El 8 de mayo de 1.952, fecha en la que se cumplían 57 años del nacimiento de Joselito, 'El Ruedo' publicó el siguiente artículo en el que Barico II rememora la figura del diestro.
Las fotos que reproducimos corresponden al citado trabajo:
Hay una fotografía que es un documento de gran interés para la historia taurina. Representa una placita en una huerta del pueblo de Gelves, y en ella se ven tres figuras humanas. Una de ellas está agachada, mientras otra, que no levanta más de tres palmos del suelo, simula que entra a matar con un palo a modo de estoque; la tercera mira el juego que sirve de entretenimiento al pequeño y a su hermano. Son Femando Gómez, ''Gallo II" , y-sus hijos Femando y "Joselito", este último en funciones de matador del improvisado toro.
Aquí queda reflejado el ambiente que rodeaba a José Gómez, 'Gallo V", cuando vino al mundo el día 8 de mayo de 1895, en la casa a la que pertenece la huerta de la fotografía que he descrito.
La biografía taurómaca de los "Gallos" comienza con un hermano del padre de "Joselito", que se llamaba igual que este gran torero. José Gómez no pasó de banderillero; sin embargo, su habilidad y eficacia en la brega le hicieron ser estimadísimo por los matadores de su tiempo, hasta el punto de figurar como peón de confianza en la cuadrilla del coloso cordobés "Lagartijo".
El segundo de la dinastía es Fernando Gómez. Como su hermano, comenzó por ser banderillero y actuó a las órdenes de 'Frascuelo", "Bocanegra", 'Cara-Ancha" y ''Gordito". Pero sus aspiraciones eran mayores y se hizo matador de toros.
Teóricamente, era de una perfección extraordinaria, aunque en el terreno de la práctica su característica peculiar era la irregularidad.
Luego, como una segunda etapa de esta familia de toreros, vienen los tres hijos de 'Gallo II": Rafael, Fernando y José, cuyo apodo, más apropiado a las circunstancias, es el de "Gallito".
El primero de ellos, Rafael, fue el que con más fidelidad siguió, en el terrero taurino, las huellas de su padre. Al igual que su progenitor, era un torero de gran calidad, pero abundaban en sus actuaciones los decaimientos, aunque incomprensibles, muy frecuentes en las gentes de Andalucía.
Fernando fue novillero; su falta de voluntad le hizo desistir del doctorado y se dedicó a banderillero, formando parte de las cuadrillas de sus hermanos.
Estos son los antecesores del coloso "Joselito" por parte de su padre; su madre, doña Gabriela Ortega, también pertenecía a una familia de toreros de Cádiz. "El Marinero", ' El Loco", "Rebujina', "Agualimpia" son toreros de la dinastía gaditana de los Ortegas antecesores de "Gallito III".
Gelves, un pueblo de la provincia de Sevilla, fue su cuna; sus ascendientes, en gran mayoría dedicados al arte taurino; en consecuencia: "Joselito" no podía ser otra cosa que torero.
Nació a unos metros de una placita de toros y murió en otra Plaza de toros. Toda su vida dedicada a un arte; sus ambiciones, sus deseos, encaminados hacia una misma meta: la perfección en el toreo.
Tenía ocho años cuando asistió por primera vez a un tentadero, acompañado de sus hermanos.
Fue en la finca de ,"Palmete", de don Valentín Collantes; al torear a una becerrilla, fue atropellado, proporcionándole un buen coscorrón, y, como consecuencia del susto, no quiso volver a torear en aquella ocasión.
El mismo año, 1903, recibió las primeras enseñanzas, que le dio el diestro "Minuto", ayudando al precoz discípulo por detrás a mover los brazos en las diversas suertes con el capote y la muleta.
No tenia trece años cuando vistió su primer traje de luces. La situación de la familia no era muy desahogada, pues, el padre había fallecido cuando "Joselito' tenía apenas dos años, y el chiquillo quería ganar dinero cuanto antes para ayudar en lo posible al mantenimiento del hogar.
Con "Limeño" formó una cuadrilla juvenil y marchó a Portugal, donde terminó de cuajarse, y, al regresar a España, se encontraba en situación de enfrentarse a novillos.
Los hermanos del diestro, a su vuelta de América en 1909, se enteraron de los progresos de "Joselito" y le animaron para que siguiera su carrera hacia el éxito.
Todavía toreó dos temporadas más de becerrista, hasta que en 1912 hizo su presentación en Barcelona como novillero. A partir de este momento su ascensión es rápida y fulminante. Se presenta en Madrid el 13 de junio con una corrida de auténticos toros de Olea. Los comentarios de los críticos coinciden en señalar en el debutante una gran figura del mundo de los toros.
Su fama subió como la espuma y tomó la alternativa el 28 de septiembre de 1912. Actuó de padrino su hermano Rafael, que le cedió la muerte del toro "Caballero", de Moreno Santamaría, y Antonio Pazos fue el testigo de la ceremonia. El 1 de octubre la confirmó en Madrid con el mismo padrino, a la vez que la tomaba Vázquez I I , de manos de Vicente Pastor.
En ocho años de matador de toros toreó cerca de setecientas corridas, cifra que por sí sola demuestra la calidad artística de esta figura cumbre del toreo.
Tanto sus éxitos como su muerte son de sobra conocidos por todos los aficionados. ¿Quién ignora que "Joselito" murió victima de la cornada que le produjo en el vientre el toro "Bailaor", de la viuda de Ortega, en Talavera de la Reina el día 16 de mayo de 1920? Todo el que se precia de tener conocimientos taurinos sabe este hecho histórico, trascendental en los anales de la tauromaquia.
Su vida terminó, pero la fama que le corresponde por ser el genio supremo de un arte tan digno, emocionante y bello como el que más, le hace inmortal.
"Joselito el Gallo" era un torero perfecto. Con el capote, desde sus comienzos, ejecutaba la larga cambiada y los recortes con gracia y buen gusto, y si no lograba gran perfección al torear a la verónica, poco a poco fue depurando su estilo hasta conseguir realizar el lance con la suavidad, el temple y la hermosura exigibles a los que pueden ser puestos como modelo.
En el tercio de banderillas ha sido el maestro supremo. Su estatura le ayudaba a poner con facilidad y excelente estilo enormes pares de banderillas.
Sus faenas de muleta quedaron como ejemplo de justeza, equilibrio y dominio. A cada toro le hacía su faena. El bravo, dócil, suave o rápido; el manso, el quedado..., cada uno encontraba en "Joselito" el lidiador que se ajustaba a sus características.
No se puede decir que fuese un mediocre matador, como afirmaban los partidarios de "Bombita", que tuvo que retirarse ante el empuje de "Joselito". Era un estoqueador fácil y seguro, pero no muy depurado de estilo. Sin embargo, mataba en muchas ocasiones recibiendo, y en otras, a "volapié" puro, siempre con rápidos efectos.
Mazzantini, al enjuiciar a Belmonte y "Joselito", pareja que llena la Edad de Oro del toreo, se equivocó, cosa no extraña, a pesar del gran talento taurino de don Luis. Decía que Belmonte moriría en las astas de un toro, mientras que "Joselito" pocas veces sufriría cornadas. La realidad es que toda España quedó sorprendida al conocer la muerte del superconocedor de toros, el gran dominador "Joselito".
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