miércoles, 27 de enero de 2021

RAFAEL Y EL TABACO

 La afición compulsiva de Rafael por el tabaco es bien conocida. Díaz Cañabate, en su Tipos y sainetillos del planeta de los toros (1973), refiere que el diestro, ante la pregunta de cómo se preparaba para la temporada, contestó: "¿Yo? Fumando puros"

En realidad fumaba, de manera alterna, cigarrillos y puros, aunque su máxima preferencia se decantaba hacia los puros elaborados con el tabaco de Vuelta Abajo, una de las principales zonas tabaqueras de Cuba, concretamente en la provincia de Pinar del Río.

Maximiliano Clavo, 'Corinto y Oro', en su libro Charlas Taurinas (1924), expone lo siguiente en torno a lo que él consideraba una de las tres debilidades de Rafael:

La segunda debilidad del «divino» calvo, son, como queda dicho, los puros grandes. De día y de noche está siempre, ¡siempre!, con un puro muy grande en la boca. Yo le he tenido muy de cerca durante los días de feria valenciana, y le he observado bien. Me he asombrado. Me he asombrado al considerar el presupuesto que Rafael tiene, al año, de cigarros puros de los grandes. Calculo que unas doce mil pesetas. Cada día empieza a quemar unos diez cigarros, y creo que me quedo corto. Los que no se quedan cortos son los vegueros, porque, a poco de encenderlos, los tira y pide pitillos, que consume con rapidez, para volver a encender, tras de cada uno, otro puro inmediatamente. Y, todo seguido, el Gallo viene a ser un fumador berrendo en tren mixto, por la cantidad de humo que echa por su boca, hora tras hora.



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