domingo, 21 de abril de 2019

JOSELITO DESPACHA SEIS MIURAS EN VALENCIA

Fue la tarde del 17 de octubre de 1915 la del acontecimiento en cuestión y Francisco Moya lo contó el 4 de noviembre en el número 1028 de la revista 'Sol y Sombra':

"Con enorme entrada se celebró la corrida anunciada, en la que Joselito, solo, había de despachar seis toros de Miura.

Los toros.- Cuatro bien presentados, uno chico y otro cornalón, no tuvieron exceso de bravura, llegando quedados a banderillas y al final reservones y un tanto difíciles, siendo los más manejables el tercero y el sexto.

Joselito conquistó un triunfo grandísimo, escuchando incesantes y calurosas ovaciones.

José se adorna con uno de los miura. (Foto: Sol y Sombra)
Al primer toro, que era grande y de poder, le saludó con nueve verónicas, cuatro de ellas superiorísimas, recargando la suerte y obteniendo la primera ovación de la tarde. En quites estuvo valiente de verdad rematando uno de ellos cogiendo un pitón al bicho. Con la muleta desarrolló un toreo de emoción. Comenzó con el pase de la muerte y por desviarse algo el bicho recibió Joselito un encontronazo, del que resultó con el calzón roto y con un palotazo en el brazo derecho. No se arredró por elllo el joven matador, sino que se encorajinó y dio pases ayudados, por bajo y por alto, uno de rodillas, un molinete estupendo en la mismísima cabeza del bruto, y otros de todas marcas, materialmente metido entre los pitones. Entró a matar y recetó un pinchazo. Dio más pases con la misma valentía que antes, para otro pinchazo, y por fin arreó una estocada entera, algo caída, que hizo doblar al miureño. Ovación.
Joselito pasando con la zurda.  (Foto: Sol y Sombra)

Con el segundo no pudo hacer nada con el capote. Muleteó con la zurda y completamente solo dio ocho pases de rodillas aguantando una enormidad. El público pidió música, sonó ésta y Joselito continuó muleteando rodilla en tierra con gran valentía, pues el toro buscaba y no quería pasar la trocha. A la hora de matar arreó un estoconazo entrando bien; descabelló al primer intento, escuchó una ovación y cortó la oreja.

Al tercero le obsequió con unas verónicas de las de clase extra, y después, en quites, estuvo apretándose de verdad. Con la muleta realizó Joselito una soberana faena. Hubo pases por bajo, molinetes y de rodillas, estupendos. Por contera a esa faena arreó un estoconazo en la mismísima yema, que hizo rodar al toro sin puntilla. Ovación grande y oreja.

Al cuarto le dio varias verónicas, y al muletear estuvo breve e inteligente, acabando con una estocada arriba, atacando guapamente.

Al quinto le colocó tres superiores pares al cuarteo. Con la muleta dio pases ayudados y de tirón, con el exclusivo objeto de ahormar la cabeza del bicho, y una vez conseguido entró a matar, soltando un pinchazo bien señalado. Más tela, para otro pinchazo y una estocada delantera. 

Después de enloquecer al público en quites, cedió los palos a Petreño en el sexto toro y ambos diestros fueron aplaudidísimos. Con la muleta hizo filigranas. Con los pies clavados en la arena y más derecho que un poste dio pases ayudados, siguió por molinetes superiorísimos, de rodillas estupendos, afarolados, etc. Se arrodilla ante la cara y permanece en esta posición durante largo rato. El público enriquece de tanto ovacionar. Para terminar arrea un pinchazo y media caída, que mata al último miureño".

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