El 18 de octubre de 1944 apareció el número 19 de la revista 'El Ruedo'. Uno de sus reportajes, firmado por Francisco Almela Vives, se tituló "Azafrán, de Miura, se volvió loco en la feria de Valencia", rememorando la desencajonada de 1907.
En uno de los párrafos cuenta el autor que los astados fueron desencajonados al revés, y ahí interviene el ingenio del Divino Calvo, al que cita: "... o sea, de manera que saliesen del cajón presentando los cuartos traseros. Rafael Gómez 'El Gallo' ha dicho recientemente con su justificada autoridad, que ello se hacía para que los espectadores pudiesen ver en seguida que las reses se hallaban bien provistas de carnes."Nada más lejos de la realidad. Poco después, desvela el verdadero motivo: "Pero la prensa valenciana de entonces consignaba que la innovación obedecía a disposiciones del propio ganadero, quien advirtió a la Empresa que soltando los toros de frente se corría el riesgo de alguna baja".
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