PORTADA EL TOREO 1584. |
Corrida celebrada el 30 de Septiembre de 1902 (Tercer día de feria de San Miguel)
Con entrada completa, tan completa como la del día anterior, se ha celebrado la última corrida de las tres con que se despidió de los aficionados sevillanos la empresa Ruiz de la Vega.
El cartel para este día estaba compuesto en la forma siguiente:
Seis novillos de la popular ganadería de la señora viuda de D. Joaquín Muruve (sic), vecina de Sevilla, lidiados por los diestros Ángel Carmona (Camisero). Fernando Gómez (Gallito chico) y Manuel González (Rerre), de Constantina, Sevilla y Carmona, respectivamente.
Cuando los relojes marcaban la hora que estaba indicada en los carteles para dar comienzo la última de las tres corridas que se celebran en Sevilla para conmemorar la festividad de San Miguel, apareció en el palco presidencial el edil encargado de dirigir el orden de la fiesta taurina, y dio principio éste, cuyo resultado es como sigue:
EL GANADO
Resultaron los seis novillos mandados por la señora viuda de D. Joaquín Muruve superiores de toda superioridad.
Hicieron todos excelentes faenas con las plazas montadas, y muy particularmente los lidiados en tercero, quinto y sexto lugar, y ni uno solo de los seis corridos presentó dificultades en el segundo y último tercio.
En total: una excelente corrida, a la que no puede ponérsele pero alguno.
LOS ESPADAS
ÁNGEL CARMONA CAMISERO |
Camisero.- Resultó su trabajo muy desigual. Como torero, me agradó mucho; como estoqueador, no me gustó absolutamente nada.
A su primero (primero también de la tarde) lo pasó de cerca y con inteligencia, dando algunos pases buenos, que son aplaudidos. En esta parte de su faena me satisfizo bastante y me agradó su trabajo; pero en lo que respecta a su labor con el pincho, ni a mí me agradó ni creo que pudo agradarle a ninguno de los espectadores que en esta tarde presenciaban el taurino espectáculo.
Dos pinchazos en buen sitio, pero entrando con marcado cuarteo; una estocada no muy profunda, entrando de lejos, y un descabello al primer intento.
El diestro escuchó palmas a la terminación de su faena.
En su segundo, cuarto de la tarde, estuvo sobrio al pasar de muleta y mandó a su enemigo al desolladero de una estocada tendenciosa, volviendo la cara al entrar.
Como la estocada hizo su efecto, el público aplaudió al diestro de Constantina cuando terminó su cometido.
En quites y brega me agradó bastante y vi, con satisfacción, que ha aprendido mucho desde la última vez en que lo vi torear.
Muy bien toreando de capa a su primero. Superior en el galleo con que obsequió al cuarto (no obstante la inteligente opinión de cierto revistero local), y muy alegre y adornado en quites.
En banderillas, cumplió.
Dirigiendo, completamente nulo.
En breve me ocuparé con más extensión de este diestro.
FERNANDO EL GALLO. |
Gallito chico.- El trabajo, en conjunto, de este muchacho, resultó, como vulgarmente suele decirse, ni fu ni fa. Ni dio motivo a censuras ni mereció grandes elogios.
Al segundo de la tarde lo pasó con ciertas e injustificadas precauciones, y después de tres pinchazos, sin entrar en ninguno por derecho; media estocada desprendida, por echarse fuera desde el momento de engendrar el arranque; otra media, casi en el gollete, entrando con exagerado cuarteo, y un intento de descabello, dobló el noble bicho para no levantarse jamás.
El público, no obstante, guardó silencio al terminarse esta faena.
En su segundo, quinto de la tarde, estuvo, en mi opinión, casi tan desacertado como en su primero. Lo toreó de muleta con despego y movimiento, y lo hizo arrastrar después de proporcionarle, sin estar el toro en condiciones, media estocada honda y atravesada y una entera con tendencias.
El público le tributó algunas palmas.
Toreando de capa a los dos que le tocaron en suerte, no hizo nada notable. En quites, procuró agradar.
En banderillas, muy bien.
MANUEL GONZÁLEZ RERRE. |
Rerre.- Estuvo bien, muy bien en su primero. Varios pases dados de cerca, pero con movimiento en los pies; un pinchazo hondo en su sitio, y una buenísima estocada, bastaron para que el toro rodara a los pies del diestro, siendo innecesarias las funciones del cachetero.
El diestro de Carmona escuchó una justa ovación.
Al que cerró plaza lo toreó de muleta con desconfianza y lo despachó mediante un pinchazo en su sitio, entrando de largo, y una estocada caída.
Toreó de capa a los dos novillos que le tocaron en suerte, de un modo aceptable, y estuvo activo y adornado en la brega.
Con las banderillas, sin mucha fortuna.
De los banderilleros, Mazzantinito y Miranda.
Bregando, Vega y Cabellito.
Este último demostró ser un excelente peón de brega.
Los picadores, remolones.
La presidencia, acertada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.