El vespertino Aragón Exprés publicó en su edición del 23 de mayo de 1970 una entrevista con la tata de Joselito, firmada por Fernando Gelán para Europa Press. Dolores Miranda tenía por entonces 91 años y seguía viviendo en Gelves:
LA NIÑERA DE JOSELITO NUNCA LE VIO TOREAR
Se cumple este año el cincuenta aniversario de la muerte del que fue famoso matador de toros: José Gómez 'Gallito', conocido en el amplio mundo e historia del toreo, como Joselito. Aquel joven espada sevillano que murió una tarde de un festejo que se celebró en Talavera de la Reina.Pero en el pueblo de Gelves, lugar donde nació el famoso torero sevillano hay una mujer que recuerda la infancia del famoso Joselito. Esta mujer se llama Dolores Miranda. Está arrugada su piel por los años, la cara deformada por una caída que sufrió hace unos meses porque tiene noventa y un años de edad y ha de usar muletas para poder sostenerse. Esta anciana mujer, Dolores Miranda, fue la 'tata' de Joselito o la 'niñera' del famoso torero sevillano que nació en ese pueblo blanco de Gelves, situado a unos siete kilómetros de Sevilla. Hasta Gelves he llegado. La pequeña localidad sevillana está bañada por un sol de justicia y contrasta el cielo azul brillante, con la cal blanca de las pequeñas casas y la de su campiña. El pueblo está casi vacío. Es hora de faenas en el campo o que sus hombres estén cumpliendo su deber en las industrias cercanas. Pero Dolores Miranda está en su pueblo. En el número 68 de la calle Millán Astray. Allí la 'tata' de Joselito vive desde hace muchos años. Desde que enviudó. Ahora comparte el hogar con su hermano Francisco. Dolores trabajó como aceitunera cuando dejó de cuidar a Joselito, y vive de una pequeña pensión de jubilación que recibe puntualmente, aunque también el Ayuntamiento de Gelves le ayuda en ocasiones, como asimismo familiares amigos de la familia de Joselito. La casita de Dolores Miranda es modesta. Unos viejos y rancios cuadros de cromos descoloridos representan algunas escenas populares o bodegones intentan esconder los muros pobres de la habitación de entrada. Sobre una antigua cómoda, una pequeña silla sosteniendo un muñeco vestido con ropas antiguas. Y me atreví a preguntar a Dolores si tenía algún simbolismo. Quizá podía representar como un recuerdo de sus años que estuvo como ama junto al más grande de los toreros o de una maternidad frustrada. Pero lo cierto es que Dolores Miranda, con sus 91 años de edad, su cara morena y arrugada, deformada, con una memoria prodigiosa, nos relata momentos vividos con Joselito, aquel torero grande, de la historia grande del toreo de España que dio a luz Gabriela Ortega.
—Dolores, nos han dicho que usted conoció y trató a Joselito el Gallo y a toda la familia. ¿cómo fue esto?
Dolores no tarda en contestar. Hilvana bien la conversación. Casi habla como si estuviera viviendo en estos momentos los acontecimientos habidos hace setenta y cinco años. Dolores me responde cuando yo fijo mi vista en el muñeco sentado en la silla que está sobre la cómoda.
—Poco tiempo antes de nacer Joselito, la familia vino a Gelves a una huerta que tenían aquí. Una vez entramos muchos chiquillos a la huerta y después de un buen rato los chiquillos se marcharon y yo me quedé allí. No sé pero puede que les resultará agradable para ellos. Lo cierto que la madre de Joselito me mandó a por agua a la fuente del pueblo, le hice el "mandao", cuando regresé ya quedé a vivir con ellos. Se fueron para Sevilla, porque también tenían casa allí pero al poco tiempo regresaron a Gelves para quedarse dcl "to ", y seguí viviendo con la familia.
- ¿Y qué hacía usted en la casa?
- Yo me encargaba de hacer "mandaos'" a la familia. También llevaba al colegio a los primeros hijos de don Fernando y doña Gabriela, las hermanas de Joselito. Me acuerdo que cuando la señora de don Fernando tuvo a Joselito, me dijo el padre "más vale que vaya por los niños al colegio para que vean al hermanito que. le hemos traído en una canastita de flores". Entonces fui al colegio por los hermanos de Joselito y me los 'traje" para la casa. Entramos en la alcoba y estaba doña Gabriela con Joselito. Empezamos a "chillar" y a gritar de alegría por el nacimiento.
- ¿Y que pasó más?
- -EI día que lo iban a llevar a bautizar los padres de Joselito le preguntaron a todos los chiquillos de la calle que quién le cogía para llevarlo a la Iglesia. Entonces contesté que yo lo llevaría . Y entonces arreglaron la ropa y llevé al niño hasta la parroquia dc Gelves. Aquella noche fue una gran fiesta en el pueblo. Hubo mucha música y de 'to" Y allí estuve yo también. Tanto cariño me cogió la familia que me quedé definitivamente en la casa con ellos, aunque yo vivía enfrente.
—¿ Y se hizo usted cargo del cuidado de "Joselito "?
