El número 682 de la revista 'El Ruedo' apareció en los kioscos el 18 de julio de 1.957. En su contraportada se insertó un anuncio de un conocidísimo coñac con Rafael dando el pase del celeste imperio como reclamo publicitario con el siguiente texto:
"está en espera de la justicia torera la revisión de la personalidad de Rafael El Gallo, el Divino Calvo, el artista más hondo, con apariencia superficial brillante, a quien su vida fabulosa y pintoresca eclipsó su auténtica valía ante lo toros.
Rafael, el hijo del señor Fernando y de la 'señá' Gabriela, la bailaora, emparentado por la manta de arriba y la de abajo, con tufos,
tez morena de verde luna, mimbre del trato y martillo martinete fragüero gitano con sangre paya, este torero de leyenda, con amigos emperadores y
«pelaítos» , rumboso y niño , que jamás desvaría cuando habla de lo suyo:
del toreo, no se tome a blasfemia torera, lo mejorcito de la casa gallística. José, una cumbre en lo que «Guerrita » hizo, pero Rafael, el auténtico rey del
gallismo, aportó al toreo lo genial y lo clásico . Le podía a un toraco, después
de hacerle lanzare de cresta pelada al callejón , una res dócil, de la que él
no entendía la química.
Muñeca prodigiosa del toreo, creador de mil fantasías, imitadas y no superadas, un día de la más pura escuela rondeña, otra tarde, temerario, aquella
corrida apoteósica , pero sevillanísimo. Rafael, el único, es el torero.. Vive
ausente del mundo que no es cairel, arena, telas de color, aceros que pinchan
y toros dispuestos a terminar con todo.
Desde niño, apasionante para las multitudes. Jamás pasada de moda su
personalidad. Prodigiosa su cabeza torera, cuando ya los años sólo le hacían salir en un tentadero, aquí va una estampa gallística, el pase del celeste
imperio, de gran estilo, de tanto estilo como lo mejor del toreo o lo mejor
de una bodega de estilo."
(Archivo Conde de Colombí)
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