los pormenores de la histórica corrida en la que Joselito se encerró con seis toros de Vicente Martínez, en la plaza de toros de Madrid, el 3 de julio de 1914.


Joselito expuso a la empresa de la desaparecida plaza de la Carretera de Aragón, encabezada por Julián Echevarría y con Manolo Retana de representante, su deseo de torear seis toros ante la afición madrileña. Se desechó la idea de que los toros pertenecieran a una divisa andaluza, pues el diestro consideró que se podía pensar que era un montaje de su entorno. Retana le propuso entonces que matara seis toros “de la tierra”.

A finales de junio se presentaron en la ganadería de los herederos de Vicente Martínez la empresa, Joselito y Camero, picador de su cuadrilla. Julián Fernández, que llevaba la riendas de la ganadería, inicialmente no se mostró dispuesto, ya que faltaba poco tiempo y, además, el matador quería que los seis fueran negros y don Julián quería incluir al menos dos berrendos en el lote.

Al final, se impuso el criterio del ganadero, aunque José manifestó que mataría los berrendos de mala gana. Además quiso un toro que no estaba inicialmente previsto:

-Mándeme usted también a ese como sobrero, que me ha gustado mucho.
-¿”Mulato”? De ninguna manera, no me inspira confianza-respondió el ganadero.
-¡Pues a mí sí! Y además también quiero a ese otro, “Sagitario”, porque hay uno cornicorto y si los veternarios lo rechazan, no quiero matar un toro de otra ganadería.

Tras varios tiras y aflojas, “Mulato” y “Sagitario” entraron en el lote, pero con la condición de que no se lidiaran salvo en caso de fuerza mayor.

Al final, José decidió lidiar a “Mulato” en séptimo lugar, que, como decía don Julián, no dio buen juego. Por su parte, “Sagitario” fue enviado a Valencia.

domingo, 7 de agosto de 2022

EL TRAJE DE LA ÚLTIMA TARDE MADRILEÑA DE JOSÉ, SAYA DE LA MACARENA

Página con el artículo.
(Fuente: http://hemerotecadigital.bne.es)

Juan Ferragut firmó el 28 de diciembre de 1.933 en 'Nuevo Mundo' el siguiente artículo en el que da cuenta de la donación, por parte de la familia, del traje que José vistió en Madrid el 15 de mayo de 1.920, víspera de la tragedia talaverana:


TRAJE DE TORERO, SAYA DE LA VIRGEN

A José Muñoz de Luque, 

que sabe de estas cosas...


Saeta por soleares que trina en la noche, como un ruiseñor, la Niña de la Alfalfa; saeta por "seguirillas gitanas" que "dice" como nadie, con un hondo son litúrgico, Manuel Centeno, y hasta «saetas por martinetes», con jadeos rítmicos de fuelles y tintineo de yunques de los calés de la Cava trianera... 

 Pero una "saeta" que lleva en sus entrañas líricas aires garbosos de «pasodoble»... «De esto no había habido...» 

 Y tenían que ser quienes la inventaran esos Ortega, casta de gitanos buenos que dieron al mundo dinastías de bailaoras guapas, cantaores de tronío y toreros famosos. 

 Porque ya está hecha la nueva "saeta" que se cantará cuando en Sevilla vuelva a haber procesiones, lo que es tan inevitable como que bajo el sol de Mayo se cuaje en rosas el Parque de Marta Luisa. 

Es éste un bello cuento; un cuento castizo y ejemplar, digno de ser pintado en el parche de esa maravillosa «pandereta» sevillana que han acribillado a balazos los pistoleros. 

 Escuchad: Joselito el Gallo. El niño gitano y torero, con aureola de ídolo popular. Una tarde del mes de Mayo, para torear en Madrid, estrenó Joselito un traje de luces; pesada maravilla de seda y de oro. Brillo de caireles en el cuerpo mimbreño. No tuvo suerte el vestido. Aquella tarde Joselito salió de la plaza contrariado. En su rostro, de gitano pálido, una mueca de amargura. Al día siguiente fue a torear a Talavera, y un moracho de Ortega asesinó al ídolo popular. La Giralda se puso mantilla de luto. 

 Todos los ángeles flamencos—eso indefinible que se llama «el ángel» está tintado de flamenquería—no pudieron imaginar para «el pobre Osé» un funeral más bonito al cabo de los años. 

 Aquel traje torero de la última tarde en Madrid fue regalado por la familia de Gallito a la Hermandad de la Virgen de la Macarena.

Y sigue el cuento. Que el cuento—imaginación, ilusión, quimera— es lo más bonito de la vida. Aquel traje de Joselito cayó en manos de Victoria Caro. ¿Quién es Victoria Caro? Una obrerita sevillana con dedos de prodigio. Artesana artista, sangre y carne de un pueblo de artistas. Sólo sus manos pacientes y finas pudieron hacer el milagro de convertir un traje de torero en una saya o túnica de la Virgen de la Esperanza. 

