miércoles, 29 de abril de 2015

JOSELITO, HERIDO EN BARCELONA

Joselito llega a Barcelona en medio de una gran
expectación.
Dos días después de su apoteósico triunfo con los toros de Martínez en Madrid, concretamente el 5 de julio de 1.914, Joselito torea en el Sport de Barcelona, vestido de tabaco y oro, con Punteret y Juan Belmonte astados de Pérez de la Concha.  Apenas 48 horas después de su salida a hombros en la Villa y Corte José abandona el ruedo en brazos de las asistencias camino de la enfermería. La desgracia, por los que a pie se refiere, fue doble porque Juan Cecilio Villanueva ‘Punteret’ también resultó cogido al hacerle el quite a su compañero. 

Gran expectación en los tendidos, que registran un lleno, y comienzan los percances en el primero de la tarde. No hubo lucimiento de Punteret en la faena de muleta dado que estaba la res aplomada y para matarla entró varias veces, saliendo en dos ocasiones enganchado y pisoteado. Gallito lo ayudó a descabellar y el madrileño pasó a la enfermería de donde salió con la cabeza vendada. 
Al segundo lo veroniqueó José con sobrada maestría y quebró en un gran par, dejó otro muy  bueno al cuarteo y cerró con medio. La faena de muleta fue colosal y se recreó en la suerte suprema entrando muy despacito. El toro lo prendió por la ingle y le pasó por encima. Punteret le devolvió el favor y se fue hacia el animal, que también hizo por él. Ambos diestros fueron conducidos a la enfermería quedando en el ambiente una profunda impresión. Cayó el burel sin puntilla y el presidente concedió una oreja según ‘La Lidia’ del 7 de julio y las dos en la versión de ‘Palmas y pitos’ del 13 del mismo mes. Por si no fueran pocos dos percances, también el picador Pinto, que actuó ante la res protagonista, fue derribado sufriendo rotura de ambas piernas. En la versión de ‘Palmas y pitos’ la fractura fue del fémur izquierdo.

En un visto y no visto Belmonte se quedó solo con cuatro bichos en los corrales. No hubo fortuna y las faenas transcurrieron con algún chispazo aislado de arte. Al quinto lo mató Céntimo de un puyazo.

En la enfermería


Ricardo Marín recrea el percance de José.
Atendió al herido el doctor Martínez Vargas, quien le aprecia una profunda herida en el muslo y la fractura completa de la clavícula izquierda, aplicándole unas inyecciones de suero para calmar los dolores. Terminada la cura José fue trasladado en automóvil hasta el hotel Oriente, donde se alojaba. Tuvo mucho trabajo la policía para despejar el camino al vehículo dado que fue seguido por una gran cantidad de público que previamente se había apostado en las inmediaciones de la enfermería en busca de noticias. La entrada al establecimiento hostelero fue defendida por guardias de seguridad que impidieron que los curiosos llegaran hasta la habitación del diestro sevillano. 

Fernando Gómez, que esa tarde actuó a las órdenes de su hermano, relataba así el percance: “José se había entusiasmado toreando de muleta. Como se le aplaudía tanto la faena, al perfilarse se recreó en la suerte, entró despacio y dejándose ver, y el toro no le dejó pasar de la cara. No necesitó más que dar la cabezada para cogerle. A tiempo que daba mi hermano una gran estocada. Al caer al suelo, luego de la estocada, es cuando debió romperse la clavícula, porque se quedó entre las patas del toro, que tuvo tiempo de ponerle encima las pezuñas”. El peón acabó declarando que el toro hirió a José en el muslo derecho con el pitón izquierdo.

La herida de la pierna tiene diez centímetros de profundidad por seis de extensión. José recuperó la tranquilidad en la cama aunque tenía el cuerpo magullado. Fernando, una vez instalado su hermano, mandó que sus ayudantes fueran en busca del doctor Raventós, quien se hizo cargo del herido.

Menchero transmitió tranquilidad

Joaquín Menchero, más conocido como ‘El alfombrista’, habló telefónicamente el mismo domingo por la noche con Rafael y con Manuel Pineda, apoderado de los Gallo, que se encontraban en Algeciras donde el Divino Calvo se restablecía de la tremenda cornada recibida el 14 de junio. Una vez tranquilado el cabeza de familia desistió de viajar hasta Barcelona.

Menchero, a instancias de José, mandó el siguiente telegrama a la prensa: “Este momento estoy comiendo tranquilamente. Dolores hombro disminuido mucho, pero aún molestan”.

Raventós al habla

Punteret
El doctor Raventós declaró que no consideraba el percance tan grave como en un principio temió. Ratificando la fractura completa de clavícula aventuró que la recuperación rondaría el mes. Finalmente José reapareció en la misma plaza, acompañado por su hermano Rafael, el 13 de agosto. 

Otro telegrama

Antonio Parra ‘Parrita’ mandó al señor Menchero, en la madrugada del domingo al lunes, el siguiente telegrama: “Le comunico lo que dice el doctor Raventós. Son las once de la noche y hemos conseguido reducir la fractura de una manera perfecta, gracias a haberla practicado bajo la inspección radioscópica practicada en el Laboratorio de radioterapia de los doctores Coma Prío. No es necesario, por tanto, hacer ninguna operación, basta con la reducción practicada. El enfermo está muy contento. Ha sufrido todas las molestias y sufrimientos de la cura con mucha resignación y valentía. Mañana por la mañana veremos la cornada del muslo, pues no dándole molestias, no me creo autorizado a levantar la cura. Ruégole comunique estos datos al doctor Mascarell”. 

Punteret

Los facultativos apreciaron en Punteret una cornada en el bajo escroto, de pronóstico grave, además de varios puntazos, uno de ellos bastante largo en el pecho.

Restauración del traje de Joselito

Javier Vellón da fe de la restauración del traje que utilizó en esta corrida Joselito en el siguiente enlace de este blog:

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