Sorprenden sus juicios sobre Joselito, al que tildó de 'soso' en su toreo, centrados en la afición del diestro por la garrocha, faceta en la que, según el autor, nunca destacó, lo que le produjo una enorme frustración.
Joselito fue, para mí, el torero más completo, aunque eso no quiere decir que fuera el que más me gustaba, porque Joselito era... soso. Reunía todas las cualidades. Tenía unas facultades, una inteligencia y sobre todo una afición de lo que no se estila hoy. No hablaba más que de toros y en invierno aun parecía más aficionado. Y lo curioso que todo el orgullo de José lo ponía en acosar, en lo que fue una medianía, tirando a mal. Los ganaderos le daban coba y le regalaban los mejores caballos, pero nunca pudo consumar su sueño. En el tentadero de Tamarón, en colaboración con Luis Mora de Figueroa, Joselito vio cómo se le fueron dos o tres becerros. Estaba desesperado. En aquella ocasión, dijo: “Daría todo lo que soy, toda mi fortuna, mi gloria, mi fama de torero, ¡todo!, me conformaría con no ser más que un mozo de cortijo. Un conocedor de ganadería, a cambio de ser el mejor garrochista”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.