Y así ha sido. Aquellos caireles flamencos—oro nacido para retar a la muerte, metal rútilo que se manchó de sangre y de pasión y de gloria en el cuerpo de un lidiador gitano y valiente son hoy rosas bordadas en la túnica de la Virgen de la Esperanza... 

 ¡Que los mengues trajelen a quien lo dude! Es bonito el cuento. Como aquel de la medalla milagrosa. Efigie de la Macarena que una vez salvó la vida a Joselito. En Algeciras (1) fue, si la memoria no me falla. El cuerno de un toro buscó el pecho del lidiador gitano. Y le hubiera calado hasta el corazón si sobre el pecho del ídolo gitano no hubiera estado aquella medalla de la Macarena, que detuvo el golpe mortal. Su círculo de oro se deformó al choque del asta asesina... 

 Otro bonito cuento, ¿verdad? Y ahora «uno de ladrones». De auténticos ladrones, que hace dos años entraron una noche en la iglesia de la Macarena. Sevilla era ya «Sevilla la roja». No había procesiones, y cada día el repiqueteo' de las pistolas terroristas era la música trágica de Sevilla... 

Entraron ladrones de verdad en el camarín de la Virgen de la Esperanza. Tuvieron toda la noche por suya para desvalijar el templo. Y no se llevaron más que las monedas que había en el «cepillo» de limosnas para los pobres. Más pobres que ellos, acaso nadie. Pero durante esa noche tuvieron a su disposición el tesoro de la Virgen. Joyas que valían millones. V no se lo llevaron. Les tembló la mano. 

Sevilla. Siempre es Sevilla. Ni fundiéndola de nuevo, «como funden las campanas», dejará de ser Sevilla. Gracia y arte, milagro eterno de leyenda y poesía. Y «el cuento». El bello cuento castizo, popular y fino. Labios que rezan y labios que cantan. Rara amalgama de oro y sangre, de dolor y de alegría... «Saetas por pasodoble.» Volverá a salir en procesión la Virgen Macarena, en la Sevilla roja, por la misma ley fatal que volverá—después de este crudo invierno—a haber rosas en el Parque de María Luisa y azahares en la vega sevillana. Y cuando otra vez vuelva a aparecer por las calles sevillanas el paso de la Virgen de la Esperanza, la Niña de la Alfalfa o Manuel Centeno sabrán cantarle la nueva «saeta por pasodoble:

 ¡Mírala por donde viene, 

 el rostro guapo y marchito  

¡Y en la túnica, caireles 

 del traje de Joselito!


(1) La cornada a la que hace referencia fue en agosto de 1.913 en San Sebastián. En Algeciras sufrió un serio percance, en junio del año siguiente, Rafael. 

miércoles, 3 de agosto de 2022

'JOSELITO EN VALENCIA' (1910-1920)

'Joselito en Valencia' (1910-1920) es el último libro publicado por Ángel Berlanga. En sus casi 280 páginas se recogen, de primera mano y entresacadas de las crónicas publicadas en su día en la prensa local, todas las actuaciones del Rey de los Toreros en la ciudad del Túria, desde su época de becerrista hasta la última, solo tres fechas antes del infausto 16 de mayo. 

Cabe decir que la lectura es muy amena, utilizando Berlanga una prosa ágil que, tomando como base lo que ocurrió en el ruedo, bucea en la vida social de José y las relaciones de afecto y amistad que mantuvo con sus muchos partidarios. Además, al margen del texto principal, aparecen artículos ilustrativos de hechos, en apariencia menores, que complementan el relato. 

La obra se completa con profusión de fotografías, muchas propiedad del autor, en las que se ve a José en acción o compartiendo momentos de asueto con los gallistas de la tierra. Importante el aporte de entradas, muchas sin fecha como era costumbre en la época, datadas pacientemente por Ángel y los coleccionistas de las mismas; los carteles de las actuaciones y las imprescindibles estadísticas. 

Como colofón, nada que ver con los paseíllos de José en el coso de Monleón, Berlanga descubre el enigma de una de las fotos que 'ABC' publicó de la corrida de Talavera. Desde la fecha que apareció en prensa hubo voces que la tacharon de montaje y así quedó para los restos. La sagacidad de Ángel ha dado con la fecha y plaza en que fue tomada: 15 de junio de 1.914 en Algeciras. 

La obra, en el momento de publicar esta entrada, no se puede adquirir. Los problemas burocráticos de la administración pública impiden que así sea. Una pena que deseamos sea solucionada a la mayor brevedad posible.