CABECERA DE LA NACIÓN DEL 22 DE MARZO DE 1918. |
Joselito le concede al novillero cordobés José Flores Camará la alternativa. La fecha fijada es el jueves 21 de marzo de 1918. La ceremonia se verifica en la plaza de Madrid con el toro Amargoso, de Benjumea. También interviene en la corrida Saleri II. Al día siguiente José Lebrón firma esta crónica en el periódico La Nación:
SESIONES PREPARATORIAS O LA SUERTE DE RETANA
LA TERNA EN EL PATIO DE CUADRILLAS. |
“¡Belmonte se fue a América,
no sé cuándo vendrá!...”
Así cantaban las niñas por la Carrera de San Jerónimo y en los alrededores del Suizo.
Y Manolo, discurría…
En efecto. La temporada se precipitaba este año, y el astro de Triana, en la edad de las aventuras y con ambiciones, había cruzado el charco sin que se supiera qué proyectos y mucho menos a qué horas estaría de vuelta…
“¡Aquí hase farta un hombre!” ¿Cómo empiezo yo con José de Divo y con uno o dos partiquinos de los adelantados en su carrera por el aplauso público (indulgencia) y el de la crítica (piedad)? No, Manolo, no. “¡Aquí hase fata un hombre!”
El sueño podía ser convertido en realidad auxiliado por esos elementos preciosos que constituyen la idiosincrasia, la psicología peculiar a los toreros jóvenes y engreídos.
CAMARÁ RECIBIENDO LA ALTERNATIVA DE JOSELITO. (Foto: Marín y Ortiz) |
Y discurriendo el caudal sereno de picardía taurina que distingue a Retana por tales cauces, fue a parar la corriente a Córdoba, donde nacía un torerillo audaz, valentón y bienquisto de la madrileña afición.
¡Ya estaba! En tanto el trianero ponía proa a España, si el atrevido proyecto seguía un éxito de algún relieve, la industria no se vería amenazada y a las taquillas llegarían los espectadores, nuevos argonautas, buceadores del dorado vellocino…
Retana acometió la empresa y, como suponía, el desmedido afán de lucro en el torerillo cordobés, que se veía trocado en “figura de talla”, luego de un fugaz y afortunado aprendizaje, facilitó el diabólico proyecto.
Faltaba la sanción pública, que asegurase al torero determinada beligerancia y velase lo descarado del prematuro ascenso. El público se apasiona de los audaces. Camará tiene ese desenfado de los “guapos”, de los “valientes”, que, por inconsciencia, frecuentan los riesgos más inminentes. Ese gesto cínico, procaz, que parece envolver un reto…
El mismo público que desmaya de gozo viendo en el drama policíaco y en la película de igual asunto al policía burlado constantemente por el bandido, no tenía nada de extraño que se entregara sin ninguna a reserva a este “Fantomas” de la torería que ayer se doctoró en la plaza de la Carretera de Aragón.
Y fue… Retana, una vez más, ha visto cómo a su picardía socarrona, de traficante industrioso, no se ha negado el éxito. Y Camará, que se ha prestado al juego, jugándoselo todo al doctorado, tampoco debe estar descontento del maquiavelismo de Retana ni del embrujamiento que los dos consiguieron infiltrar al buen público…
De audaces es la fortuna. Retana y Camará, a solas con sus respectivas gramáticas pardas, pueden estrecharse las manos, abrazarse y guiñarse un ojo, al ver cómo cada uno halló en el otro su complemento…
CAMARÁ DANDO UN PASE OBLIGADO. (Foto: Marín y Ortiz) |
No vamos los revisteros a desvirtuar el juego, ni a ponernos de la parte del público. ¿Para qué? Ya que nadie lo agradezca, ni lo estima, pongámonos de parte de los menos, que quedará, como recurso, una sencilla explicación que, sincerándonos, nos ponga a cubierto de la maledicencia. Y ello es que los menos, aunque privilegiados, son precisamente los que más han de menester de la defensa…
Y una vez escrito esto, coloquemos a Camará en primer término a la hora de juzgar la labor de los espadas, pues de este modo muchos creerán que ese puesto debe ser, efectivamente, para Pepito Flores, contra viento… y verdad.
El primer pase de Camará fue un volteo. Esto, tan teatral, también predispone al público, que ya empieza por mirar con benevolencia al que lucha decididamente por la gloria y recoge tempestades.
Halló un benjumea clásico, para desengrasar. Lo muleteó sobre las dos manos, brevemente, y señaló un buen pinchazo en la primera igualada sacando la pechera rota. (Otro truco favorable). Dos o tres pases más, doblando con el morucho, valiente y enterado y otro pinchazo. Media estocada a paso de banderillas. (¡Oh! ¡Manes de Machaquito!).
JOSELITO GÓMEZ LANCEANDO. (Foto: Marín y Ortiz) |
Al sexto lo colocó en suerte por medio de unos eficaces capotazos.
Una entera alta y administrada con sujeción a los cánones. (Muchas palmas).
Además, Pepe Flores banderilleó, en su estilo al tercero y al sexto, y fue ovacionado.
Joselito Gómez hizo una estupenda faena de muleta al cuarto toro.
Pegó tres naturales seguidos, después de iniciar la faena con un ayudado. ¡Y vaya esencia de la canela, ché!
Cerca, valiente, tranquilo, como si empezara ayer su historia de torero enorme y tuviera de quien temer competencias. Como si no lo hubiera hecho nunca. Como… ¡Joselito! Está ahí condensado todo el aluvión de adjetivos que nos sugirió el maestro, viéndole ayer pelear tan bizarramente con un toro de la “clase” de “Olivero”, y de Benjumea, para mayor comprensión.
Dejó media estocada y rodó el bicho. (Ovación larga y petición de oreja).
Al tercero, que era un torillo sin facha, corretón y “mal ange”, no le quiso torear y le aliñó de cualquier modo, propinándole una baja, que bastó para retirarlo del circulen.
Nada más merecía el burriciego.
¿Qué vamos a decir de Joselito banderillero?
Cuando su excelencia quiere… Cuando el público, injustamente, le trata con mayor desconsideración, el toma los palos y les cede a sus compañeros.
Salen estos por delante, le acaban al toro, apuran las facultades de éste –cuando las tiene, que no ocurre siempre-, y ¡vengan maravillas! ¡Los hay exigentes!
Cambió una vez sin clavar, y cambió también en el sexto, dejando los palos iguales y arriba. Fue aplaudido menos de lo que merecía. ¡El público es tan impresionable y tan caprichoso!
Saleri lleva una serie de años respetable en este menester.
El baqueteo, la práctica y su inteligencia le aseguran el paso honroso siempre que actúa.
Ayer no iba a ser menos. Y fue el de siempre, y le aplaudieron mucho.
Con todo: Camará, sus extraños banderilleos, etc., etc., la buena Prensa, lo discreto de Saleri, y pese a la faena del tercero, de la corrida de ayer no quedó más que una cosa: La faena de Joselito en el cuarto.
El ganado de Benjumea reunió todas las características de la vacada, y con esto queda dicho cuanto pudiera aventurarse en un juicio más extenso, si lo permitieran las circunstancias de lugar y tiempo.
Algunas de las reses, en fuerza de ser acosadas y de taparles la salida, amén de otros recursos, lograron escapar de la quema.
¡Huidos, cobardes, mal presentados… ¡Benjumeas!
Otra vez para que no se olvide: la faena, al cuarto, de José Gomez “Gallito”.
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