miércoles, 19 de febrero de 2014

RAFAEL Y FERNANDO EN LA MUERTE DE ‘LAGARTIJILLA’

Lagartijilla de paisano.
Lagartijilla de luces.
Javier Vellón remite el siguiente texto para su publicación:

La muerte de Fernando Romero ‘Lagartijilla’, en la plaza de toros de Madrid el 25 de abril de 1909, tuvo como testigos privilegiados a dos hermanos Gallo, Rafael, que compartía cartel dicha tarde con Vicente Pastor y Rodolfo Gaona, y Fernando, que actuaba en la cuadrilla de su hermano.

‘Lagartijilla’ estaba a las órdenes de Gaona, c
on quien había llegado a un acuerdo tras la temporada mexicana. El trágico suceso se produjo en el último toro de la corrida, y vino precedido de una serie de desafortunados hechos en los que, de manera indirecta, se vio implicado Rafael.


‘Merino’ era negro y terciado. Lucía la divisa de Concha y Sierra. Tras un saludo capoteril anodino por parte del matador, pasó a la jurisdicción de los varilargueros. Tomó cinco varas y mató un caballo.

Gaona.
Pastor.
En banderillas, Gaona le ofreció los palos a Rafael, pero este se negó, por lo que el mexicano decidió afrontar el tercio en solitario. En el segundo par, resultó volteado. Conmocionado, se dirigió por su propio pie a la enfermería, pero al comprobar que no estaba herido permaneció en el ruedo mientras su cuadrilla completaba el tercio.

‘Aguilita’ puso el segundo par y ‘Lagartijilla’ fue el encargado de cerrarlo. A la salida de la suerte, cayó al suelo y cuando trataba de incorporarse el toro lo vio y le dio una cornada en el cuello, de la que falleció casi instantáneamente.

El diestro tenía 27 años y era natural de Alcalá de los Gazules. Se había ido a México cinco años antes para probar fortuna en el mundo del toro en aquel país.

La conmoción entre el público y las cuadrillas fue enorme. No deja de resultar curioso que, de todos los participantes en el festejo, Rafael fue el único que no acudió por la noche a velar el cadáver, excusando su ausencia por enfermedad. No es descabellado pensar que dicho estado proviniera de su extrema sensibilidad, que le llevara a pensar qué habría ocurrido si hubiera aceptados los palos que le ofreció Gaona.

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