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El 27 de febrero de 1.916 la Monumental de Barcelona abría sus puertas para ser inaugurada. Joselito participó en la histórica corrida y de lo que se escribió en el número 1 de Toros y Toreros, aparecido el 7 de marzo, se da cuenta a continuación.
Junto a Gallito partieron plaza Posada y Saleri II para hacer frente a un manso encierro de Benjumea. Tarde calurosa, casi lleno en tendidos y andanadas, calculándose que el hecho concitó a más de diecinueve mil espectadores que no salieron contentos.
La Monumental en los días de su inaguración. |
Los precios de las localidades oscilaban entre las 3,75 de los tendidos y gradas a las 3 de la andanada en sombra mientras en el sol costaba el tendido 3 pesetas y 1'75 la andanada.
M.G.Monreal escribe respecto al remodelado recinto: “La plaza en conjunto ha gustado, aunque no es tan cómoda como la de las Arenas y, sobre todo, los nueve mil y pico de espectadores que pueden acomodarse en el segundo piso, andanada, ven la lidia desde muy lejos. Además, algunas escaleras y bocanas resultan angostas, y no es nada fácil la entrada y salida de muchas localidades. Y lo que menos ha gustado ha sido la diferencia que la empresa ha establecido de las partes que pudiéramos llar baja y alta de la plaza, o sean, respectivamente, tendido, grada y andanada”.
De dcha. a izda.: Gallito, Saleri II y Posada. |
Por lo que respecta al espectáculo los seis de Benjumea no estuvieron bien presentados en líneas generales. Segundo y cuarto parecieron chicos; el tercero escurrido de carnes y feo de cabeza; el quinto brocho de defensas y flojo de remos derribó a Zurito que dejó que se acercara demasiado a su cabalgadura. El sexto tuvo un trapío decoroso y poderío relativo, salvándose de la quema. En cuanto al resultado: primero, manso sin paliativos; segundo, tercero y sexto cumplieron; cuarto, muy tardo y quinto, manso, librándose del tueste junto al primero por el incesante acoso de las cuadrillas.
Desplante de Gallito. |
Gallito abría temporada y “sea porque fuese la primera del año, o por la poca cantidad
y calidad del ganado y por el frío que reinaba en el ruedo, tuvo una tarde glacial, apática, no haciendo en toda la fiesta otra cosa digna de ovacionarse que colocar tres pares de banderillas y un adornito al muletear al cuarto, pasándose una siesta arrodillado y agarrado al pitón derecho.
Lo demás, gris, por no calificarlo más duramente..
Y para lo que hizo Don José Maravilla, con estos dos párrafos va suficientemente despachado”.
Maravilla viendo doblar al primero. |
Posada le cortó la oreja del segundo por una buena estocada con arrojo. Deficiente en el quinto tanto con las telas como con los aceros. Saleri II toreó bien de capote al que le imprimió variedad y se lució con los palitroques, pero marró con los aceros.
Monreal acaba con un resumen somero: “una sosería; la Presidencia, bien; de los picadores, Zurito; con los palillos, Cantimplas; con el capote, Blanquet y Magritas, y todos los servicios buenos”.
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