El diario Sur de Málaga publicó el 15 de junio de 2014 un artículo de opinión titulado 'Teoría de la espantá'. Su autor, José Antonio Trujillo, trazaba un curioso paralelismo entre la actividad política y diversos referentes taurinos, entre los que mencionó a Cagancho, Rafael de Paula, José Tomás y a Rafael, este último con una presencia destacada pues no solo titula el texto sino que también lo cierra.
España es un tratado en movimiento. Con poco moho entre sus páginas y mucho olor a sudor. Somos por naturaleza poco dados a los beneficios de la quietud. Por cada escultor, nos sale un cuerpo de baile al completo. Nuestras transformaciones siempre necesitaron de la calle, nunca pudieron con las estrecheces de la biblioteca, el despacho o la academia.
Nuestro país no es tierra para actores protagonistas por
apellido. Nuestra historia nos ha demostrado que los actores de reparto por
méritos, son los que han salvado los muebles en casi todas las ocasiones. No
nos gustan los 'salvapatrias' o los 'elegidos para la gloria'. Nos reconocemos
dando la oportunidad al abogado de provincias, al maestro sin brillo, al médico
sin academia o al torero sin dinastía.
España es un país para héroes anónimos, sin hacienda pero
con honra, que conociendo que se pueden poner los pies en polvorosa, se
mantienen firmes en su tarea.
En estos días históricos de pachanga política y coronaciones 'low cost', muchos responsables políticos están haciendo pequeñas las 'espantás' del mismísimo Rafael 'El Gallo' o el torero jerezano Rafael de Paula. Entendieron que el paso al frente que debían dar, tenía que ser tan sonado como el de Cagancho en Almagro.
Con tanta carrera de sus señorías con los pies manchados de albero y caquita, esperamos noticias de algún diestro que quiera fijar sus pies en el centro del ruedo y despache con ayudados por alto a tanto problema con cuernos sin afeitar. No esperen que del 'establishment' oficial aparezca el mirlo blanco que se quiera vestir de luces. Por ahora sólo hay un José Tomás, y ese toreará en Málaga, cuando el agosto se convierte en eterno.
Con tanto baile de corrales, ganaderías y carteles, nos quieren hacer creer que lo que es una espantá en toda regla, es movimiento gracioso, táctico e ingenioso, de mentes preclaras que entienden el significado de los tiempos donde el resto de mortales sólo encontramos confusión.
El miedo es tan humano como contagioso. Cuando uno está hasta las trancas, tiene todo el derecho de no vestirse de torero, pero no nos confundan. Sólo hay una 'Teoría de la espantá', y esa la desarrolló Rafael 'El Gallo' que dejo escrito: «Cuando no se puede con el toro, hay que dar la 'espantá'».
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