Rafael pasa de pecho en Madrid a un toro que echa las manos por delante en el momento de topar con la tela. Esta, sobrepasada la cabeza, se dispone a barrer los lomos. El Divino Calvo, de puntillas, compuesta la figura, permanece quieto hasta consumar el remate. ¡Torería añeja!
La instantánea la recoge el 1 de febrero de 1917 la revista 'Sol y Sombra' y corresponde a una de las corridas toreadas en la temporada anterior por el hijo mayor del señor Fernando en la Villa y Corte.
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