El 25 de marzo de 1905 Castellón celebró su tradicional corrida magdalenera. En los corrales, tras no pocas incidencias, seis toros de don Eduardo Miura esperaban a sus matadores: Rafael Molina Martínez 'Lagartijo' y Rafael Gómez Ortega 'Gallito'...
Cuenta 'La Correspondencia de Valencia' del martes 21 de marzo que el domingo anterior se celebró en el coso de Ribalta la desencajonada...:
"Los dos primeros bichos fueron desencajonados sin novedad y lo propio sucedió con el tercero, que pasó inquieto y buscando pelea al primer corral. Al abrirse la puerta que comunica al segundo corral, los toros segundo y tercero se embistieron y al tropezar lo hicieron con tal fiereza que los dos quedaron muertos en la misma puerta. Uno tenía fracturado el cráneo y el otro quedó desnucado.
El público, que estaba entusiasmado de la hermosa lámina de los bichos, sufrió la natural sorpresa de aquel nuevo espectáculo que tan caro ha costado a la empresa.
El cuarto bicho, bonito animal, dio un salto tan tremendo que colocó las patas encima de un burladero; después embistió al primero que había sido desencajonado, produciéndole una pequeña herida.
Los dos restantes toros se desencajonaron sin novedad.
El público presenció cómo sacaban de los corrales los dos toros muertos.
La empresa telegrafió enseguida al ganadero para que dispusiera que mañana salgan para Castellón dos toros más de Miura.
Aquí no se habla de otra cosa, lamentando todo el mundo lo ocurrido, y la empresa ha pedido dos buenos toros cuesten lo que cuesten.
Los toros que quedan en el corral están muy bien criados, bonita y fina lámina, muchas libras y bien armados. La corrida promete."
"Acaba de recibirse un telegrama del ganadero Sr. Miura diciendo que esta mañana han salido de la ganadería, para ser embarcados, dos toros superiores que sustituyan a los dos muertos.
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