- Así fue. Yo estaba siempre con Joselito. Me acuerdo que tenía un cochecito con una jaquilla que le llamaban ' Chispa'. En el coche me subía con Joselito y nos paseábamos por la carretera hasta que el niño fue mayorcito.
—¿Le quería a usted mucho la familia de Joselito ?
- Sí señor. Las hermanas de Joselito, Trini, Lola y Gabriela, que las tres se casaron con toreros, me querían mucho, Igual que los padres. Y el niño, que era un encanto. Me acuerdo cuando Joselito tenía puesto un baberito de luto por la muerte del padre que me decía: "Dolores, yo quiero pan de tu casa, porque a mí me gusta el pan de Dolores". Y las hermanas de Joselito igual, les gustaba comer en mi casa que estaba enfrente.
Al lado nuestro, en la conversación con Dolores Miranda, está su hermano Francisco. También estuvo muy unido a la familia de Joselito, y con el padre de Joselito y el hermano Rafael "EI Gallo ", jugaban en Gelves a los toros pensando en días de glorias taurinas.
- Teníamos hecho un "carrito " con la cabeza embalsamada de un toro. A cada uno le tocaba tirar el carro una vez y los otros cogían el capote y la muleta. Y yo también hacía mi "parmoteo" y mis lances con Fernando y Rafael. Tanto Fernando como Rafael venían a Gelves en muchas ocasiones y solían celebrar en Gelves las tardes de triunfos que tenían en las plazas. Entonces Gelves tuvo una época esplendorosa. Venían gente de "to er mundo".
¿ Cuánto tiempo estuvo usted con Joselito? - le pregunté a Dolores.
—Estuve poco tiempo. Hasta que Joselito tendría unos siete años. Yo tendría unos quince años. Y durante ese tiempo siempre estuve cuidando de él. Luego, a los siete años la familia se marchó a Sevilla y se quedaron siempre a vivir allí.
- ¿ Cómo era Joselito cuando lo cuidaba usted, Dolores?
- No había ningún chiquillo para poderlo comparar. Tenia un cuerpecito muy alto y era muy bonito él. Tenia una cara muy bonita...
Cuando Joselito estaba con usted, Dolores, ¿qué le decía?
- Cuando jugaba con las hermanas y les "pegaba " bromeando, me decía que me quitara. Se escondía de tras de mí, porque me decía que también me daría unos azotes Era muy simpático el niño.
¿ Con los siete u ocho años tenía Joselito. lo vio usted ya con afición a los toros?
- ¡Digo! Claro que sí. Toreaba mucho con unas cornamentas pequeñas que le hicieron y que tenía en la casa de Gelves, de aquí del pueblo. Y toreaba mucho con los chiquillos del pueblo a los siete años.
—¿Usted nunca lo vio torear en la plaza ante un toro de verdad?
—No, nunca. Solamente recuerdo que su padre don Fernando, cuando celebraba alguna fiesta en la placita de la casa que tenía aquí en Gelves, cogía a Joselito que tendría seis o siete años y lo ponía delante del toro. Nosotros le decíamos "Ay, don Fernando, que va usted a matar al niño Don Fernando decía que nos fuéramos para la cocina que al niño no le pasaba nada don él.
—¿Por qué no se fue a Sevilla con la familia?
- Me hubiera gustado ir, porque además ellos querían que me fuera a vivir con ellos a Sevilla. Pero yo no podía dejar solos a mi padre, a mi hermano, a los que tenía que cuidar. Cuando tenía ocho años dejé de ver al niño que yo había estado cuidando con tanto cariño.
— ¿ Y no fue nunca a Sevilla?
—Sí, fui una vez. Joselito, el niño, estaba en casa. y me dijo: "Anda, ahora vas a ir con mi hermana Gabriela, a retratarte para que me deje aquí un retrato y que tenga un recuerdo tuyo". Fui a retratarme y le dejé allí la fotografía, me invitaron aquel día a almorzar, pero yo iba con una señora de Gelves que tenía prisa y no podía entretenerse y no me pude quedar.
- ¿Y no volvió a Sevilla?
- Fui vez. Toreaba aquel día en Sevilla pero Joselito no estaba en casa. Vi el traje preparado en la casa que se tenía que poner. Pero. los jaleos que siempre se forman antes de la corrida tuve que regresar a Gelves sin verlo.
—¿Cree que la recordaba Joselito en Sevilla ?
- No sé, porque como dejé de verlo, no sé si me "mentaba " o no me "mentaba".
— ¿Cuándo se enteró de la muerte dc Joselito ?
- Se corrió enseguida por el pueblo que un toro había matado al niño. Yo me metí en casa llorando mucho. Aquello me emocionó mucho, mucho.
¿ Recuerda mucho a Joselito?
—Sí, yo lo lloro todos los días, todos los días... A mi Joselito lo lloro yo todos los días...
Dolores Miranda. la "tata " de Joselito se queda en Gelves. Allí nació y allí vive. EI recuerdo de sus años junto al gran torero sevillano, creo que la mantiene aún viva a sus 91 años. Ella; esta mujer anciana. es todo corazón. Y las lágrimas han brotado en los ojos de Dolores porque tiene aún presente aquellas jornadas de los primeros pasos de José Gómez 'Gallito '.
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