Javier Vellón remite el siguiente texto para su publicación.
En el número 5 de la
revista The kon Leche (5 de mayo de 1912), se nos ofrece un
texto que intenta adentrarse en el misterio del toreo de arte, a
través de la tauromaquia de Rafael ‘El Gallo’. Con el apoyo
gráfico de los ap
untes de Ricardo Marín, el artículo es un magnífico compendio del toreo de Rafael y de lo que supone esta vertiente artística en la historia de la fiesta,
HELENISMO
TAURINO
¡LA OREJA
DE GALLITO!
Par de un Rafael veterano. |
¡Es el mago!
Su
toreo adornado, luminoso, fulgurante, se impuso en la tarde del
jueves con la
fuerza misteriosa de lo
sobrenatural.
Y
es que el arte de Gallito posee tal intensidad que conmueve sin dar
lugar
apenas al
convencimiento; subyuga antes que la crítica intente el examen de
sus sorprendentes faenas.
Por
eso los que comulgan en su credo taurino no son partidarios, sino
idólatras;
sus lances son
indiscutibles, que el genio está por encima de disputas académicas,
Son
los desplantes toreros del Gallo, fulguraciones de un arte divino que
no
obedece a reglas
precisas ni tiene un efecto determinado.
Es
el arte por el arte, que quizá no realice un fin práctico; pero es
indiscutible
que produce en el ánimo
el supremo grado de la emoción estética.
Los
gallistas afirman que su maestro es el clásico... Nosotros,
imparciales, vamos más allá. No estimamos clásico al que se sale
de los limites del clasicismo para invadir el tan bello como temido
campo de lo arbitrario, en fuerza de intensidad artística.
¿Que,
qué hizo el jueves?
Genial Rafael. |
Lo
que ejecuta Gallito cuando quiere deslumbrar á sus contemporáneos.
Las más puras filigranas, las supremas elegancias, el adorno elevado
a la milésima potencia, la magia esclava de la estética, lo absurdo
puesto al servicio de lo bello.
El
lápiz maestro de Ricardo Marín os traerá á la fantasía algunos
perfiles de la
memorable hazaña.
Ved
al gitano en el pase ayudado característico, suyo, cliché eterno de
su figura
torera.
Contempladle
en el lance de molinete en el que el arte apura todos sus recursos
para copiar la bella
realidad.
Apuntes mágicos... |
Mirad
al torero perfilado ante la fiera, después de tirar la monterilla,
como en remotos tiempos de excelsitud taurina.
Y
batid palmas, por último, con el concurso que aclama al lidiador
artista...
Tal
es gráficamente la hazaña realizada por Gallito.
Tiene
este torero en su haber muchas de igual magnitud, siquiera la moda
imperante le haya hecho ahora merecedor del galardón de la oreja.
No
nos atreveremos como otros a definir sobre preeminencias de idénticos
honores, pues son estas rencillas que más empequeñecen que elevan
el objeto de la
diatriba.
Ocupa
Gallito un lugar definido en el arte que no excluye a los demás, y
es su
concurso necesario aun
con la dolorosa intermitencia de sus mágicos destellos.
Su
arte es gracia soberana, como el de otros es ciencia indiscutible. No
admiramos en el Gallo la eficacia de un toreo, sino la belleza de sus
adornos.
Gitanillo de Triana... |
La
labor que enmienda a un toro requiere faenas de rudeza incompatibles
con
el puro helenismo. La
filigrana tiene más resultante en la emoción del público, que en
las condiciones del astado enemigo.
Nosotros
que no creemos como algunos intransigentes que Rafael sea un torero
corto, afirmamos desde
luego que el hijo de Fernando Gómez desdeña la plenitud del vasto
repertorio laurino, no por falta de valor ó facultades que algunas
suertes
exigen, sino porque no
colma su ejecución su exquisito criterio de belleza.
El
arte por el arte; su alma ateniense se opone a todo lance que no
justifique un
Morante... |
gesto estético. De
aquí la intermitencia de sus destellos.
Tomémosle así, ya que
éste es su puesto en la brega taurina.
¿Que una o mil tardes
nos desespera con su imponderable perversidad?
Viene la hora de la
revancha y recompensa con creces al huraño concurso.
Voces,
denuestos, imprecaciones, hastala agresión personal está
justificada ante
una esaborición de
Gallito...
Pero
cuando una tarde despliega su mágica muleta dispuesto a todo, cuando
su
irreprochable factura
diviniza un arte soez, convirtiendo su desgarbada figurilla en un
compendio de elegancia
y dando a su mermada hombría gigantescas proporciones, no hay, en
verdad, adjetivos ni apostrofes que no resulten vulgares para
ponderar tanta belleza...
Entonces
no cabe otro comentario que el lacónico y pintoresco de un amigo de
Rafael.... |
todos, medio montañés,
medio sevillano ya casi madrileño:
¿Qué
te ha parecido la estupenda faena de Gallito?
Y contesta Adrián,
como apoyado en incontrastable lógica:
¡Es
de otra raza!
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